¿Qué pasa realmente con el 3% de los estudios contrarios al consenso del cambio climático?

Por Daniel_galarza

Es bien sabido que el 97% de los estudios científicos confirman una serie de hechos particularmente negados por ciertos sectores, principalmente aquellos relacionados con la industria del carbón y el petróleo, acerca del calentamiento global: el calentamiento global está ocurriendo, de forma más acelerada de lo previsto, y es causado principalmente por la actividad humana. Pero, ¿y qué nos señalan el 3% de estudios marginales que los negacionistas suelen referenciar, incluso señalando que su caso es similar al de Galileo contra el "establishment" de su tiempo?

De acuerdo a una revisión sistemática realizada por Rasmus Benestad y otros, publicada en la revista Theoretical and Applied Climatology en 2016, el conjunto de estudios que componen ese 3% marginal resultaron tener serios defectos metodológicos, de supuestos, de sesgo de selección e incluso demostraban una total ignorancia sobre física básica.

Contrario al caso de Galileo, cuyos modelos eran consistentes internamente, se contaba con observaciones bien realizadas y confirmadas por la comunidad de investigadores de forma independiente, los estudios contrarios al consenso climatológico cuentan con enormes errores que hacen que los autores de esta revisión se cuestionen también sobre cómo fue que pasaron los controles de las revistas arbitradas. El consenso y la evidencia científica apunta hacia un lado muy claro, además que existe cero evidencia de algún caso de censura o represión por parte de la comunidad científica, contrario de lo que concluyen o alegan estos científicos marginales.

"Si alguno de los contrarianos fuera un Galileo moderno, presentaría una teoría que se apoye en la evidencia científica y que no se base en errores metodológicos. Una teoría tan sólida podría convencer a los expertos científicos, y se comenzaría a formar un consenso".

Señala Dana Nucciteli, coautora de la revisión. Así que no, ni los científicos marginales ni los medios que han aprovechado estos pocos estudios sesgados como una prueba de controversia científica, representan en modo alguno el espíritu galileano.

Esto suele importarle poco los negacionistas en realidad, y muchas veces puede detectarse una notable deshonestidad intelectual motivada ya sea por intereses económicos o por un duro compromiso ideológico. Los negacionistas, al no poder contrarias el consenso científico con estudios bien realizados en el campo, suelen preferir la publicidad mediática fácil. Por esto último es sencillo encontrar críticas, reseñas y llamados a la "controversia" en periódicos en revistas, algo que no se refleja en las revistas indexadas, las que, como hemos visto, publican en su enorme mayoría, estudios que confirman la realidad del calentamiento global, sus causas y posibles consecuencias.

<<El consenso científico se expresa claramente en los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC). Creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa Ambiental de las Naciones Unidas, el propósito del IPCC es evaluar el estado de la ciencia climática como base para una acción política informada, principalmente sobre la base de literatura científica revisada y publicada por expertos. En su evaluación más reciente, el IPCC afirma inequívocamente que el consenso de la opinión científica es que el clima de la Tierra está siendo afectado por las actividades humanas: "Las actividades humanas ... están modificando la concentración de los componentes atmosféricos ... que absorben o dispersan la energía radiante. ... [La mayor parte del calentamiento observado en los últimos 50 años probablemente se debió al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero " [p. 21].
El IPCC no está solo en sus conclusiones. En los últimos años, todos los principales organismos científicos en los Estados Unidos, cuya experiencia de los miembros se relaciona directamente con el asunto, han emitido declaraciones similares.>>

Escribía en 2004 la historiadora de la ciencia, Naomi Oreskes, en su legendario artículo para la revista Science, " Beyond the Ivory Tower. The Scientific Consensus on Climate Change". Entre las otros organismos científicos citados, se encuentran la National Academy of Sciences, la American Meteorological Society, la American Geophysical Union y la American Association for the Advancement of Science (AAAS). Prácticamente, no encontrará una asociación o instituto científico que ponga en duda la realidad del calentamiento global antropogénico (no, el Cato y Heartland Institute no son ejemplos de organismos científicos respetables). Oreskes, también autora (junto a Erik Conway) de Mercaderes de la duda (2018), señalaba además que no debe confundirse el consenso científico con el dogmatismo, ya que el consenso es falible al fin y al cabo (lo que para nada significa que lo que es aceptado hoy día sobre el cambio climático sea falso):

