Tuve una conversación con una amiga recientemente. Me pidió consejo sobre esos momentos en los que la depresión ataca y no eres siquiera capaz de moverte. Me dijo:
Hago todo lo que me dicen. Trabajo en cambiar mis pensamientos sobre mí misma y el mundo. Practico las estrategias de terapia cognitivo conductual (TCC, en inglés CBT). Y aún así cuando todo se pone mal, cuando estoy en el pico de la depresión. Siento como si todo ese trabajo no sirviera para nada.
Me siento impotente. No puedo hacer nada. Pensar sobre el trabajo que he hecho para prepararme para cuando la depresión ataque y ver cómo evito las estrategias en ese momento me hace sentir mal.
Deja que te diga algo…
No es una expectativa razonable por tu parte el ser capaz de forzar esas estrategias cuando estás en pleno ataque de depresión.
Cuando alguien está en ese estado, normalmente piensa más lentamente, se reduce la concentración y se es menos eficiente y efectivo al tomar decisiones. Sin tener en cuenta que los pensamientos negativos se hacen más persistentes y que los sentimientos de vacío y desesperación lo abruman.
En un estado así no tiene sentido esperar que la persona saque su diario de pensamientos y pueda analizarlos como lo haría en otra situación.
“Hmm, he notado un aumento en mis emociones de enfado y tristeza tras el comentario sarcástico de Carolina sobre mí. Quizás un 80% y 75% respectivamente…”
Al menos personalmente yo no soy capaz de hacerlo.
¿Qué sentido tiene practicar las estrategias entonces?
Estoy segura de que te estás haciendo esa pregunta, al igual que mi amiga. ¿Qué sentido tiene? Si voy a volver a caer de nuevo en la depresión y no voy a poder usar las estrategias, para qué me sirven?
La clave está en el momento.
Hemos establecido cuando es el peor momento para usar las estrategias (probablemente el momento en que se hace imposible). Yo creo que el mejor momento para usarlas es cuando:
- El ánimo es estable y me siento un poco abrumada o ansiosa por un evento.
- Me doy cuenta de que mi estado depresivo está aumentando.
Practica los pensamientos positivos.
Es importante usar las estrategias lo más que puedas en esos momentos. La razón es que al final, estamos tratando de recablear nuestro cerebro. Años y años tomando el mismo camino mental nos ha dejado en este estado depresivo. Hacer un camino nuevo es difícil y requiere esfuerzo.
Probablemente no cojas este nuevo camino cuando estás en el pico de tu depresión, simplemente irás directamente a tu antiguo camino de toda la vida. De hecho los síntomas depresivos, por definición, te llevarán directa por el camino malo.
Recuerda, nuestros pensamientos negativos pueden llevarnos automáticamente a un estado depresivo. Practicar la creación y el desarrollo de pensamientos positivos puede ayudar a reducir el impacto de cualquier posible detonante en nosotras.
Si hemos practicado la habilidad de redireccionar nuestras percepciones sobre una situación, entonces se hace menos probable que acabemos en un estado depresivo de nuevo.
¿Te ha servido estos consejos?