En los últimos años las entidades financieras están ofreciendo a sus clientes la posibilidad de contratar depósitos estructurados anunciando una “posible” rentabilidad que supera la de los depósitos bancariosconvencionales. ¿Son realmente interesantes estos productos? Sí, pero para el banco…
Con el dinero de la parte variable los bancos suelen establecer estrategias con derivados financieros, en las que no asumen ningún riesgo (se lo trasladan al cliente) y por las que se cobran sus correspondientes comisiones. En caso de que la estrategia salga bien, el cliente obtendrá una mayor rentabilidad (y normalmente el banco también) y si sale mal únicamente saldrá perjudicado el cliente. Todo esto pensando que las estrategias serán establecidas de buena fe por analistas profesionales y no obedecerán a intereses ocultos de grandes inversores institucionales o incluso del mismo banco.
Si alguien tiene curiosidad puede consultar cualquier comparador de depósitos estructurados para comprobar lo variopintos que pueden llegar a ser. El cálculo de los intereses de la parte variable puede establecerse por modalidades muy diversas (ya sabemos que los bancos tienen mucha imaginación para estas cosas), aunque normalmente no suelen representar una cantidad muy por encima de la de los depósitos bancarios convencionales.
A continuación se indica una lista, no exhaustiva, de las ventajas e inconvenientes de los depósitos estructurados:
Inconvenientes:
- El interés final de la inversión puede ser nulo o incluso negativo.
- La parte variable suele estar invertida en plazos de vencimiento largos (hasta cinco años), lo que obliga a tener inmovilizado el dinero durante ese período de tiempo.
- Suelen ser productos poco líquidos en los que se deben pagar importantes comisiones si se quiere recuperar el dinero antes del vencimiento.
- Es un producto relativamente complejo, no adecuado para inversores inexpertos que no tengan conocimientos y criterio suficiente para estimar si la estrategia tiene posibilidades de ser rentable o no.
- Tampoco es adecuado para inversores expertos, ya que les resultaría más barato y rentable implementar ellos mismos la estrategia por otros medios.
Ventajas:
- Si todo sale bien, la rentabilidad es algo mayor que la de un depósito bancario.
- La parte colocada en el depósito convencional está garantizada por el Fondo de Garantía de Depósitos.