"El consenso científico podría, por supuesto, estar equivocado. Si la historia de la ciencia enseña algo, es humildad, y nadie puede ser criticado por no actuar sobre lo que no se sabe. Pero nuestros nietos seguramente nos culparán si encuentran que entendemos la realidad del cambio climático antropogénico y no hicimos nada al respecto.
Muchos detalles sobre las interacciones climáticas no se comprenden bien, y existen amplias razones para continuar la investigación para proporcionar una mejor base para comprender la dinámica climática. La cuestión de qué hacer con respecto al cambio climático también sigue abierta. Pero existe un consenso científico sobre la realidad del cambio climático antropogénico. Los científicos del clima han tratado repetidamente de aclarar esto. Es hora de que el resto de nosotros escuchemos."

Esto coloca al calentamiento global de origen antropogénico en el nivel más alto de confirmación de una teoría científica. Prácticamente al mismo grado de confirmación que la evolución, la gravedad, el Big Bang, el átomo o la teoría del gérmen (y sí, hay quienes niegan todo lo anterior, por lo que no es sorprendente que también sean negacionistas climáticos). Esto significa que cuestionar el núcleo duro de estas teorías no es tan fácil, ya que implica cuestionar el grueso de conocimientos bien contrastados. A lo mucho, las líneas de investigación abiertas en relación con estas teorías, son las que pueden modificarse, corregirse o descartarse, pero tal acción está lejos de significar el derrumbe de la teoría completa. Aún más importante, las teorías científicas bien establecidas solo pueden ser suplantadas o descartadas por teorías científicas alternativas igual o mejor confirmadas por la misma investigación científica, algo que no han logrado aportar los negacionistas climáticos, como explica Nucciteli (enlaces del original):

"No existe una teoría alternativa coherente, consistente para el calentamiento global causado por el hombre. Algunos atribuyen el calentamiento global al sol, otros a los ciclos orbitales de otros planetas, otros a los ciclos oceánicos, etc. Existe un consenso del 97% de expertos sobre una teoría coherente que está respaldada abrumadoramente por la evidencia científica , pero el 2-3% de los artículos que rechazan ese consenso están por todo el mapa, incluso contradiciéndose entre sí . Lo único que parecen tener en común son los defectos metodológicos como el cherry picking, el ajuste de curvas, ignorar datos inconvenientes y hacer caso omiso de la física conocida."

Por si no quedara todo claro, no está de más insistir en que no, el consenso científico no funciona como una doctrina inmutable o dogma, sino que refleja el nivel de confirmación de una teoría científica (es decir, un sistema hipotético-deductivo) a través de la evidencia obtenida de la investigación científica, no solo en un campo, sino en varios. Hablando en concreto del calentamiento global, pueden mencionarse estudios multidisciplinares de climatología, paleoclimatolgía, geoquímica, paleontología, meteorología, geología, geofísica, ecología, oceanografía, y planetología. Como bien resaltan Mario Molina, José Sarukhán y Julia Carabias en El cambio climático (2017):

"A pesar de contar con esta evidencia científica, algunos sectores de la sociedad no están aún convencidos de la clara relación entre la actividad humana y el cambio climático. Muchos de ellos han sido influidos por una constante labor de propaganda negativa proveniente, entre otras fuentes, de algunas compañías de combustibles fósiles, las cuales no han reparado en distorsionar información y en tratar de desprestigiar, por todos los medios posibles, el trabajo de investigadores serios e instituciones prestigiadas. [...] Debido a que el clima es un sistema complejo y los modelos que se usan para pronosticarlo no son todo lo precisos que sería deseable, las predicciones de los cambios en el futuro presentan incertidumbres, pero señalan la existencia de un riesgo muy significativo de qu se presenten eventos catastróficos para la sociedad como consecuencia del cambio climático causado por la actividad humana."


SI TE INTERESA ESTE TEMA

* El cambio climático. Causas, efectos y soluciones, por Mario Molina, José Sarukhán y Julia Carabias, FCE, México, 2017.

* "Learning from mistakes in climate research", por Rasmus Benestad y otros, en Theoretical and Applied Climatology, vol. 126, 2016.

* "Here's what happens when you try to replicate climate contrarian papers", por Dana Nucciteli, en The Guardian, 2015.

* "Beyond the Ivory Tower. The Scientific Consensus on Climate Change", por Naomi Oreskes, en Science, vol. 306, 2004.