Los alimentos orgánicos son todos los productos de origen agrícola o agroindustriales que se producen bajo un estricto conjunto de procedimientos y normas denominados orgánicos. Estos procedimientos tienen como objetivo primordial la obtención de alimentos sin aditivos químicos ni sustancias de origen sintético como colorantes, saborizantes, gelificantes, entre otros, y a la vez que busca una mayor protección del medio ambiente por medio del uso de técnicas no contaminantes sin uso de agroquímicos o fertilizantes sintéticos.
Entre uno de los principios de quienes realizan y obtienen alimentos con esta técnica lo fundamental es la rotación de cultivos en el suelo para dejar descansar y fortalecer la riqueza de la tierra así los alimentos son más nutritivos.
Una agricultura social y ambientalmente responsable tiene su contraparte en un consumo responsable. El objetivo de la producción no es el bienestar de los hombres sino la acumulación de riquezas, por lo que tiende a reducir a las personas al papel de meros consumidores sumisos. Para hacer frente a los problemas sociales y ecológicos es fundamental una actitud activa en el consumo. El consumo responsable refleja, en definitiva, el hecho de ser conocedores de las repercusiones sociales, económicas y ambientales que tienen los actos de consumo.
Diversos estudios con seres humanos alimentados con comida orgánica demuestran efectos reales sobre la salud, y las terapias alternativas del cáncer han logrado buenos resultados basándose en el consumo exclusivo de alimentos orgánicos.
Entre las razones para consumir alimentos orgánicos cuentan: la libertad de químicos, pesticidas, fertilizantes o aditivos sintéticos; el sabor, color y aroma son de la mayor calidad; tienen muchas más vitaminas, minerales y antioxidantes que los productos convencionales; protegen la salud del consumidor y del agricultor; son productos rigurosamente certificados, lo que asegura al consumidor una completa satisfacción.