El presidente Donald Trump eligió a Mark Burnett, productor de los concursos de televisión ‘The Voice’ y ‘The Apprentice’, como enviado especial para el Reino Unido.
A Richard Allen Grennel, embajador en Alemania durante su primer mandato, como enviado presidencial para misiones especiales en Venezuela y la República Popular Democrática de Corea.
Al general retirado Keith Kellogg como enviado especial de paz en Ucrania con la misión de negociar con Rusia
A su amigo el exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, como embajador ante Israel.
A su inseparable compañero en el juego de golf Steven Witkoff como enviado especial a Oriente Medio.
A su también excelente amigo incondicional Matthew Whitaker como Embajador para la OTAN.
Al exsenador de Georgia y ex ejecutivo de negocios David Perdue, como embajador de Estados Unidos en China a fin de que -según Trump- aporte su “valiosa experiencia para ayudar a construir nuestra relación con China”.
Al financiero Adam Boehler, compañero de habitación de Jared Kushner yerno de Trump, en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania como “encargado para la liberación de rehenes”.
Y a sus consuegros Massad Boulos, suegro de su hija Tiffany, como asesor principal para asuntos árabes y de Oriente Próximo y Charles Kushner, suegro de su otra hija Ivanka como embajador en Francia.
Vale decir que los enviados especiales a diferencia de los embajadores no tienen que ser ratificados por el Senado.
Sabiendo que los designados no necesariamente acumulan experiencia política sino que han sido nombrados por ser amigos del presidente y que responderán a él y sólo a él, me pregunto a qué se dedicará Marcos Rubio si no tendrá injerencia en Ucrania, Rusia, Israel, Medio Oriente, China, Corea, Venezuela, Reino Unido y Francia.
Hay cuatro opciones:
- Sentir mucha rabia cuando se de cuenta que Trump lo “elevó” para sacarlo del juego.
- Aburrirse cuando no tenga nada que hacer porque las decisiones más trascendentes de política exterior se tomarán en la Casa Blanca.
- Dedicarse a conspirar con las fuerzas más oscuras del planeta para derrocar gobiernos, dar golpes de Estado, asesinar presidentes, producir invasiones y aplicar sanciones y bloqueos en alianza con sus amigos neoconservadores, narcotraficantes, paramilitares y terroristas (sobre todo ahora que hay terroristas buenos y malos).
- Todas las anteriores.