España, como todos los países, no es uniforme ni mucho menos. No lo es en muchas cosas, y en estos momentos de crisis económica tampoco lo es en el crecimiento económico de sus comunidades autónomas o regiones. En 2011, las mejores fueron Canarias y Baleares que crecieron al 2,1 y 1,8% respectivamente, y Navarra, que lo hizo al 1,5%; la media fue del 0,7%, y por abajo Murcia, Castilla-La Mancha o Extremadura tuvieron un crecimiento nulo o negativo.
Las islas (Canarias y Baleares) crecieron gracias al turismo, la industria nacional por excelencia (una vez hundido el sector inmobiliario y la construcción); Navarra gracias a la industria y las nuevas tecnologías (quizás sea la comunidad más “europea” y avanzada que tenemos). Navarra es el ejemplo a seguir, sin olvidarnos del turismo, que sigue manteniéndonos vivos por ahora.
Por último recordar que el PIB por habitante también muestra esa diversidad de un modo muy explícito: en un extremo tenemos al País Vasco, con 31.288€ y en el otro, casi con la mitad, a Extremadura con 16.149€
Una parte del país se compara con Europa con buena nota, pero otra lo hace con otros continentes menos favorecidos.