Foto tomada de www.laboresdeganchillo.es
Pero volviendo a la actualidad, a mí no me ha dado por el ganchillo, ni por el taladro (mi madre tambien tuvo su etapa en la que creíamos que vivíamos en un queso Gruyere) si no por la pinturita. Sí, el famoso chalk paint. Ya sabéis que soy muy chapuzas, que las siglas DIY en mi caso son acrónimo de DESTROY IT YOURSELF. Pero hay razones de fuerza mayor que justifican mi contacto con el sector madrechupiquehacemanualidades. Mi casa actual me encanta, pero me lo que realmente me apasiona es su potencial. Vaya, lo que viene siendo que la casa es estupenda y grande, pero vieja y de alquiler. Y yo, como os había dicho, soy pobre. Lo suficiente para tener que convivir con paredes de la cocina horriblemente empapeladas, ventanas con marcos de aluminio y otras lindezas que dejan el concepto vintage corto en ocasiones.
En esta casa, no teníamos muebles empotrados en el salón, como en la anterior, por lo que recurrimos a la buena suegra y nos dio uno de los muebles que tenía en el trastero para poder guardar en el salón todas las "joyas" que te regalan cuando te casas: vajillas, cristalería, etc. Era un mueble chulo, pero además de estropeado por el uso, muy anticuado y que no pegaba con mi salón. Así que, con una gran dosis de entusiasmo, y echándole un par, me lié la manta a la cabeza y decidí transformarlo.
antes
INGREDIENTES PARA MI LOCURA:- Lija fina.- Pintura efecto tiza color cacao. (yo utilicé las de la marca Xylacel compradas en Leroy Merlin)- Lana de acero.- Brochas.- Pintura casi transparente Xylacel Deco Lasur Efecto Glacier. (también de Leroy Merlin)- Cera mate de acabado.Tengo que decir que la parte más rollo fue desmontar puertas y herrajes, porque soy una ansiosa, poco manitas y lo que yo quería era pintarrajear. Pero hay que hacerlo para que quede mejor.Sin preparar el mueble más que limpiándolo bien y lijando algunas asperezas,(estaba barnizado y brillaba mucho pero no le quité el barniz, apliqué directamente sobre él la pintura) le apliqué una primera capa que no cubría demasiado. Lo dejé secar una hora y apliqué una segunda que cubría más. En algunas zonas pasé la esponja de lija suavemente, y froté con la lana de acero en algunos puntos, y cuando estuve convencida del resultado final, le di una mano de el efecto Glacier. Una vez seco, terminé aplicando dos manos de cera de acabado mate.A mí me gusta, pero reconozco que pasé un poco de miedo cuando mi cuñada vino a casa y me dijo que le encantaba como había quedado. Para, a continuación, preguntarme "¿y mi madre qué ha dicho? Porque a mí no me dejó pintarlo cuando estuvo ese mueble en mi casa". Miedo, terror, y nervios....pero la buena suegra ha dado su aprobación.
DESPUÉS
Y ahora tengo un problema....me he viciado. Y he pasado también a la cocina....Pero eso os lo cuento otro día.