- Marina Muñoz Cervera -
Cuando el organismo obtiene energía a partir de la grasa y proteína se producen cuerpos cetónicos que no alimentan de forma correcta nuestro cerebro.
Nuestro cuerpo, al no disponer de la glucosa suministrada por los almidones presentes en los carbohidratos, moviliza las grasas y proteínas para obtener glucosa de otra forma y a partir de los precursores mencionados, no glucídicos, se pone en marcha la gluconeogénesis, este proceso da lugar finalmente a la formación de cuerpos cetónicos y si persiste, se puede producir un trastorno del metabolismo llamado “Cetosis”. Este “estado metabólico” es buscado en muchas dietas de control de peso que reducen los carbohidratos con el fin de quemar las grasas existentes, sin embargo, la ganancia de peso posterior, en el mismo momento en que se reintroducen los carbohidratos en la alimentación está casi asegurada.
La Cetosis, al ser un proceso que pone a nuestro organismo en sus límites, de forma que tiene que trabajar cada vez más para obtener energía de las grasas de reserva, no es un estado saludable, por lo que inmediatamente se comienzan a notar efectos secundarios molestos para la persona que la practica (mareos, dolor de cabeza, mal aliento, orina de color fuerte, sudoración de olor fuerte, náuseas, pérdida de calcio, posibles arritmias, etc.).
Europa Press publicó el 4 de noviembre de 2013, una noticia que lleva por título: Una dieta baja en hidratos de carbono y rica en grasas y proteínas aumentan los niveles de colesterol y en el mismo, nos cuentan que un reciente estudio llevado a cabo en la Universidad de Oslo (Dinamarca) demuestra que la escasez de carbohidratos en la alimentación, aunque se “mal compense” con un aumento de grasas y de proteínas, aumenta las cifras de colesterol total y como consecuencia, los riesgos cardiovasculares.
Se realizó en un grupo de mujeres que tenían un peso normal respecto de su estatura (normopeso) a las que se les suministró una comida normocalórica, con un 2-5% de energía en forma de carbohidratos (20-25 gramos/día) y un 67-78% de grasas, mientras que las proteínas representaron entre 1-31% diario.
Se observó tras el seguimiento de este tipo de alimentación, un aumento porcentual del colesterol HDL de un 33% y un 41% del colesterol LDL.
Según explica la Doctora Beatriz Navia, portavoz de la campaña “Pan cada día”, el tipo de alimentación descrita corresponde a las llamadas “dietas cetogénicas” llamadas así, porque se reduce el contenido en hidratos de carbono, a la vez que se aumenta, de forma proporcional, el aporte de proteínas, y especialmente el de grasas, para compensar la disminución de los hidratos de carbono.
“En este tipo de dietas, se consumen, casi de forma exclusiva, carnes rojas, embutidos, pescados, quesos, huevos y grasas diversas, dejando un mínimo consumo de frutas y verduras y quedando prohibidos alimentos como el pan, la pasta, el arroz, las legumbres, la leche o el azúcar.”
“Las dietas cetogénicas, se vienen empleando desde hace décadas con el fin de perder peso y, si bien es cierto que, conducen a una bajada del mismo, presentan múltiples efectos negativos en la salud, por lo que no son recomendables para adelgazar”.
A diferencia de una dieta hipocalórica equilibrada, con un bajo contenido en grasas, “las dietas cetogénicas generan una exagerada movilización proteica-lipídica una pérdida importante de masa magra y un aumento de los niveles de ácido úrico, lo que incrementa el riesgo de sufrir gota o cálculos renales. Además –añade–, al ser ricas en grasas saturadas y colesterol, aumentan el riesgo aterosclerótico, tal y como se ha demostrado en este estudio”.
“Igualmente, este tipo de dietas provoca la movilización del calcio óseo, favoreciendo la aparición de osteoporosis, advierte. Pueden conducir, al ser bajas en fibra, al padecimiento de estreñimiento severo y, al eliminar los alimentos ricos en carbohidratos, que a su vez, contienen determinadas vitaminas y minerales, pueden ocasionar deficiencias de algunos micronutrientes”.
La experta recuerda que “recuerda que hay que tener en cuenta que el perfil calórico aconsejado en una alimentación equilibrada incluye un 10-15% de la energía total en forma de proteínas, un 20-35% en forma de grasas y más del 50% de ésta, en forma de hidratos de carbono, por lo que, los cereales (pan, pasta, arroz, etc.) y las legumbres, alimentos con un alto contenido en carbohidratos, deben constituir la base de la alimentación”.
Como hemos visto, el equilibrio en la alimentación es importante para mantener la salud, poco conseguimos quitándole a nuestro organismo su fuente principal de energía y llevándolo a un límite casi patológio, que puede desembocar en patologías serias, para quemar grasas, produciéndose como consecuencia de su combustión y tras una larga cadena de reacciones que enlentecen el normal metabolismo, cuerpos cetónicos, que eliminaremos por la orina, por el sudor y el aliento.
Y, por último, comentaros que curiosamente, la Cetosis es considerada una enfermedad en Veterinaria, puesto que puede afectar a la producción ganadera. La producción de leche necesita mucha energía en forma de glucosa, si esta no se le suministra a la vaca, ésta la obtendrá quemando grasas y proteínas y enfermando como consecuencia de esta carencia. En esta disciplina se contemplan todos los mecanismos necesarios para su prevención.
En la Web Vitónica hay varios artículos que hablan sobre la Cetosis, si queréis más información, sobre todo los deportistas, podéis acceder a través del siguiente enlace:
Efectos secundarios de la cetosis (no comer hidratos)
La reducción de glúcidos, excepto que esté indicada por un médico para una situación concreta de enfermedad, llevando un constante seguimiento, puede ser peligrosa.
Enlaces relacionados:
Hacia un equilibrio en la alimentación.
Los carbohidratos o glúcidos y su impacto en el reparto alimentario.
Fuentes:
- Europa Press. “Una dieta baja en hidratos de carbono y rica en grasas y proteínas aumentan los niveles de colesterol”. Madrid 4 de noviembre de 2013.
- Todo el campo.”La cetosis, una enfermedad silenciosa” 24 de julio de 2013.
http://www.todoelcampo.com.uy/cetosis_una_enfermedad_silenciosa-15?nid=8139#.UnABhhCYuk4
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