Que no se os olvide la compañía de las aves

Por Aver Aves @AverAves

Una laguna más, en un pueblo de Ávila (Villanueva de Gómez), que encierra una actividad frenética de aves que no se ve a simple vista. Continúa…

Javier Rico

No, no tenéis que comprar ningún ave para que os acompañe durante vuestras vacaciones y viajes. Todo lo contrario, seguid prestando atención a todas las que os rodean en libertad, sea en la costa, la montaña, el bosque, la ciudad o el pueblo. Ante todo, mejor si no os movéis mucho y no os desplazáis muy lejos. Primero porque seguimos con un alto riesgo de contagio de la covid-19, y segundo porque en cualquier lugar salta la belleza de las aves. Lo hemos demostrado con #AvesDesdeCasa durante el confinamiento y os lo demostramos con cada salida que hacemos al lado de vuestras casas. 

“¿Qué estará mirando?” Esta frase, tan recurrente cuando nos ven enfocando los prismáticos y el telescopio hacia un punto en concreto, la escuchamos por última vez en Villanueva de Gómez, en la comarca abulense de La Moraña. La pronunciaron dos personas que se alejaban de donde estábamos y que con toda seguridad salen todos los días, avanzada ya la  tarde veraniega, a dar un paseo por el entorno más natural de su pueblo. Sin embargo, se pierden muchas cosas. Todas las que nos cuentan las aves.

¿Y qué estábamos mirando? Ante todo, el comportamiento de una pareja de cigüeñuelas comunes que protegían con mucho celo, e incluso agresividad, a sus dos polluelos en las orillas de una charca situada a las afueras del pueblo. Echaron con sus vuelos y gritos insistentes a una joven avefría, a dos estorninos y a una paloma torcaz que bajaron a comer y beber a la charca. Incluso hicieron varios vuelos disuasorios sobre nuestras cabezas, como diciendo: “tampoco nos gusta vuestra presencia”.

Primera sorpresa en la laguna: la presencia de cigüeñuelas y de varias especies que bajan a beber, como el verderón del fondo

Pero hay más. Aunque tampoco les hacía gracia a las cigüeñuelas la presencia de un par de chorlitejos chicos, estos se hicieron los locos y siguieron buscando comida entre el limo. Una pareja de ánades azulones nadaba tranquila en el centro de la charca y lavanderas blancas, verderones, jilgueros y cogujadas comunes bebían en los bordes. Las golondrinas comunes y los aviones comunes hacían vuelos rasantes para saciar también su sed, y gorriones y trigueros le daban al canto entre cables y postes.

Sí, habéis contado bien, estábamos viendo un precioso y trepidante documental en vivo y en directo protagonizado por catorce especies de aves, cada una con sus comportamientos y adaptaciones al medio. Éramos las únicas personas que durante algo más de media hora disfrutamos de este momento. Y así os podríamos contar decenas de instantes vividos recientemente en nuestra visita tanto a la comarca de La Moraña como a la cercana de Tierra de Pinares de Segovia.

Segunda sorpresa en la laguna: las cigüeñuelas son una pareja que cuida de sus crías y no quieren a nadie que les pueda molestar. A esta avefría joven la acabaron echando.

Pero es que hoy, en pleno centro de Madrid, preparando una ruta de la que os hablaremos en la próxima entrada al blog, hemos visto, por ejemplo, milanos reales, cigüeña blanca y cernícalos vulgares. Una pareja de estos últimos volaba entre las antenas y las cornisas de unos edificios por donde se oía al menos a un canario enjaulado. No sería la primera vez que un cernícalo se las ingenia para capturar aves encerradas en jaulas.

Tuvo suerte el canario, no porque este se enfrentara a los cernícalos, sino porque quienes les echaron fueron unos vencejos “libres” que no se fiaban un pelo de la presencia de las rapaces, por la seguridad de sus jóvenes poco diestros aún en el vuelo y por la de las crías que mantienen en el nido. Como las cigüeñuelas en Villanueva de Gómez, los echaron con vuelos y chillidos insistentes en torno suyo.

Disculpad la calidad de la imagen. Este cernícalo vulgar surgió de repente, en pleno centro de Madrid, con ganas de “visitar” alguna jaula cercana.

Curiosamente, contemplando este comportamiento nos preguntó un joven si estábamos observando a los cernícalos, que su tío le había enseñado cómo son y dónde tenían un nido cerca de donde estábamos, que posiblemente sería el de la pareja que protagonizó la escena en la Ronda de Valencia de Madrid. Aquí nos llevamos una gran satisfacción, al dar con alguien que comprendía nuestra atenta observación.

Son solo dos ejemplos de cómo cualquier paseo urbano o rural depara momentos inolvidables en torno a las aves. No os olvidéis de ello cuando hagáis el equipaje para vuestro próximo viaje. Ya sabéis, que no falte una guía de aves y unos prismáticos en la mochila o la maleta. Tenerlos siempre a mano porque en cualquier recodo del camino nos espera un documental de naturaleza con las aves como estrellas del cartel.

Infórmate sobre nuestras rutas para colegios, institutos y ampas por parques y jardines de la Comunidad de Madrid.

Contacto: venteaveraves@gmail.com / 617 47 80 17