Que la petición de María sea cumplida…

Por Perfumedecristo R. Elisabet

El Santo Rosario se compone  de 20  Misterios cinco Misterios Dolorosos, cinco  Misterios Gozosos cinco Misterios Gloriosos y cinco Misterios llamados de Luz . En esta época de la Gran Apostasía es necesario que todo católico para no ser vencido por el Demonio en su Fe rece los 20 misterios del Santo Rosario. Si la Gran Apostasía está siendo lo que es, se debe en gran parte a esta desobediencia al santo pedido de la Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra.

Dentro del culto a la Santísima Virgen María no podemos dejar de resaltar la devoción del Santo Rosario.

La palabra “rosario” viene del latín que significa guirnalda de rosas, siendo que la rosa es una de las flores utilizadas para simbolizar a la Virgen María.

El Rosario consta de varios  elementos: La contemplación: al recordar  cada misterio del Rosario en los que recorremos los momentos más importantes del Evangelio, meditamos con María los misterios de la Vida de Jesús.

El Padre Nuestro: la oración cristiana por excelencia, enseñada por Jesús; es de fundamental valor para todo cristiano.

El Ave María:  oración compuesta por el saludo del ángel a la Virgen y el anuncio de su maternidad; la alabanza de santa Isabel al recibir la visita de María y la súplica de la Iglesia por su intercesión.

El Gloria: es la glorificación a Dios, Uno y Trino.

Se dice que el Rosario fue instituido por Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la Orden de Predicadores, conocidos como los Dominicos. Pero, sin quitarle a Santo Domingo su aporte, el origen remoto del Rosario es anterior a Santo Domingo.

De hecho, siglos antes de este Santo fundador, los monjes recitaban de manera regular todo el Salterio, la colección de 150 Salmos de la Sagrada Escritura. Pero sucedía que los hermanos legos que formaban  parte de las comunidades monacales era analfabetos y no podían leer los Salmos. Para ellos se ideó una forma de oración que pudiera ser fácilmente memorizable.

La primera oración que se escogió para repetir unas 50 o 100 veces, dependiendo de las circunstancias, fue el Padre Nuestro. A raíz de este ejercicio repetitivo y para facilitar el conteo, surgió en Inglaterra un gremio de artesanos especializados en fabricar lo que hoy conocemos como un rosario. De hecho, hay en Londres una calle llamada “Pater Noster  Row” (Hilera de Padre Nuestros), la cual recuerda la zona en que estos artesanos fabricaban estas cuentas.

Los rosarios que fueron originalmente utilizados para contar los Padre Nuestros, a partir del Siglo XII fueron utilizados para comenzar a contar “Salutaciones Angélicas”, que eran la primera mitad de lo que hoy conocemos como el Ave María. “Jesús” y la segunda parte de esta oración fue agregada algún tiempo después, en 1483. Cada Ave María se seguía  con la alusión de un pasaje evangélico en forma de jaculatoria, las cuales llegaron a ser unas 300.Domingo busca las ovejas perdidas

Existen relatos interesantes que pertenecen a la tradición de la Iglesia; han pasado de generación en generación para enseñarnos cómo Dios se vale de diferentes medios para hacer que crezca en los hombres el fervor y como consecuencia, el deseo de hacer siempre su voluntad. A cerca del Rosario, se cuenta la siguiente historia:

Viendo Santo Domingo que los crímenes de los hombres obstaculizaban la conversión de los albigenses, entró en un bosque y pasó en él tres días y tres noches en continua oración y penitencia. Un día, se le apareció la Santísima Virgen acompañada de tres princesas del cielo y le dijo:

“¿Sabes tú, mi querido Domingo, de qué arma se ha servido la Santísima Trinidad para reformar el mundo?

-Oh, Señora, respondió él, vos lo sabéis mejor que yo, porque después de vuestro Hijo Jesucristo fuisteis el principal instrumento de nuestra salvación”. Ella añadió: “Sabe que la pieza principal de la batería fue la salutación angélica, que es el fundamento del Nuevo Testamento. Por tanto si quieres ganar para Dios esos corazones endurecidos, reza mi salterio”. La Virgen reveló: “Sólo si la gente considera la vida, muerte y gloria de mi Hijo, unidas a la recitación del Avemaría, los enemigos podrán ser destruidos. Es el medio más poderoso para destruir la herejía, los vicios, motivar a la virtud, implorar la misericordia divina y alcanzar protección. Los fieles obtendrán muchas ganancias y encontrarán en mí a alguien siempre dispuesta y lista para ayudarles.”

Santo Domingo contaba que veía a la Virgen…

sosteniendo en su mano un rosario y que le enseñó a recitarlo… dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. El Santo se levantó muy consolado y abrazado de celo por el bien de estos pueblos, entró en la Catedral y en ese momento sonaron las campanas (por intervención de los ángeles) para reunir a los habitantes. Al principio de la predicación se levantó una espantosa tormenta, la tierra tembló, el sol se nubló y los repetidos truenos y relámpagos hicieron estremecer y palidecer a los oyentes. La tormenta cesó al fin por las oraciones de Santo Domingo. Continúo su discurso y explicó con tanto fervor y entusiasmo la excelencia del Santo Rosario, que los moradores le abrazaron casi todos, renunciando a sus errores, viéndose en poco tiempo, un gran cambio en la vida y costumbres de la ciudad. .

el Rosario nos enseña a unirnos con María a Cristo en todo momento. Precisamente en eso consiste toda nuestra santificación: en configurarnos con Cristo, el hombre perfecto, el único “Camino, Verdad y Vida”. Jesús vino al mundo por María; el hombre llegará a Dios por María. El Rosario es la oración inspirada por la Virgen, con él se presenta en sus dos últimas apariciones: en Lourdes y en Fátima, fue aquí en donde ella misma se identificó con el título de “La Señora del Rosario”, invitándonos a rezarlo como una arma poderosa en contra del maligno.

La misericordiosa y verdadera aparición de la Madre de Dios en Fátima centra todo su mensaje en la oración diaria del Santo Rosario. En las seis apariciones de Fátima, la Virgen pidió el rezo diario del Rosario, y en la última se identificó como la Señora del Rosario.

En la primera aparición en Fátima, el 13 de Mayo de 1917, le dice la Virgen a los tres pastorcitos:

“Recen el Rosario cada día…”

En la segunda aparición, el 13 de Junio del mismo año, le dice la Virgen a Lucía:

“Quiero que reces el Rosario cada día”

En la tercera aparición, el 13 de Julio, la Virgen le recomienda a Lucía:

“Yo quiero que continúes rezando el Rosario cada día…

En la cuarta  aparición, el 19 de Agosto la Virgen le insiste:

“Quiero que continúes rezando el Rosario todos los días”

En la quinta aparición, el 13 de Septiembre:

“Continúen rezando el Rosario…”

En la sexta y última aparición a los tres pastorcitos, el 13 de Octubre de 1917, les dice la Virgen María:

   “Yo soy la Señora del Rosario. Continúen siempre rezando el Rosario cada día”

Dios te Bendiga, Hoy, Mañana y Siempre.