¿qué Pasa En El Cielo?…

Publicado el 23 enero 2019 por Carlosgu82

En el tema de la conspiraciones se pueden hablar de muchas cosas, pero hoy me gustaría dedicar este articulo a un tema complejo de tratar y que cada vez se le está dedicando, creo yo, más tiempo, y poco a poco se va tratado en profundidad, resultando quizás el tema algo superficial, frívolo, versátil, inverosímil… pero sin duda de gran calado, y no hablo de otra cosa que de los “Chemtrails”.

Como la mayoría sabréis, los chemtrails son esas lineas que dejan los aviones en su paso, supuestamente producidas por la condensación de agua, debido al cambio de temperatura que se producen en esas altitudes al paso del aire por los reactores. Una de las obviedades es la cantidad de aviones que cruzan el cielo durante ciertos días, y otros en cambio no se ve ni un solo avión.

¿Podemos pensar que las estelas que dejan

algunos aviones son normales?…

Yo recuerdo en mi niñez, ya hace algunos años, que me quedaba viendo los aviones, entonces el trafico más bien era escaso, y recuerdo que aquellos aviones dejaban una estela que se iba difuminando al paso de los mismos, lentamente se podía observar como poco a poco se alejaban y la estela desaparecía con las misma progresión.

Hoy en día lo que ocurre en muchas ocasiones es totalmente anómalo, si nos quedamos observando al cielo, esas estelas son muy pronunciadas, acusadas, largas y que producen efectos muy extraños… Aviones que parece que estén fumigando algo, que están soltando algo a la atmósfera.

Básicamente un chemtrails es esa linea famosa de condensación, pero es de tamaño enorme, gigantesco, y además va creciendo al paso del avión, es decir en más de desaparecer, aumenta de tamaño, en algunas ocasiones de proporciones inmensas, produciendo unas bolsas de caída, como si hubieran diferentes componentes en la estela.

También esas lineas no son continuas, a veces se han podido observar como esto ocurre, como si hubieran cortes, una cosa imposible para lo que pudiéramos pensar como algo racional, como si el mecanismo que controla ese avión tuviera un sistema que cortara instantáneamente y reactivara la emisión de ese tipo de componentes, de ese tipo de estela inexplicable.

También se pueden ver cómo esas lineas cruzan el cielo como si se tratase de una tela de araña, es decir aviones cruzando en todas direcciones formando una malla de proporciones inmensas.

También podemos ver lineas paralelas, aviones que van totalmente equidistantes, semejantes, formando un enorme campo que tapan totalmente el cielo, y eso en zonas que el trafico aéreo, tanto militar como civil, que es más bien escaso, así como lineas perpendiculares, e incluso estrellas, como si forzaran a cruzar a través de un punto, como si estuvieran dirigidas por medio de un sistema de GPS, que les indicase una dirección, unas coordenadas y esas pasasen por un punto en concreto.

En otras ocasiones se han podido observar aviones en rumbo de colisión, paralelas de hasta cinco aviones, círculos, cambios de rumbo… llegan a cruzar el cielo más de cien veces en un solo día, y no sólo aquí sino en todo el mundo, o al menos en aquellos lugares próximos a estados donde la OTAN tiene sede.

Es un fenómeno desgraciadamente común, ya en estos últimos años, quien de nosotros no se ha sentido sorprendido y extrañado al mirar al cielo, y ver como esté está muy menudo, casi a diario cubierto por largas estelas que forman estas nubes artificiales de extraños colores y formas, que sobre todo aparecen en los días soleados y muchas veces en verano a ultima hora de la tarde, casi anocheciendo.

Los expertos dirán que son estelas de condensación o contrails, pero esas se disipan muy rápido al paso del avión, y estas a las que me refiero duran muchos minutos e incluso horas, y al expandirse dejan el cielo impregnado por una neblina que le da un tono pálido. Los contrails, las de toda la vida, son estelas blancas, cortas, brillantes, y se suelen deshacer en pocos minutos. Estás no revisten ningún peligro, al igual que aquellas que emiten las avionetas en festivales de aviación o publicidad tan características que vemos a veces.

Tanto la NASA como la aviación civil y militar, afirman que las condiciones que se tienen que dar para que se formen las estelas de vapor, de condensación, son las siguientes: 71% de humedad, -40 grados centígrados de temperatura y una cuota de vuelo no inferior a 8.000 metros.

Chemtrails y contrails, nada tiene que ver unas con las otras, fundamental es tener presente está diferencia para saber de qué estamos hablando. Hay quien defiende que los chemtrails son estelas formadas por productos químicos que salen en forma de aerosoles rociados desde enormes tanques situados dentro de los aviones, preparados para está tarea.

Estos aviones raramente se les puede ver la matricula, pero se puede confirmar por observación y fotografías que son trimotores, militares, aviones cisterna, por lo general los KC-10 Extender, fabricado por la compañía estadounidense McDonnell Douglas, aunque también se han podido observar los Boeing KC-135 Stratotanker.

Estas estelas, salen de aperturas, de unas toberas de estos aviones, diseñadas especialmente para que cumplan su función. Desde 1995 aproximadamente e interrumpidamente están esparciendo en nuestros países estas sustancias.

