Desde el ejercicio de tal voluntad de sentido, no es tan importante aquello que nos sucede como el significado que le damos a lo sucedido. Dicho de otro modo: toda experiencia negativa que hemos padecido en el pasado puede ser el elemento alquímico de la felicidad en el futuro.
Los ejemplos son múltiples y abordan todas las dimensiones de la vida: “Si no hubiera conocido a esa pareja que me hizo la vida imposible, no podría valorar a la que tengo ahora”; “gracias a aquel jefe tan lamentable que tuve, hoy puedo ser un mejor jefe de lo que hubiera sido sino hubiera pasado por esa experiencia”; “si no hubiera sufrido esa enfermedad, no habría tomado consciencia del regalo que es estar sano ni habría aprendido a vivir agradecido”…
La persona feliz trata de extraer la parte positiva de todo lo vivido. No desde la ingenuidad, ni desde la estupidez, tampoco desde la sumisión, sino desde la valentía, la fuerza interior y la entrega a la propia vida.
En ese sentido, Albert Camus aseguraba que “la propia lucha por alcanzar la cima basta para llegar al corazón de un hombre”. Y concluía, “Sísifo debió de ser feliz”.
Selección hecha por Andrés Ubierna de La buena vida, de Alex Rovira