El otro día vi un vídeo de Marie Forleo que me encantó y que responde a lo que me cuentan mis lectoras muchas veces y que a todas nos ha pasado alguna vez.
> Escucha aquí el podcast –> Qué hacer cuando la inseguridad y las dudas te bloquean. La estrategia de la linterna.
Cuando te dejas llevar por la inseguridad, las dudas y empiezas a verlo todo “negro”. Te da miedo no estar a la altura, dejas de creer en ti misma o en el valor de lo que ofreces y entras en una espiral de agobio y hasta ansiedad que no te deja avanzar.
¿Te suena? Esto te puede pasar tanto en tu faceta de mujer profesional como si tienes un negocio, especialmente cuando empiezas.
De repente te empiezas a preguntar si de verdad podrás ayudar a tus clientes, si no se quedarán insatisfechos, si estás a la altura de lo que dices.
O empiezas a preguntarte si estás haciendo bien tu trabajo, si ha sido buena idea empezar tu negocio, si, si, si…
La consecuencia: que dejas de hacer lo que tienes que hacer y no tienes resultados, claro. O que no acabas lo que habías empezado, o que no te atreves a dar el paso que ya habías decidido.
Y eso hace que te sientas peor todavía, más insegura y con más dudas. Un círculo vicioso.
¿Cuál es la solución entonces?
Cada vez que me lo comenta alguna clienta yo le explico que, aparte de ser normal (no te creas que sólo te pasa a ti), eso pasa cuando te centras demasiado en ti misma. En ese momento no estás pensando en tu cliente o en tu negocio, tu proyecto, tu trabajo, estás completamente centrada en ti misma. Y por eso no ves más allá.
Y aquí es donde entra la estrategia de la linterna, como dice Marie Forleo.
Como bien sabes, una linterna sólo ilumina en una dirección. Puedes iluminar al frente, al suelo, iluminarte la cara, lo que quieras, pero no se puede iluminar todo a la vez. Lo bueno es que tú eliges qué ilumina la linterna.
Si te iluminas a ti, no ves a tu cliente. Si iluminas a tu cliente no te ves a ti. Esto lo sabemos muy bien los coaches, es una de las cosas que nos enseñan, no te centres en ti, en tus ideas, opiniones o juicios, céntrate sólo en tu cliente.
Y cuando te enfocas sólo en tu cliente, tú no importas, no importa lo que pienses o sientas, lo que importa es tu cliente.
Ahora, si te iluminas a ti, empiezas a pensar en ti y en lo mucho o poco que sabes, lo bien o mal que parece que lo estás haciendo, y qué pensará de mí, y si…
Entonces recuerda que tú diriges la linterna, deja de iluminarte a ti e ilumina aquello en lo que estás centrada. Puede ser tu cliente, tu proyecto, tu negocio, el trabajo que tienes que hacer. Deja de iluminarte a ti e ilumina aquello que de verdad quieres ver, en lo que te quieres centrar (y no es tu miedo, eso seguro).
Si iluminas a otros dejas de pensar en ti y puedes avanzar. Como siempre, no va a ser fácil, pero es muy útil tener recursos cuando te encuentras en esa situación. Así que ten en mente esto, piensa en la linterna, ¿qué estás iluminando? ¿A ti o a tu camino, a ti o a tu cliente, a ti o a tu trabajo? Ilumina lo que de verdad quieras resaltar…
Espero que te ayude esta estrategia de la linterna cada vez que te encuentres pensando en si lo estás haciendo bien o mal.
Cuéntame qué haces tú en esa situación, ¿tienes algún otro recurso?
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