Muchas son las preguntas que hay al respecto, pero jamás ningún organismo oficial, ni nacional ni tampoco internacional, ha explicado debidamente el porque son tan inquietantes estas estelas… Quien autoriza y con que objetivos, que química contienen, pueden producir realmente enfermedades y alterar el ecosistema…

El misterio de estas siniestras estelas, hay quien defiende, que reside en el origen del proyecto “El tiempo es una fuerza múltiple, tiempo en 2025”, estos documentos, en parte desclasificados de la aeronáutica militar estadounidense, se revela que desde hace años está en marcha una operación para implantar en la población, sensores invisibles más finos que un cabello humano, además de otras finalidades.

Hablamos de la nanotecnología, en este caso de implantes al ser humano, donde determinadas fuerzas científicas están implicadas en las operaciones de rociado para el control del tiempo meteorológico y en el espacio, bajo varios tipos de coberturas divulgativas como es el control climático.

Leyes internacionales prohiben desde 1977 intervenciones cuyas finalidades sea el cambio climático. Según la investigadora estadounidense Carolyn Williams Palit, tras años de investigación y basándose en los informes en parte desclasificados por EEUU, llegó a la conclusión que la verdadera finalidad de las estelas químicas era y es, el control de la población mundial.

Un equipo de investigadores estadounidenses al mando de Edelgard Salinger han trabajado con varios prestigiosos laboratorios para analizar los contenidos químicos de las chemtrails, con los métodos más avanzados y poder determinar si existe relación real entre estelas y determinadas enfermedades, así como la contaminación atmosférica.

Y estos exhaustivos análisis revelan que están compuestas las muestras por lo siguiente elementos; La pseudómona aeruginosa, que se encuentra por lo general en la mugre, que se emplea en ingeniería genética; Sales de bario en aerosol, que lo primero que debemos saber es que son radioactivas; Niveles altos de aluminio; Etileno dibromida o EDB, que está prohibido desde 1984, que dejan un rastro parecido al arco iris, siendo una sustancia muy contaminante y nocivas para la salud; Enterobacterias, que pueden causar trastornos a nivel intestinal; Serratia Marcescens, que suele utilizar como marcador; Streptomyces; Células rojas congeladas; Otras bacterias y otras sustancias…

Así pues, determinaron en su informe que estos productos fumigados en la tierra son responsables del considerable aumento de la alcalinización de los suelos del planeta.

Según informes de otros laboratorios estadounidenses, como The Forest Service nos revelan que estos microsensores se terminan difundiendo en la comida, en el agua, en el aire… siendo los portadores la población. La aeronáutica estadounidense clasifica que la finalidad de esta tecnología, que no es mortal, sino de control, es utilizarla como arma que puede llegar a leer hasta el pensamiento y las emociones.

La finalidad de difundir sensores diminutos, como granos de arena, o cabellos humanos en la atmósfera es de formar una red de vigilancia, conectando con una red de rastreo que se encuentra, por ejemplo a 50.000 pies, así obtienen áreas de observación de más de 350 kilómetros cuadrados con una resolución de un metro.

Muchos años nos llevan fumigando, y sin duda es todo un enigma, pero tiene un efecto positivo, sin duda, por que son una llamada a la conciencia, se han planteado en muchos Parlamentos, incluso en el Europeo, con respuestas similares… “Si, estamos al tanto de estas reclamaciones, pero no tenemos información de ninguna evidencia de partículas de bario, aluminio, hierro… emitidas deliberadamente por los aviones”.

Es decir la respuesta esta clara, eso que vemos son estelas de condensación que se producen por el paso de los aviones, sencillamente compuestas por vapor de agua o partículas de hielo.

Hace apenas unos meses la Asociación Española de Meteorología (AEMET) aclaró que sí existe una práctica –todavía experimental– llamada “siembra de nubes”, que consiste en introducir partículas químicas microscópicas en las formaciones nubosas para acelerar las lluvias.

La élite de los científicos atmosféricos, como los del Instituto Max Planck de Meteorología, en Hamburgo (Alemania), o el Imperial College de Londres (Reino Unido), niega la existencia de un programa secreto dedicado a fumigar a la población desde aviones para esterilizar a los ciudadanos, propagar enfermedades, modificar el clima o provocar sequías.

Los puntos de vista son de los más variados, hipótesis donde dicen que la verdadera razón es que sobra población, otras donde se busca aplicar las leyes biológicas de la herencia para perfeccionar la especie humana, manipulación del ADN por medio de las fumigaciones; otras hablan de la geoingenería, de la manipulación deliberada y tecnológica a gran escala del ambiente planetario, tanto océanos, los suelos y la atmósfera por mediación de Haarp.

Lo cierto es que el tema es delicado, pero cierto es, que el cielo nada tiene que ver de como era hace 25 ó 30 años, antes era mucho más limpio de estás nubes ficticias, de estas estelas producidas por los aviones. El asunto se ha convertido en algo más que un bulo de los típicos que circulan por Internet: ya es una creencia, a veces muy arraigada, que va creando una comunidad de personas adeptas cada vez más activas.

Mira el cielo… fíjate en alguna de las innumerables estelas blancas que dejan los aviones tras sí… Yo creía que era un simple rastro de los gases de combustión, pero ahora…

¿Tú que crees?…