qué miedo...

Por Lurhall
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Merece la pena leerlos, quizás os pase como a mí que estoy talmente de acuerdo. En cuanto lo leí publiqué el enlace en mi perfil de Facebook (algo que no creo que vean con muy buenos ojos los defensores de la ley Sinde) para que todos mis amigos que no suelen leer el periódico lo viesen y lo leyeran porque no puede resultar más informador. Muestra claramente la intención que tienen de manejar a sus anchas lo poco que nos queda de libertad en estos tiempos de prohibiciones y escaseces. Sinceramente, tampoco entiendo el criterio del Ministerio a la hora de escoger invitados, no sé qué pueden aportar algunos de los comensales de los que ya sabemos y resabemos sus argumentos y soluciones de rancio abolengo... En fin, que da miedo pensar en qué manos está el Ministerio, algo vergonzoso, que la única preocupación de la Señora Sinde sea la piratería y no porque la cultura en algunas zonas de este país está ausente y encima desprestigiada, que la defienda de verdad, que la acerque a todos, que realmente la haga atractiva. Y sabes donde pienso que la cultura resulta así, en la Red. Donde la puedes gozar y disfrutar según tu propio criterio.  A mí me gusta el cine, soy fiel a mi cita semanal con el programa Días de cine, bien, pues una gran parte de la películas que recomiendan y presentan como grandes obras sólo pueden llegar a mí a través de internet, es más, como no hablo inglés, muchas de ellas jamás las disfrutaría si no fuese por ese consumidor caprichoso y delincuente que ocupa su tiempo traduciéndola y subtitulándola. Qué tiene que decir a todo esto la Ministra, que además de ser la de los cineastas y músicos, quiero pensar que también es la mía. Y es que ya no es que no quiera pagar, ni que no me lo pueda permitir, sino simplemente que no tengo oportunidad de ello. Que jamás han pasado en un cine cercano a mí “Soñadores” de Bertolucci, ni “ La celebración” de  Vitenberg, ni muchas otras. Y no hablemos de los clásicos, grandes olvidados en los videoclubes de la localidades pequeñas. La red me brinda la posibilidad de ver películas que nunca se han estrenado en España, de disfrutar de documentales interesantes que no emiten canales  de tv de aquí, o que lo hacen sólo (aunque la RAE diga que no, lo seguiré tildando) los canales de pago, y estos sí que no me los puedo permitir.  Sigo pensando que el casposo mundillo intelectual y la vergüenza que es la SGAE no deberían ser los que decidiesen los caminos que debe seguir algo tan grande (en todas sus vertientes) como la Red. Y a partir de ahora lo escribiré siempre con mayúscula como si fuese mi único dios a seguir, pues desde luego más generoso y mas consolador que los otros dioses que he conocido en mi vida es.  Me da realmente miedo que paren en seco todo lo positivo que vivo teniendo la posibilidad de encontrar en internet todo lo que busco y encima a mi alcance. Gracias a la Red descubrí películas, interioricé líneas de filosofía, de análisis,de pensamiento plasmadas en reportajes sobre todo lo que se puede imaginar; eso me ha hecho una persona más fuerte. Porque la asequibilidad de la cultura en un país es básico para que éste se llene de ciudadanos fuertes y librepensadores, algo casi imposible si recurrimos a formas no delictivas para nutrir nuestro intelecto en este momento.