Probablemente, estos dos cuadros son los más característicos de Goya. Mucho se ha barajado de la identidad de la fémina aquí representada, tal vez, la Duquesa de Alba, lo que sí tenemos claro es que Goya pintó en primer lugar, hacia el año 1800, a la Maja Desnuda, y dos años más tarde retrató a la Maja esta vez Vestida. Actualmente se pueden visitar en el Museo Nacional del Prado, en Madrid.
Ya dentro de la Maja Vestida, destaca el fajín que lleva la dama, parte más detallada de la obra. Las pinceladas del cuadro son muy sueltas, a diferencia de las de la Maja Desnuda que emplea una precisión casi milimétrica. Una curiosidad es el objeto que aparece debajo de los cojines que podría ser una daga o puñal.