Algo que suelo hacer de vez en cuando es coger un disco de mi colección sin mirar lo que me llevo. Luego lo pongo en el coche y, como los tengo todos desordenados desde hace años, me suelo llevar la sorpresa de rescatar un álbum que llevaba años sin escuchar. Esta semana le ha tocado a Illinoise de Sufjan Stevens y tengo que reconocer que el tiempo no pasa por él. He vuelto a engancharme a sus canciones tanto como cuando lo descubrí por primera vez hará unos cinco o seis años. La excelencia pop de este álbum (que comentamos en el blog allá por 2010, haz click aquí) me ha recordado que el bueno de Sufjan lleva bastante tiempo sin publicar un trabajo de cierta relevancia. Lo último que recuerdo de él fue el combo presentado en 2010 con el Lp The Age Of Adz y el Ep All Delighted People, trabajos ambos con sus respectivas luces y sombras.
Conocí a Sufjan Stevens gracias a un especial de la revista Rockdelux en el que publicaban rankings con lo mejor de la primera década del siglo XXI en cuanto a películas, libros y música tanto a nivel nacional como internacional. Illinoise había quedado como el segundo mejor trabajo de la década tras el, por entonces reciente, Merriweather Post Pavillion de Animal Collective. El hype que creo aquel álbum por entonces lo aupó a la cumbre de todas las listas y ahora me hace gracia porque varios años después nadie lo menciona ni lo recuerda. Illinoise merecía el primer puesto en mi limitada opinión personal, pero quizá Rockdelux sucumbió ante la gigantesca bola de nieve creada por los pseudocríticos del profesionalizado sector discográfico.
En cualquier caso, Illinoise me impactó tanto que me vi empujado a conocer el resto de su obra anterior. Michigan y Seven Swans son también trabajos impresionantes que vistos en perspectiva actúan como excelentes precuelas para Illinoise, su obra magna hasta el día de hoy (citada en varias reseñas como el Smile del siglo XXI). The Age Of Adz y All Delighted People (haz click aquí) cambiaban de tercio en 2010 sacrificando el pop de coros inmaculados por una dosis de experimentación que diluía el resultado final en beneficio de entrar en territorios inexplorados. A pesar de todo, estos dos trabajos publicados casi a la vez escondían canciones tan celestiales como Heirloom, Too Much, The Owl And The Tanager o I Walked. Me hice fan incondicional de Sufjan después de contemplar tanto virtuosismo y a principios del año pasado escribí otra entrada situándolo en el segundo puesto de mi ranking personal que trataba sobre los mejores compositores surgidos en el presente siglo (haz click aquí). Ahora, a finales de 2014, caigo en la cuenta del silencio discográfico en el que se haya el músico y me pregunto, ¿a qué se dedica Sufjan desde aquel lejano 2010? He tenido que tirar de hemeroteca para descubrir decepcionado que sus actividades musicales son tan dispersas como me temía, algunas incluso ridículas.
En primer lugar, ha participado en varias bandas sonoras de discreta acogida. En 2011 preparó material para la banda sonora del documental Make, en el que se habla de la vida de varios artistas autodidactas entre los que se encuentra Royal Robertson, el mismo que en 2010 inspiraría su último trabajo de estudio The Age Of Adz. También este mismo año compuso música para el ballet de Justin Peck Everywhere We Go con nada menos que nueve movimientos para orquesta y piano. Si este tipo de música nos puede parecer alejada del exquisito pop al que nos tenía acostumbrados, sus otros proyectos se sitúan en las mismas antipodas. En 2012 inició una fructífera colaboración con los raperos Serengeti y Son Lux con los que publicó en 2012 el Ep Beak & Claws bajo el acróstico nombre de s/s/s. En 2014 han ido mucho más allá y han publicado un Lp completo bajo el nombre de Sisyphus que han promocionado con algún que otro videoclip. En concreto, en la canción Booty Call (haz click aquí) se puede ver a Sufjan con gafas de sol, camiseta de tigre y actitud rapera "que lo flipas".
No sólo de movimientos de piano y rap vive el hombre, por lo que en 2012 Sufjan Stevens publicó un quintuple EP de canciones navideñas llamado Silver And Gold que recoge villancicos grabados por el músico entre los años 2006 y 2010. Este cofre de discos sería el segundo volumen de una primera entrega publicada en 2006 llamada Songs For Christmas que recopilaba villancicos registrados entre el año 2000 y 2005. Por supuesto, he intentado probar a escuchar algunas canciones de la última entrega de villancicos, pero es superior a mis fuerzas. Me resulta difícil entender la obsesión de este chico por las fiestas navideñas.
En otro orden de cosas y dejando a un lado todos los proyectos oficiales en los que se haya inmerso, Sufjan también tiene tiempo para revisar antiguos discos duros y sacar a la luz en Soundcloud u otras plataformas canciones y maquetas olvidadas de discos anteriores. Which One Are You? apareció de forma inesperada para sus fans como descarte de BQE, Give a Little Love es un tema que el artista supone desechado de All Delighted People e It's a Long Life Live Jam es una demo perteneciente al largo tema Impossible Soul que finaliza The Age Of Adz. También saca tiempo en Tumblr para criticar un error tipográfico en la portada del álbum Helvetica Narrow de los Savages, corregir alguna que otra letra de Miley Cyrus o hablar indignado de los adolescentes hipersexualizados como Justin Bieber.
Resulta decepcionante como pierde el tiempo un hombre al que se le suponía no hace muchos años talento a raudales. Que se deje de rapear y cantar villancicos para centrarse de una vez en el álbum sucesor de The Age Of Adz. No me importa que siga derroteros tan experimentales si de una vez por todas retoma su descuidada carrera en solitario.