Carmen Cecilia Lara
1.- Se aceleraría la lucha de clases que tanto gobierno como oposición desconocen como ley de la historia pero son parte de ella y se benefician. Ahora, sin ningún tutelaje, los trabajadores y la clase obrera saldrían a la calle como en Argentina a luchar por sus derechos sin más miramientos, a través de huelgas, paros, toma de fábricas, etc. al ver amenazados sus derechos.
2.- Al día siguiente, se hablaría de gobierno de transición pero mientras tanto se derogaría la actual Ley de la Vivienda, se aplicaría la Ley de Impunidad por la fuerza, se decretaría en la A.N., asumiendo las funciones del ejecutivo, la “independencia” de Banco Central para devolvérsela al capital privado y trasnacional, así como la recuperación de las empresas expropiadas por el estado y tomadas por la clase obrera.
3.- Saldrían los “conejos” escondidos en la Fuerza Armada Bolivariana a apoyar a los autodenominados demócratas que aún no saben si lo que quieren es una elección anticipada, gobierno de transición, invasión de los marines o un gobierno fuerte que ponga “orden” a los venezolanos, una dictablanda pret a porter.
4.- La Tintori, Capriles, Ramos Allup y los dos Mendoza ya estarían preparados para anunciar su gabinete, cada uno claro. Y ni hablar de nuestro lado, unos agazapaditos que ya se les hace la boca agua de pensar en la “transición”.
5.- Ya no sería un “por ahora” sino un “mientras tanto” pues la indefinición se apoderaría de Venezuela y las palabras proféticas de nuestro Precursor se convertirían en una realidad: “bochinche, bochinche, bochinche”.
6.- Lo que pasó en Ecuador antes de Correa o en Bolivia antes de Evo, sería pálido a lo que ocurriría en nuestra patria de lograr la oposición su objetivo de “sacar a Maduro”. Habría varios presidentes en un año y el país entraría en una inestabilidad política, económica y social sin precedentes.
7.- Caimanes en río revuelto sacarían sus huestes para hacer sus “ajustes” estilo 11,12,13 de abril o durante el mismo Caracazo.
8.- El valor de la moneda volaría por las nubes pues la unificación cambiaria aún no llegaría, ni de vaina, porque los bachaqueros ya tendrían sus candidatos en las cumbres del poder. Ese negocio redondo es mejor que llevarme los churupos para el exterior. Dólar inflado, es bolívar inflado, es barriga inflada, es ilusión de riqueza inflada, puro rentismo pues.
9.- Las colas no se eliminarían, se multiplicarían como culebrones de media noche para asustar la consciencia del venezolano que, de ocurrir esto, estaría completamente dormida.
10.- Los depósitos clandestinos en el estado Bolívar y en Nueva Esparta de alimentos, medicinas, productos de higiene y limpieza, estarían a reventar para cuando “todo se estabilice” salgo a revender al 1000 por ciento y me hago millonario de una vez.
11.- La estupidez humana triunfaría de lo lindo creyendo que Maduro es responsable de la debacle del mismísimo venezolano que luego de pasar Los Andes se le entumeció el corazón y su cerebro voló en pedazos.
12.- De admirar al arquetipo del héroe pasaríamos al arquetipo del trickster para regodeo del ego vernáculo que ventilaría sus confusiones sin ningún complejo y nuestra gloria de antaño estaría allí, esperando siempre por nosotros.
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