¿Que quieres ser de mayor?

Por Myriam Cabanillas
¿Quien no le ha hecho está pregunta a un niño alguna vez?
¿Quien no ha respondido a esta pregunta cuando era pequeño?
¿Os dedicais a lo mismo que queríais ser cuando erais niños?
Yo quería ser bailarina, profesora, asistente social y madre.
Ahora soy madre al 100%, un poco bailarina, un poco profesora, un poco asistente social y un poco de practicamente todas las profesiones que existen...como todas las madres.
En los últimos tiempos he descubierto dos cosas en cuanto a educación y vocación, que me han servido para avanzar en mi camino personal y que además , creo, a mis hijos les va a servir de mucho:
1º - Que parece que solo podemas dedicarnos a una cosa. Que nuestra profesión ha de ser una sola a lo largo de toda nuestra vida. Que esta nace con nosotros y es perpetua e inamovible
Si tenemos suerte de tener una larga vida, imaginemos 90 años, ¿como  no vamos a poder cambiar de vocación tantas veces como sea necesario?
No nos cerremos al cambio, hoy nos gusta la peluquería y mañana quizás la costura, dentro de un mes a lo mejor la jardinería. ¿Porque vamos a desechar la idea?
Esto podemos aplicarlo a nuestros niños, que quizás hoy quieran aprender karate y mañana fútbol y al curso siguiente dibujo.
Y aquí justamente se cruza el otro punto de mi aprendizaje educativo:
2º- Hay que probar muchas cosas diferentes, vivir muchas experiencias distintas, para encontrar nuestra verdadera vocación, aunque mañana cambiemos nuevamente de rumbo.
A mi me ha faltado ese bagaje personal a lo largo de mi infancia y adolescencia y desde hace unos meses, quizás un año, me di cuenta de que no sabia lo que quería , ¿a que me gustaría dedicarme?
¿Como es posible que me interese estudiar, ahora,  tantas cosas diferentes entre si?
Pues por que me faltaba vivir, probar experiencias , verme e imaginarme haciendo diferentes cosas , para poder elegir.
Esto forma parte del mas puro autoconocimiento.
¿Como podemos aplicar este punto para ayudar a nuestro pequeños?
Animándoles y apoyandoles en sus pruebas.
El año pasado mi hijo quiso probar karate a lo largo de un trimestre, no le gustó y se quitó. Punto.
También probó con idioma en forma de teatro. Aguantó hasta el final del curso y no quiso repetir. Punto.
Hace poco quiso ser cocinero, cocinamos juntos, se quedó con muchos de mis libros de cocina, vimos programas de cocina juntos y decidió que le gusta cocinar, pero pasar el rato, ahora ya no quiere dedicarse a ello como profesión.
Ahora quiere ser astrónomo y su madre ya está buscando actividades al respecto.
Cuando mi niña muestre interés por algo, lo exploraremos también.
Y así seguiremos durante todo el tiempo que sea necesario, hasta que sean mayores y ellos solos vayan tocando la tecla necesaria.
Ahora  me toca mover ficha a mi y darme permiso para investigar, aunque ya esté a punto de cumplir mis 32 añazos.
Nunca es tarde, no os pongáis topes ni limitaciones de ningún tipo y sobre todo, no se las pongáis a los pequeños grandes bajitos que tenéis al lado por que esto les da años de margen.