¡Que os vayáis todos!

Por Andi

Desde 1987 pasaron tantas cosas: mire, el plan austral, el plan primavera, el plan “rajemos mientras podamos”, el plan “comprá dolares”, el plan “les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo”, el plan Brady, el plan “Carlos al gobierno, Mingo al poder”, el plan Bonex, el plan convertibilidad, el plan “tenemos que dejarnos de afanar por dos años”, el plan “pidamos guita y después que se las arregle el gobierno que viene”, el plan “achiquemos al Estado y vendamos las joyas de la abuela, el vestido de la abuela, y a la abuela también”, el plan “Voto cuota”, el plan “Dicen que soy aburrido”, el plan “Blindaje”, el plan “Ring-raje”, el plan “Corralito, CorraMingo, CorraFernando”, “El plan que puso dólares recibirá dólares”, y tantas otras promesas de que todo va mejor con el FMI que refresca mejor tus capitales.

Y finalmente parece que aprendimos que “Un Fondo que da consejos, más que padre es un enemigo”, y desde entonces parece que no nos va tan mal. Quizá nos va un poco mejor...

Y mientras tanto, en Europa, aunque parezca increíble, les creían. Los mismos que nos habían corralitado, megacanjeado y remarcado, estaban allí, en Europa. Hacían que tu casa valiera de pronto 1 palo euro (para cobrarte mejor) y te daban un crédito que nunca ibas a terminar de pagar, pero ellos felices, porque lo que les importa no es que les pagues, sino que les debas cada vez más. Y los europeos, que se supone que conocen de estas cosas desde hace más tiempo que nosotros, cayeron como “euritos” (es que cualquier otra palabra que pusiera era insultante, disculpad). Y los españoles, que hace más de 500 años nos descubrieron a nosotros, esta vez no los descubrieron a ellos. Y eso que los tenían cerquita. Y los griegos, tampoco, y los portugueses, ni ahí. Y los italianos, niente. Y Europa unida jamás será vencida, pero parece que esta vez la moneda cayó para el lado de la enfermedad.

“¡Y ahora, y ahora... nos pagan bien la deuda!”, gritan los del FMI, y los españoles, se indignan. ¿Por qué se indignan, si ellos hace 9 años tenían la campaña “Argentina nos duele” y no entendían cómo podíamos estar tan mal, y ellos tan bien? Se indignan porque parece que para pagarle al FMI, o para no pagarle pero que parezca que sí, hay que aplicar las “recetas”. Y las recetas del FMI dejan sin comer a la mayoría de la gente: baja del gasto público, baja de sueldos, desempleo... y la gente se dio cuenta de que esas palabras, que suenan quizá bonitas cuando las pronuncia un economista con cara de sabio en un país extranjero, no son tan buenas cuando la vacuna va a sus propias nalgas. Los españoles se indignan y protestan, lo mismo los griegos, los portugueses, todos... Por lo mismo que no entendían cuando protestábamos nosotros.

Por Rudy