Cuando nos metemos con temas de historia de las religiones nos topamos ante algunas complicaciones; para empezar, los iniciadores del en ese momento movimiento religioso naciente muchas veces no imaginaron -ni tenían la intención- de formar o constituir lo que actualmente entendemos como la religión a estudiar.
Lo anterior pasa con todas las religiones, desde las más populares -o con más fieles- hasta con los movimientos religiosos locales; ahora, si tocamos una religión no solo popular sino la mayor -en cuanto a creyentes- en el Orbe la cosa se complica un poquito más.En las siguientes líneas y tomando de base el libro de Cristianismos Derrotados de Antonio Piñero (filólogo español) muestro la información con la que los historiadores modernos cuentan al momento de reconstruir a un personaje que la historia nos relata vivió hace poco más de dos mil años. Y es que aunque la fe cristiana invita al creyente a unir o más bien a no diferenciar a la figura divina de la humana de quien ellos consideran su dios la ciencia, arqueología y demás elementos modernos de análisis no pueden (ni deben) combinar a una personaje -humano- con la creencia religiosa que se tiene sobre éste.De ésta manera, dicho sea de paso, el siguiente artículo debe de ser leído bajo ésa óptica: de crítico y no de creyente ya que el fiel puede considerar como invasión a alguno o algunos de sus puntos sensibles en cuanto a fe el leer algunas de las siguientes líneas. Antes de comenzar creo que es bueno entender la trama general del libro que tomo como fuente: Iniciemos diciendo que cuando indagamos en la historia del cristianismo la fe que actualmente es fuerza predominante en el mundo -bien sea bajo la corriente "protestante" o católica- sufrió una serie de interpretaciones a lo largo de, sobretodo, los primeros seis siglos de la era cristiana.Estas diferentes maneras de ver, entender e interpretar tanto el mensaje de Jesús como a su persona pasaron por algunos filtros que años más tarde fueron dando forma a la tradición cristiana en lo general; las maneras que no coincidían o no engranaban con la popular se fueron relegando hasta tener el mote de herejía (s) -sentencia errónea-. El libro de Antonio Piñero formula la tesis -nada descabellada- de que estas herejías no se veían en un sentido actual sino que, mas bien, fueron -o son, algunas se mantienen en regiones muy minúsculas de Oriente- otras maneras de vivir el cristianismo. Así pues, él concluye -el profesor Piñero- que lo correcto sería no hablar de un cristianismo sino de varios y de que estos otros fueron opacados por la versión paulina que a la larga constituiría, apoyada por Concilios y más tarde el Poder Imperial, a la institución católica. Muchos cuestionan el hecho incluso de hablar de un Jesús histórico debatiendo si existió o no. Aquí parto del hecho de que se reconoce, por todo lo que hay alrededor de él, (Jesús) que sí existió en la Galilea romana un ser humano llamado Jesús (trasliterándolo al latín) que quizá por sedición fue crucificado. Lo que existe sobre éste personaje, lo que se dice que dijo e hizo... éso sí no está fuertemente apoyado con base histórica real. A continuación, un despliegue un poco más conciso de los elementos que sí reconocen, los historiadores, como hechos aceptados del personaje que a la postre se convertiría, en la mente de sus primeros y futuros seguidores, como el Mesías esperado por la tradición judía.
- Jesús nació durante el reinado del emperador Augusto, por lo tanto antes de la era cristiana (hacia el 6 a. de C.); lo más seguro es que no lo hiciera en Belén, sino en Nazaret; allí creció y se formó como un piadoso. Perteneció a una familia, numerosa como era costumbre, y tuvo hermanos y hermanas carnales, independientemente de cuál sea la explicación a éste hecho (hijos de José, de María, etc.,...).
- Jesús fue profundamente religioso pero cabe señalar que su religiosidad fue plenamente judía; fue bautizado por Juan Bautista convirtiéndose en discípulo suyo por cierto tiempo tomando para sí las principales líneas de su predicación. El previo pensamiento de Juan Bautista enmarcan básicamente el posterior pensamiento de Jesús.
- La piedad y la religiosidad de Jesús eran, repito, absolutamente judías: pese a las apariencias, y de una posterior interpretación contraria, Jesús nunca quebrantó la ley de Moisés sino que la interpretó a su manera, como muchos otros rabinos y pseudomesías -o autoproclamados como tales- de su época lo hicieron. Jesús buscó únicamente resaltar lo esencial y más profundo de dicha Ley intentando ponerla en práctica con mayor intensidad y pureza.
- Reunió un grupo de discípulos cuyo núcleo estuvo compuesto de Doce, que representaban simbólicamente las doce tribus de Israel.
- Jesús habló y actuó como si fuera el portavoz de Dios para los momentos finales del mundo. La razón y centro de ser de su prédica fue el anuncio de la venida inmediata del reino de Dios
- Jesús ciñó y limitó su predicación a las gentes de Israel, excluyendo prácticamente a los paganos, así pues, concluimos, que no era un predicador universalista aunque se dirigió, eso sí, de forma especial a los pecadores en Israel; anunció que el establecimiento del Reino de Dios tendría lugar en un futuro próximo. Del estudio de la predicación de Jesús se deduce que el carácter de este reino sería complejo: al tener lugar sobre la tierra de Israel no se podría separar bien lo religioso de lo político.
- Jesús pudo expresarse tal vez en ciertos momentos como si en su propias acciones hubiera ya signos del comienzo del reino de Dios manejando la idea de que aun siendo dicho reino futuro éste estaba a punto de irrumpir
- Jesús realizó acciones que tanto él como sus contemporáneos consideraron milagrosas o sorprendentes
- El posteriormente llamado Cristo antepuso los aspectos morales de la Ley judía a los aspectos rituales. En su enseñanza mostró la esencia de la Ley; y aunque radicalizó la interpretación de ésta se mantuvo siempre en su marco. Nunca abolió, ni pretendió hacerlo, el culto judío.
- Jesús fue a Jerusalén en el último año de su vida ya bien sea para celebrar la Pascua ó para predicar la venida del Reino ó para esperar allí su instauración por parte de Dios pero no se trasladó con la intención de morir como víctima.
- Protagonizó un grave incidente en el Templo ocasionando con ello el ser arrestado y ejecutado por motivos políticos -de orden público- ya que su predicación del Reino de Dios era tentativamente peligrosa a los ojos de los romanos y de las autoridades judías. Murió en tiempos del emperador Tiberio crucificado por los romanos.
- El movimiento de sus seguidores no fue perseguido por las autoridades romanas tras la muerte de Jesús y continuó después de él.
- Jesús no escribió nada; el recuerdo y la interpretación de sus acciones y de sus palabras fueron confiadas durante años a la tradición oral.