Antes de definir qué son las NOF es importante contextualizar este concepto en el marco de la gestión de una empresa. En este sentido, es fácil comprender, que cuando una persona quiere acometer un nuevo negocio, es muy posible que tenga que realizar algunos pagos antes de obtener el cobro por sus servicios (ya sea por venta de productos o prestación de servicios). Esta diferencia entre cuando se produzca el pago (que suele ser anterior) y cuando se produzca el cobro (que suele ser posterior) deberá ser financiado por la persona que acomete este proyecto, ya sea con capital propio o ajeno. Cuando este proceso es repetitivo, siempre tendré que mantener esta financiación de forma constante en el tiempo, por lo que podemos considerarla como una inversión para mantener la actividad del negocio.
Dicho esto, en un lenguaje financiero más técnico, podemos asimilar lo indicado a lo que llamamos las “necesidades operativas de fondos”, que son las inversiones que una empresa tiene que hacer en circulante necesarias para el funcionamiento de su negocio, una vez deducida la financiación espontánea (proveedores, etc..) que generan las propias operaciones habituales en la dinámica del negocio.