No importa en qué etapa te encuentres en el proceso de búsqueda de empleo, lo más probable es que a estas alturas ya te hayas tenido que enfrentar a algún revés en este campo. Ser rechazado para un puesto puede terminar minando tu confianza y resulta difícil seguir adelante con la búsqueda.
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Envíaste tu curriculum, tuviste una exitosa (al menos para ti) entrevista y te sientas a esperar la llamada que confirme que ese trabajo ya es tuyo…pero esa llamada nunca llega. Todos hemos vivido esa situación alguna vez y nos hemos sentido vulnerables ante la pregunta, ¿ qué hacer cuando no consigues el trabajo con el que habías estado soñando?
La mejor forma de manejar el rechazo es operando con una mentalidad resiliente. La resiliencia implica enfrentar los desafíos o contratiempos con una actitud constructiva y se centra en las oportunidades creadas cuando las cosas no salen según lo planeado. Las personas resilientes mantienen una actitud positiva y adaptable ante las adversidades. Para llegar a ser una persona resiliente, debes entender que el éxito y el rechazo van de la mano y uno no puede avanzar si siempre juega a lo seguro.
Estás “hecho” para sentirte mal.
El rechazo pesa tanto precisamente porque nuestros cerebros están programados para prestar más atención a los acontecimientos negativos que a los positivos. Este “sesgo de negatividad” es exactamente por lo que recordamos más un “no” que los muchos otros “sí” que hemos escuchado en nuestra vida.
Puedes empezar a contrarrestar esta inclinación natural pensando en las otras circunstancias que podrían haber conducido al rechazo. Por ejemplo, mientras tú puedes pensar que la razón fue tu falta de experiencia, la realidad es que también podría ser que la empresa haya hecho una selección interna para cubrir el puesto o haya decidido esperar antes de seguir con el proceso de contratación.
Incluso cuando tienes la certeza de que fuiste rechazado porque no eras el más adecuado de los candidatos, eso no quiere decir que en el futuro no surja un oferta de empleo para el que seas el candidato más fuerte.
Recuerda que es parte del proceso.
La realidad es que es muy difícil conseguir un empleo, y más en estos tiempos. Aprender a aceptar el rechazo como parte del proceso te ayudará a sobreponerte y seguir adelante.
Construye una autoestima laboral fuerte.
Si te encuentras constantemente restando importancia a tus logros, crea una lista de “cosas para fanfarronear” e incluye en ella todos tus logros y contribuciones.
Reconocer tus fortalezas y tu capacidad para tener éxito en momentos decisivos, te ayudará a valorar los aspectos positivos que te convierten en un candidato a tener en cuenta, y te ayudará a reforzar tu autoestima laboral. Además, resulta una gran herramienta para cuando te hagan preguntas sobre tus fortalezas y logros durante la próxima entrevista.
Diferencia entre el “No” y “Ahora no”.
Sé que perder una oportunidad laboral se siente como si te dijeran”no” a ti personalmente. Pero, lo que realmente significa es: “ahora no” a tu perfil profesional, no a ti. Ellos simplemente decidieron contratar a otra persona que creyeron encajaría mejor en las necesidades de la empresa en este momento. Eso no quiere decir que no les gustes tú como persona, que tu perfil profesional no les haya parecido interesante, o que no exista la posibilidad de crear alguna relación profesional en el futuro. De hecho, vamos a ver lo que has logrado hasta ahora:
- Conseguiste que tu perfil profesional les resultara interesante y digno de tener en cuenta.
- Superaste a cientos de candidatos y conseguiste la entrevista inicial.
Ambas cosas son pequeños logros, que si bien no te llevaron a alcanzar el objetivo final, te ayudarán a ver que ajustando algunos elementos de tu candidatura, podrás finalmente conseguir el ansiado puesto que estabas buscando.
Recuerda, mientras que un rechazo en el ámbito laboral puede parecer el fin del mundo, es realmente una oportunidad para aprender más sobre ti mismo, el proceso de búsqueda de empleo y mejorar para el futuro.