Juan Martorano.
Sin duda, la publicación de los últimos de Schémel y divulgados por el periodista José Vicente Rangel, ha abierto un debate bien interesante en el seno de las fuerzas del proceso. Un debate que debe contribuir en espacios de discusión necesarios, en acciones que nos permitan consolidar el legado de Hugo Chávez y profundizar nuestro socialismo.Coincido totalmente con el compañero, camarada y buen amigo Antonio Blanco, quien en un artículo titulado “Mi reflexión sobre el informe hinterlaces referente a el “nuevo sujeto social histórico” , señala que el meollo de este asunto es el estudio sobre el nivel de conciencia política de nuestra militancia y de los grupos que el informe de Hinterlaces denomina “chavistas críticos y autónomos”, y preguntarnos: ¿Por qué la masa se despolitizo? ¿Que fallas en la comunicación de nuestro Gobierno no permite consolidar la ideología revolucionaria? ¿Hasta donde hemos avanzado en una verdadera revolución socio-cultural?
Si respondiéramos una de las tres preguntas que nuestro hermano Antonio formula, ahí tendría nuestro compañero, hermano y camarada Diosdado Cabello la respuesta del por que en importantes espacios de nuestra Administración Pública, y sobre todo en los puestos de dirección, tenemos tantos contrarrevolucionarios como amibas, que conspiran desde adentro para torpedear las iniciativas y ejecutorias del Gobierno Bolivariano.
Uno que se la pasa en las calles de esta Venezuela en tiempos de Hugo Chávez, nota como este pueblo reconoce el inmenso esfuerzo que está haciendo el Gobierno que lidera el Presidente Obrero e Hijo de Chávez, Nicolás Maduro. No es una tarea nada sencilla cargar el morral y ponerse las botas que calzó Hugo Chávez; pero a su vez, este pueblo, detecta cuatro grandes fallas que son una verdadera amenaza a la gestión, y que contribuyen a la despolitización y cierta desmoralización en las bases revolucionarias, en las bases chavistas.
La primera falla, es la falla de la falta de contundencia. Se toman decisiones, de dictan decretos, resoluciones, se promulgan leyes, se establecen sanciones, pero no se aplican. Allí tenemos, por citar dos ejemplos: La campaña del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz “El reto de todos es no pifiar”, en donde se concientizaba a los motorizados a una serie de reglas, de conductas, y quien no las cumpliera, sería multado y sancionado, hoy por hoy, luego de esa labor de conciencia y educación, digame alguien si algún motorizado respeta las señales de tránsito, usa el chaleco, el casco o no monta niños y niñas en ese vehículo de dos ruedas. ¿Donde esta el primer motorizado por no cumplir con las leyes de tránsito?; El otro ejemplo tiene que ver con el decreto dictado por el Presidente Nicolás Maduro respecto a la prohibición que tiene el denominado comercio informal de vender alimentos, artículos de limpieza, tanto personal como del hogar, medicinas y otros productos de primera necesidad, y en un reportaje publicado hace algunos días en el diario Ciudad Caracas, una realidad que nos golpea el rostro, porque vemos como aún hay buhoneros que siguen vendiendo, pese a la entrada en vigencia de este decreto, esos mismos productos, y entonces, cuando tu les reclamas no solo por esa venta ilegal, sino por los precios de atraco que estos señores aplican a dichos productos, te contestan tan campantes “si te parece caro, no lo compres, dejalo ahí”.¿Donde esta la autoridad del Estado en esos casos?
La segunda falla, tiene que ver con la falta de seguimiento de esas órdenes, de esos decretos, de esas resoluciones, de esas leyes, y en la aplicación de las sanciones. No se trata de ser represivos y autoritarios, nada de eso, pero la persona que cometa delitos o que no cumpla con los preceptos contenidos en nuestra Constitución y en la ley, debe ser sancionado. Y si el Presidente de la República toma alguna decisión, o la dirección política en nuestro país toma una decisión, debe haber un seguimiento estricto y meticuloso de las ejecutorias y cumplimientos de esas instrucciones. Sino las leyes quedan como letra muerta, y las instrucciones, decretos y normas destinadas a garantizarle al pueblo la mayor suma de felicidad posible, se pierden la mayoría de ella en la maraña burocrática que todavía impera en la estructura de un Estado Burgués que todavía tenemos, y no se cumplen, lo que va contribuyendo a minar la moral, la confianza y contribuye en buena medida, a la despolitización de nuestras bases que apoyan nuestro proceso revolucionario.
