En la entrada anterior les comenté todas esas cosas y frases que por nada en el mundo le deben decir a sus hombres, pretendiente o amigo con ventaja. Si se la perdieron la pueden revivir acá.
Ahora, les voy a decir todas aquellas cosas que sí debes hacer y sí debes decir para tener a ese macho rendido a tus pies, simplemente para mantener la relación como corresponde y con sus roles bien puestos, sí señor, como tiene que ser.Hace algún tiempo una de mis colegas bloggeras hablaba de su relación y cómo era que ella mantenía a su hombre totalmente embrujado, no revelaré su nombre para que el inocente no se entere, pero debo decir que tiene mucha razón. A continuación les contaré las cosas que me dijo más otras que adquirí por ahí.
Acá va la lista sagrada, pueden enviarme sus aportes voluntarios si quieren, esto las va a iluminar.Dígale que hace todo bien: aunque su macho recio no tenga mucho ese don para cocinar, o es malo arreglando cosas, mudando a la guagua (bebé) o paseando al perro. No importa, dígale que lo hace divino "amor que rico te quedo el filete, eres maravilloso", aunque le haya quedado como el horto. Simplemente dígale que podría ser chef si el quisiera, así con cualquier otra cosa, su ego y pecho de palomo se inflará y estará tan contento que ustedes solamente recibirán cariño de vuelta.Dígale que es demasiado guapo: siempre, siempre, dígalo mucho, en demasía "que bello te ves hoy", "eres tan mino (rico, guapo, apuesto)". Mucho piropo, así cuando la colega, secretaria o la chica que por ahí le tiene ganas se atreva a piropearlo o hacerle los puntos gordos (trate de conquistarlo), su hombre será totalmente indiferente, no le va a importar, saben por qué, porque él ya lo sabe, usted se lo ha dicho a diario. Aunque sea feooooo-feooooo, usted dígale lo apuesto que es y que se ve divino. Ya saben, no sea lesa, hágame caso. Siempre se agradece el piropo, a nosotras nos encanta, a ellos también.
Sea delicada y frágil: muy importante, creo que lo nombré en la entrada anterior, aunque usted pueda levantar peso, aunque usted sea capaz de hacer muchas cosas de hombre, ese trabajo bruto que requiere sudor y fuerza, no lo haga, aunque su hombre sea un inútil, no lo haga, por último llame a un contratista u otro para que lo haga, pero usted no lo haga, su hombre se va a acostumbrar, de apoco va a comenzar a ver que usted sí se la puede, sí puede traer todas las bolsas del supermercado, sí puede colocar un clavo, entre otros. Pronto va a ver que su macho ya no la ve como una criatura frágil y delicada que no puede con ese peso, que no puede hacer tanta fuerza porque se lastima. Pronto a usted le saldrán también cocos y él, en una de esas, ya no la vea tan femenina. Yo digo no más, por experiencia, he visto mucho. Mujeres que en el primer matrimonio aprendieron esto y, que en su segundo ya lo aplicaron, ahora son felices, además, tampoco trabajan ni se matan tanto, ¿para qué? Piénsenlo.Dígale lo qué tiene que hacer y cuándo: siempre, siempre, siempre. Si usted quiere que su hombre haga algo, como por ejemplo cambiar una ampolleta, arreglar el baño, colocar un clavo o que haga tareas domésticas, dígale que lo haga y cuándo tiene que hacerlo. Mándelo no más, si usted cree que a él se le va a ocurrir por arte de magia arreglar el baño, porque lógicamente hace un mes está mala la cadena del inodoro, está completamente equivocada, entienda que el hombre es básico, pero básico en serio. La mayoría no tiene iniciativa para esas cosas, lo mas probable es que no hayan hecho nada en la casa de sus padres antes de ir a vivir con usted, no sabe que los baños se ensucian, ni que existe el polvo, mucho menos que si la loza se acumula no se va a lavar por si sola, edúquelo. Así que, evítense el mal rato de... "ha estado todo el día esto así y no se te ocurre hacer algo al respecto", no lo rete por no pensar más allá de su naturaleza, mándelo y se termina el problema.