Los derechos humanos son aquellos que toda persona tiene por el hecho de existir, sin importar su raza, color, sexo, idioma, religión o cualquier otra condición. Se basan en los valores de dignidad humana, justicia, paz y libertad, y son los mismos para todas las personas, no pueden eliminarse y no pueden conseguirse unos sin otros. Por ejemplo, el derecho a la salud no puede cumplirse si no se garantizan los de vivienda o alimentación.
Los derechos humanos se dividen en dos categorías: civiles y políticos, y económicos, sociales y culturales. Los civiles y políticos proceden del pensamiento liberal y garantizan que todas las personas participen libres e iguales en la vida civil y política de su país. Algunos de estos son el derecho a la vida, a la igualdad o a la libertad de expresión y de conciencia. Los derechos económicos, sociales y culturales, por su parte, surgen del pensamiento marxista y buscan que las personas tengan una vida digna. El derecho al trabajo, a la alimentación o a la vivienda son algunos ejemplos.
Del Parlamento británico a la Declaración Universal
El primer texto público que defendió los derechos humanos fue la Declaración de Derechos de 1689, por la que el Parlamento británico limitaba los poderes de la monarquía inglesa en favor de los suyos. Un siglo después, la Declaración de Independencia estadounidense de 1776 y la Declaración francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 reconocieron la igualdad de las personas y su derecho a la vida, la libertad, la felicidad e incluso a la resistencia a la opresión. Sin embargo, no fue hasta 1948, tras la Segunda Guerra Mundial, que los intentos por reconocer los derechos inherentes a las personas culminaron en un documento exhaustivo e internacional: la Declaración Universal de Derechos Humanos. Su aprobación marcó un hito porque por primera vez se reconocían a nivel global todos los derechos inherentes a las personas y el deber de protegerlos.
¿Pero qué ha hecho la ONU por nosotros?
A pesar de que los Estados no están obligados a cumplirla, la Declaración ha servido como referente para aprobar tratados internacionales de derechos humanos que sí son vinculantes para los países que los ratifican. Los dos más importantes son el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), ambos de 1966. Además de estos dos, existen otros nueve tratados básicos que regulan derechos más concretos, como los del niño o la mujer. Estos tratados, además, crean comités para examinar si los Estados cumplen con lo firmado, y los individuos pueden acudir a ellos en caso de que se violen sus derechos.
Sin embargo, la Declaración también tiene críticas. La más común es que tiene que actualizarse, ya que la agenda política de 1948 era muy diferente a la actual. El texto no incluye los llamados derechos de tercera generación —el derecho a un medioambiente limpio y saludable o al desarrollo—, ni los de cuarta generación, relacionados con el mundo digital, como el derecho al anonimato o a la privacidad y protección de datos.
Otra crítica a la Declaración, e incluso al sistema de protección de derechos humanos, es que asume que estos son universales, sin tener en cuenta las particularidades culturales. Esta postura crítica se llama relativismo cultural, y los Estados que la defienden son sobre todo los que se rigen por la ley islámica y otros con culturas no occidentales, como China, ya que algunos de sus preceptos chocan con la Declaración. Por ejemplo, la prohibición de la sharía de abandonar el islam tropieza con el derecho a la libertad religiosa.
Los derechos humanos se protegen
Existen mecanismos internacionales y regionales para proteger los derechos humanos. A nivel global, el Consejo de Derechos Humanos y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU supervisan que los Estados respeten los derechos de sus ciudadanos. Para ello, el Consejo lleva a cabo el examen periódico universal, y el Alto Comisionado coordina todo lo relativo a los derechos humanos en el marco de la ONU. América, Europa y África también tienen sistemas de protección propios. Se desarrollan en el seno de las organizaciones de integración regional y crean tribunales que juzgan los casos de violaciones de derechos humanos por parte de los Estados de cada continente.
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¿Qué son los derechos humanos y cómo los protege el sistema internacional? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.