¿Tienes la impresión de que cada vez se pasa el tiempo más rápido?
Te pillas diciendo, “¿pero ya están las navidades aquí? ¡Si parece que fue ayer cuando empezamos el curso!” o cosas cómo “¡últimamente se me pasa el tiempo volando!”
¿Es cierto que el tiempo va más rápido?
En realidad “el tiempo” es una percepción subjetiva. Por ejemplo, cuando estamos en un sitio en el que nos estamos aburriendo parece que el tiempo va súper lento, o cuando viajamos a un lugar nuevo y a los dos días de estar allí parece que llevamos un mes. Sin embargo, si llegas tarde a una cita y sólo estás pensando en qué vas a decir, qué van a decir, …, los minutos se convierten en segundos y el tiempo parece que vuela.
La razón principal por la que tenemos la sensación de que la vida se pasa volando es porque no estamos presentes donde estamos.
Por ejemplo: Estoy desayunando y a la vez pensando en lo que tengo que hacer durante el día. Cuando hago esto la impronta del momento y actividad del desayuno es mínima en mi recuerdo y por lo tanto no queda retenida como algo que he vivido. Sin embargo, cuando estoy en un hotel desayunando, estoy mucho más presente en lo que estoy comiendo, el tipo de pan, de mermelada, etc. Esto hace que la impronta en mi cerebro sea mucho más intensa, más real y cuente como que ha ocurrido.
Al final del día qué ocurre: cuando he estado presente en todo lo que he visto o hecho parece que han pasado muchas cosas, que el tiempo me ha cundido y tengo la impresión de que el día se ha alargado.
Por el contrario, cuando no estoy presente, al acabarse el día y pararme a pensar, resulta que no tengo memorias claras del día, porque cuando estaba un sitio mi mente estaba en otro. De ahí que tenga la sensación de que se me ha pasado el día volando o sin darme cuenta.
Estas son 3 cosas que puedes hacer para asegurarte de que tu vida no se pasa volando y de que la vives a tope:
1) Usa las transiciones para tomar consciencia de tu vida
Al pasar de una actividad a otra presta atención a lo que dejas de hacer y a lo que empiezas. El fin y el comienzo de lo que hacemos son momentos claves donde podemos poner nuestra atención en que lo que hemos vivido se “grabe” como “ocurrido” y que lo que vamos a vivir se haga más real.
2) Regala tu atención plena a las personas con las que estás
Cada vez que estés con alguien pon tu atención plena en lo que te cuentan y en compartir desde el corazón. Vive cada encuentro como una oportunidad de dar a alguien lo más valioso de ti, tu presencia y atención plena. De esta forma, no sólo la otra persona se sentirá vista, sino que ese encuentro contará para siempre en tu memoria.
3) Lleva un diario
Mi propuesta es que al final del día te pares a escribir aquello por lo que estás agradecido del día y quedarte con lo que sea para ti más significativo, un aprendizaje, un recuerdo bonito, un reto superado,…
La vida no pasa volando mientras tú vas de allá para acá. La vida eres tú.
Y si quieres vivirla y sentirla a tope necesitas pararte de vez en cuando a reconocerla y apreciarla.
¡¡A vivir a tope!!
Recuerda que eres luz, así que sal ahí fuera y ¡¡brilla!!
¡Un abrazo enorme!
Mónica
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