Las razones que dan origen a esto pueden ser multifactoriales. Desde una mala gestión financiera hasta eventualidades que irrumpen de manera abrupta, provocando un desbalance entre las entradas y los compromisos financieros adquiridos.
A todo esto, e independientemente de cuáles fueron las razones que perpetuaron esta situación, la realidad de una deuda fuera de control es inquietante y perturbadora. Y necesita de la intervención inmediata para su resolución.
En ese sentido, la pregunta que surge es ¿ Qué hacer cuando un financiamiento sale de control? o bien ¿Cuáles son las acciones a tomar para subsanar esta problemática?
Para ello lo primero que hay que hacer es no perder la calma. Es cierto que estar ahogado(a) en deudas puede ser abrumador y que esta realidad puede desestabilizar el estado físico y emocional; no obstante, no estar en control de sus emociones puede ser peor, porque ello evita pensar con claridad y bloquea la creación de soluciones que permitan salir de esta situación.
En segundo lugar, debe listar cada uno de los compromisos que haya asumido. Al hacer esto tendrá una panorámica más acabada de cómo está su realidad de obligaciones financieras. Esto implica listar la cantidad de dinero adeudado, la entidad o persona a quien se le debe, el costo de la deuda, plazos vencidos y nivel de prioridad que tenga.
Al desarrollar este cuadro, teniendo como punto de partida la clasificación o segregación de sus diferentes compromisos y asignándole niveles de prioridad, es tiempo de entrar al paso tres que sería el desarrollo de la estrategia.
En esta parte hay que tomar en cuenta dos elementos básicos: Disponibilidad económica y margen de negociación con las diferentes entidades o personas con quienes se han contraído los compromisos financieros. Esto porque en la medida en que se tengan claros estos dos elementos, entonces se podrá abordar de manera más eficiente la problemática.
Esto quiere decir que si por ejemplo dentro del financiamiento existe una entidad financiera y un familiar, entonces la prioridad de pago debe enfocarse en el banco o institución que ha otorgado el financiamiento y negociar con el/la familiar algún tipo de acuerdo que logre solventar la deuda; de manera que el efecto negativo ante el público, en términos de fiabilidad crediticia, sea menor o ninguno.
Luego de haber cumplido los tres pasos o etapas iniciales, se entra a la cuarta etapa, que es en donde se aplicarán la estrategia o método para saldar el financiamiento adquirido.
Existen distintos métodos que se pueden aplicar para solventar dicha situación. De todos ellos nos vamos a enfocar en dos: Bola de nieve y consolidación de deudas.
El método bola de nieve
Este método bola de nieve invita a las personas a abordar los diferentes compromisos financieros sobre la base de un enfoque de pago sistematizado que se centra en crear disponibilidad.
Esto se logra priorizando las deudas pequeñas para luego desintoxicar la estructura de deudas; crear un flujo de efectivo en la medida en que son saldadas y así avocarse a enfrentar el financiamiento de mayor envergadura.
Ventajas
- Esquematiza la estructura de deudas de manera que sea más llevadero el proceso de saldo.
- Crear flujo de efectivo de forma sistemática, por ende disponibilidad financiera, que luego se traduce en una cultura del ahorro y creación de contingencias para eventualidades futuras.
- Promueve una mayor organización en la gestión financiera.
Desventajas
- Alta dependencia de la negociación, ya que implica priorizar los compromisos y que ello permita cierto nivel de flexibilización en el pago.
- Tiempo, este método es paulatino por lo tanto el efecto no es inmediato.
- Requiere de mucha disciplina y enfoque.
Consolidación de deudas
Ventajas
- Saldo inmediato de los diferentes compromisos adquiridos.
- Agrupación del financiamiento en una institución garantizando, en cierta medida, una tasa, un tiempo y una fecha de pago.
Desventajas
- El monto del préstamo no siempre es aprobado por la totalidad del monto que se adeuda. Cuando se presenta esta realidad lo usual es aprobar entre el 80% y 90% del total.
- Con ella no se está resolviendo el problema, sino que se dilata una realidad de endeudamiento; en otras palabras, es una solución puntual que requerirá de un esfuerzo, en ciertos casos, mayor para solventar dichos compromisos.
Independientemente de cuál sea el abordaje que se le dé a un financiamiento fuera de control, la realidad es que hay que hacerle frente. Dar continuidad a este tipo de situaciones deviene en consecuencias negativas indeseadas. Por lo que se hace necesario implementar las estrategias que se ajusten a cómo solucionarlo, de manera que se pueda tener una gestión financiera efectiva.
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