La tercera tiene que ver con la pésima política comunicacional que tenemos. Por lo menos cuando el Comandante Chávez estuvo con nosotros, era el que pulverizaba y desmontaba las matrices de opinión que la derecha nacional e internacional a través de las operaciones y campañas de guerra psicológica, trataban de imponer en el seno de la sociedad venezolana. Su ausencia física representa un inmenso boquete en esa materia, aunado, además por ausencia de programas como los que conducía el compañero Vladimir Acosta; Antonio Aponte y Toby Valderrama, Rosa Natalia, Diógenes Carrillo y su “Lámpara de Diógenes” o Mario Silva y “La Hojilla”de cañones comunicacionales tan potentes como Radio Nacional de Venezuela, sobre todo en su canal Informativo, y Venezolana de Televisión. Incluso hay espacios dentro de Venezolana de Televisión que son sub- utilizados o mal utilizados. Si a eso le agregamos el problema de la formación y autoformación de los cuadros dirigentes tanto políticos como dentro de la Administración Pública, nuevamente volvemos a los temas que viene planteando en compañero Diosdado Cabello en sus últimas alocuciones públicas, de opositores en altos cargos dirigenciales del Estado.
Y la cuarta, y una de las más peligrosas, a mi real saber y entender, tiene que ver con la arrogancia sectaria y excluyente de esos mismos cuadros dirigenciales, tanto del Estado como dentro de la dirección política revolucionaria. Se trata de criminalizar todas las manifestaciones de protesta, de crítica, de autocrítica. Sin duda, convenimos en que la formulación de las críticas y de las autocríticas que debemos hacernos, tiene que venir acompañada de una propuesta y de una acción para su solución, pero para que eso también haya, deben abrirse espacios para el debate y la discusión, por muy dura que esta pueda parecer. Que cada quién adopte su postura, exprese su opinión. Las corrientes de pensamiento no debemos verlas como una amenaza a la Revolución, todo lo contrario. Una cosa muy distinta es los que buscan conformar grupos y fracciones para intrigar, para dividir, para amedrentar, pero que haya corrientes de pensamiento para el debate fecundo y creador, que desarrolle la tormenta de ideas para la construcción socialista, es válido y hasta saludable para nuestra Revolución.
El mejor ejemplo de ello es el Partido Comunista Cubano. Dicho partido tiene sus corrientes de pensamiento a lo interno, y no por ello está dividido. Claro, ellos debaten sus posiciones, pero aplican el centralismo democrático, las decisiones se toman por mayoría, pero respetando a las minorías.
Esos que se manejan con esa arrogancia sectaria, excluyente y de perseguir y criminalizar toda protesta, toda observación, toda crítica, se convierten en lo que Britto García llamó “los matavotos” del proceso revolucionario, pero yo le daría una categoría más dura, se convierten en los sepultureros de nuestra Revolución Bolivariana. Debemos tener mucho cuidado con esto.
Es por ello, que una de mis propuestas, a propósito de estos nuevos temas que surgen en el tapete de nuestra opinión pública, es que se abran las puertas del debate y no le tengamos miedo. Debemos incrementar los niveles de madurez y conciencia política, de cara no sólo a ganar elecciones, sino de hacer y consolidar la revolución bolivariana y preservar el legado de Hugo Chávez.
Adelanto que mi próximo artículo, versará con tratar de dar respuesta a las interrogantes de Diosdado Cabello, respecto al problema de nuestro Estado y de la Administración Pública, que debe ser revolucionaria, pero que una de sus contradicciones más grandes es que los puestos de dirección, en su mayoría están en manos contrarrevolucionarias.
¡Bolívar y Chávez Viven, y sus luchas, y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos! Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano