No le pediría que se hiciera político excepto que, por su sentido común, le impulsara a ello como lo fue el gran Gregorio Marañón. Un buen filósofo puede no ser un buen político y su labor es mucho más eficaz, sin duda, en la retaguardia que en la línea de fuego. Sí le pediría que me explicara ,con su lucidez habitual ,qué ha ocurrido con la famosa asignatura EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA Y LOS DERECHOS HUMANOS tan necesaria si está desarrollada por personas honestas.
Esta petición les parecerá un poco extraña pero el motivo es el siguiente. Él es un experto en las relaciones interpersonales y un día me gustaría leer un ensayo suyo sobre las crisis internas que se desatan en un núcleo de convivencia tan prosaico como una "comunidad de vecinos" de una vivienda o de una urbanización. ¿El motivo? Vivo en una de moradores "educados y cultos": jóvenes, mayores, ancianos y, desgraciadamente, viudo/as. Aparentemente nos saludamos (al decir de Josep Pla) con educación pero en las reuniones de la comunidad, para resolver los problemas de la misma, salen los rencores, envidias, mezquindades y odios.
A un periodista novel le sugeriría un libro sobre las miserias e interioridades de estas comunidades.así como el papel de los administradores de fincas.y comunidades de vecinos.