Sobre el papel de los juguetes en el desarrollo infantil he escrito en diversas ocasiones a lo largo de estos casi diez años que llevo al frente de Mamá Psicóloga Infantil. No obstante, siempre es necesario que hablemos de esta cuestión. También sobre qué tipo de juguetes son los más beneficiosos y cuáles son mejores para fomentar diferentes habilidades. Tanto en los más pequeños y como en los que ya no lo son tanto.
Hoy trato este asunto tan interesante diciéndote, en primer lugar, que jugar es la actividad fundamental que debe realizar cualquier niño o niña durante sus primeros años de vida. Y es que es jugando como adquieren la gran mayoría de sus aprendizajes. Aprenden a relacionarse con el entorno que les rodea, con las personas con las que conviven y otras muchas cosas que veremos a lo largo de este post.
Diferencia entre juego y juguetes
Antes de entrar en la importancia de los juguetes en el desarrollo de nuestros hijos, quisiera hacer una primer distinción entre juego y juguete, que a pesar de parecer óbvia, a mi me parece muy interesante. El hecho es que el juego es una actividad que puede o no requerir de más o menos elementos para realizarse. Estos elementos son lo que llamamos juguetes, es decir son las herramientas con las que nuestros hijos e hijas juegan a determinados juegos.
No todos los juegos requieren de juguetes, lo sabemos bien, porque todos hemos jugado en algún momento u otro, por ejemplo al:
- cucu-tras.
- pilla-pilla,
- escondite,
- o la rayuela u otros similares.
Si bien este tipo de juegos cumple una función muy importante en el desarrollo infantil, los juguetes también, puesto que enriquecen y amplían el mundo lúdico de nuestros hijos e hijas. Y aquí es donde podemos observar la importancia que tienen los juguetes en el fomento de determinadas habilidades como:
- la psicomotricidad fina o gruesa,
- las lingüísticas
- u otras más de tipo social.
La importancia de los juguetes en el desarrollo de nuestros hijos
Como he ido apuntando a lo largo de estas líneas, gracias a los juguetes y al juego que desarrollan con ellos, nuestros hijos e hijas:
- aprenden cómo funcionan muchas de las cosas que les rodean,
- conocen colores, texturas, formas, tamaños o sonidos,
- plantean y superan retos,
- mejoran sus habilidades motrices,
- desarrollan su vocabulario
- progresan en su capacidad de relacionarse con los demás, es decir, ponen en marcha y potencian sus habilidades sociales,
- imaginan, crean, piensan, planean,
- …
Para que un juguete tenga todo este potencial debe cumplir una condición que para mi punto de vista, tanto de madre como de profesional, es fundamental y es que deje espacio para que el niño o niña pueda usar su cerebro. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente que cuanto menos haga el juguete mejor. Porque así nuestros hijos serán sujetos activos y no pasivos del juego que hayan elegido jugar, podrán desplegar sin limites su potencial y permitirá que se diviertan mucho más que com otro que lo haga todo de forma programada.
Es por todo lo dicho en el anterior párrafo que recomiendo siempre que optemos por :
- juegos de construcción,
- muñecas,
- juegos de mesa,
- juguetes que potencien el juego simbólico y de imitación,
- cartas,
- puzzles y rompecabezas.
En definitiva, juguetes con los que la diversión, el entretenimiento y, por qué no, el aprendizaje está garantizado.
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