En el artículo anterior analizamos la importancia de la actitud proactiva, tanto a nivel personal como profesional. Ahora abordaremos el tema de la proactividad desde lo que significa ser proactivo.
Si bien en otros contenidos analicé lo significa ser proactivo, o cómo un individuo pude definirse como tal de acuerdo a lo reflejado mediante su conducta, no haré el mismo abordaje. Simplificaré lo que representa ser proactivo, y posteriormente de igual modo presentaré lo que significa ser un líder proactivo.
El liderazgo proactivo, si bien a priori desde el coaching podemos valorarlo como una característica particular del individuo, también entiendo procede aislarlo; separando las particularidades del rol organizacional para una mejor comprensión.
Es muy importante lograr alcanzar nivel específicos de análisis, particularmente en lo referido a los roles organizacionales dentro del mundo empresarial y/o profesional; y por eso desarrollaré el contenido de tal forma.
Qué significa ser proactivo desde lo personal y lo profesional.
Los rasgos que definen a un individuo proactivo son muchos, y por eso el significado del concepto suele variar de un autor a otro. No obstante, podemos delinear algunas características básicas, las cuales se ilustran mejor mediante comportamientos específicos.
- Anticiparse a los hechos entrando en acción con una toma de decisiones orientada al logro.
- Marcar una posición de adelantamiento en las circunstancias aunque sin pasar por encima de ellas.
- Reflejar buenos niveles de asertividad y establecer relaciones interpersonales saludables.
- Establecer mecanismos para evitar las relaciones tóxicas y/o perjudiciales a los intereses personales.
- Gestionar satisfactoriamente las situaciones o circunstancias negativas.
- Discernir entre lo que significa un problema y una dificultad.
- Enfrentar los imprevistos con creatividad y originalidad encontrando nuevas opciones.
- Utilizar la escucha activa como herramienta de comunicación bidireccional.
- Generar sinergias positivas con el entorno próximo a nivel personal y profesional.
- Establecer relaciones de cualquier tipo saludables sin ser condicionadas por las vías de comunicación.
- Establecer objetivos orientados al logro que sean realistas.
- Activar mecanismos de resiliencia ante las situaciones adversas o la no concreción de un objetivo.
- La adaptación al cambio y la flexibilidad como canales de crecimiento y de desarrollo personal.
- Toma de conciencia de las diferentes perspectivas y puntos de vista de terceros.
- Ante la discrepancia no realizar juicios de valor precipitados carentes de evidencia alguna.
- Capacidad para valorar desde dónde surge un comportamiento y cómo se condiciona.
- Criticar sin intención de causar perjuicios o daños de ningún tipo.
- Utilizar el auto-conocimiento para potenciar un desarrollo personal satisfactorio y pleno.
- Estar alineado entre lo que se siente, piensa y en definitiva se hace.
Qué es el liderazgo proactivo.
Las empresas buscan profesionales proactivos, y personas para incorporar a sus plantillas que reflejen claros rasgos de proactividad. Al mismo tiempo, cualquier tipo de organización procura un liderazgo proactivo, o al menos sería interesante que lo hicieran para conseguir mejore resultados.
Un comportamiento proactivo a nivel de liderazgo podemos detectarlo a través de las siguientes características:
- Genera y promueve valores vinculados a nivel organizacional sin despojarse de los personales.
- Es un factor de estímulo del trabajo en equipo sin utilizar condicionamientos negativos.
- Crea espacios saludables para el intercambio de ideas y opiniones sin establecer juicios de valor.
- Potencia las relaciones interpersonales desde la aceptación y no desde la tolerancia*.
- No marca diferencias propias del rol ni se despega de sus pares por tener un cargo asignado.
- El respeto es un valor presente y activo en todo momento, indistintamente de las circunstancias.
- Su actitud proactiva es el modelo de referencia que proyecta en su entorno.
- Es un espejo organizacional para que se identifiquen los miembros de la empresa.
- Promueve la superación individual y colectiva de las personas con las que trabaja.
- Defines competencias y roles organizacionales en base a méritos objetivos.
- No utiliza su sistema de creencias personal dentro del ámbito profesional.
- Se disocia de sus emociones y no permite que las mismas intoxiquen sus decisiones.
- Es capaz de delegar** con todo lo que ello implica en el más amplio concepto del término.
Ser un líder proactivo implica convertirse en un modelo de referencia, no en un modelo de seguimiento obligatorio o estimulado mediante el poder indiscriminado otorgado por el rol o la competencia.
En definitiva, la asignación del rol de liderazgo no es una capacidad en sí misma; la auténtica capacidad de liderazgo proactivo proviene de la proyección de las terceras personas hacia la figura desvinculada a rol que la determina.
Si desvinculamos la figura del líder proactivo del ámbito empresarial y profesional, para trasladarlo a otros entornos, encontraremos que de igual modo las características anteriormente citadas son válidas.
El liderazgo proactivo se define a niveles organizacionales, no solo estrictamente al entorno empresarial. Porque una organización puede ser un club de fútbol, una partido político, un gobierno, una asociación si fines de lucro o una religión.
Incluso podemos escuchar hablar de “organizaciones criminales”; porque en definitiva el concepto es muy amplio y abarcativo, independientemente del por qué.
Es decir, una organización como tal se define como un grupo de personas que interactúan de un modo u otro para lograr la consecución de determinados objetivos.
Si analizamos desde el concepto organizacional, y tomamos como modelos de referencia cualquier tipo de grupo que tenga presencia activa en nuestras sociedades, encontraremos que dichos grupos casi siempre de un modo u otro son organizaciones.
Organizaciones con fines comerciales o sin fines de lucro, equipos deportivos y de trabajo en cualquier ámbito profesional y/o empresarial, organizaciones religiosas o políticas, y así un largo etcétera de organizaciones con diferentes objetivos e intenciones.
En definitiva, organizaciones que por tendencia suelen tener un líder organizacional, y en las cuales el liderazgo proactivo cobra un significado determinante.
*Notas adjuntas aclaratorias:
*Tolerar no implica aceptar, como tampoco establece el marco de respeto adecuado para generar una relación interpersonal saludable; y por otro lado, tampoco facilita el generar sinergias positivas de ningún tipo.
La tolerancia se vincula comúnmente a la aceptación, aunque son conceptos completamente diferentes, y cargados de connotaciones diferenciales bastante pronunciadas.
**Delegar no es en modo alguno dejar que los demás hagan algo por nosotros o que asuman responsabilidades que no les corresponden; significa confiar en el otro una tarea, independientemente del acierto o del error que eventualmente puedan producirse.
Cuando se delega en definitiva se confía en la otra persona, siendo consciente de que la misma puede acertar o errar, sin prejuicio del resultado. Al delegar, se valora tanto el acierto como el error, y no se desvinculada del sentimiento de agradecimiento hacia la personas que asume la responsabilidad delegada.