¡QUÉ SORPRESA, MI CONDESA! Memorias de Mayté Maldonado: de Rollán a Panamá

Por Joseantoniobenito

¡QUÉ SORPRESA, MI CONDESA!

Cuando se vuelve a la patria chica uno se dispone a recordar y vuelve a vivir. Y siempre se abre a la sorpresa de lo nuevo y lo que puede descubrir. Y siempre, la admiración, ahora mayúscula con "mi condesa", que para mayor sorpresa ha encontrado su cielo en la tierra, tras seis matrimonios seis, una vida de película y su encuentro con Cristo, a raíz del cáncer de 1991. ¡Felicidades paisana y natural de Rollán como servidor! Lean, lean, que la cosa se pone interesante,

¿verdad, Mayte? Dios quiera que vuelvas a nuestra Villa, verás cómo te recibirán mucho más que como condesa, como reina.

Mayte Maldonado parece que nació el 18 de marzo de 1944, pero ella sabe que su nacimiento fue anteriorSu profesión:, vedette internacional y cantante. Ahora, empresaria


La asombrosa historia de la condesa Mayte

Nació en Rollán (Salamanca) y sus memorias se llaman "La condesa se confiesa". Condesa porque se supone que su padre, al que no conoció, era un conde. Que se confiesa es decir muy poco. Lean, lean un avance de la vida de esta triunfadora que desde hace años centra su existencia en la figura de Jesús de Nazaret.

Perdona, ¿te puedo preguntar cómo me has localizado? Esa es la cuestión más común que se formulan la mayoría de los salmantinos sin fronteras que pasan por estas páginas. Internet y su fantástico buscador Google suelen estar presentes en la respuesta. En el asombroso caso que resumen las siguientes líneas, la pregunta y el propio preguntador son diferentes. ¿Cómo no habré localizado yo antes esta increíble historia? se interroga el propio periodista. Todo comienza más o menos como casi siempre. Frases del tipo "Nacido en Salamanca" en el bendito Google y por allí aparecen muchos viejos conocidos. Hasta ese día en el que, buscando, descubres una historia de esas que has de contar enseguida, una de esas que interesará a mi madre y a mis sobrinos por igual, por mucho que ya se haya contado antes.

Así empieza esta historia: "Me llamo María Teresa Hernández Ballesteros, pero he tenido muchos nombres a lo largo de mi vida. Mi nombre de artista fue Mayté del Mar. Durante mis cuatro matrimonios usé los apellidos de mis maridos..."

María Teresa contó sus memorias a Luis R. González Argüeso en un libro titulado "La condesa se confiesa", editado en España por la editorial sevillana Punto Rojo Libros y presente en algunas librerías de nuestra ciudad. Aconsejo vivamente su lectura; la mayoría del relato que ahora sigue es un mero resumen, casi imposible en este caso, de lo más destacado de más de 300 páginas repletas de interés, del periodístico y del otro, del humano al fin.

Daré casi titulares. No lo tengo nada claro, pero creo que será lo mejor. Allá va el primero: María Teresa Hernández Ballesteros nació en la localidad salmantina de Rollán un 18 de marzo de madrugada. Primera sorpresa: no sabe de qué año. "Nunca se supo la fecha exacta de mi nacimiento, pero me dejo llevar por la que aparece en mi pasaporte, que es el 18 de marzo de 1944, aunque lo más probable es que haya sido antes". Se llamó, nombre y apellidos, igual que su madre. A su padre no le conoció, aunque a lo largo de su vida quedaron más o menos confirmadas las sospechas de su infancia: su padre fue el Conde de Villalbí, del que le viene el apodo de condesa y que debió de tener un triste imprevisto con su madre. "El mío fue un nacimiento no deseado por nadie", asegura. 
María Teresa fue, como su madre, repudiada en el pueblo. Vivió en la más absoluta de las miserias, entre Rollán y Vega de Tirados, y creció ayudando a su madre a dar a luz y a criar a sus nueve, sí, sí, nueve, hermanastros que tuvo con Luis, un albañil demasiado aficionado a la bebida.

Crecía nuestra increíble protagonista y no solo en edad, sino también en belleza. Como prueba, las imágenes que rodean estas líneas. Trabajó en Salamanca como camarera en el Hernán Cortés y en el mítico California, en el callejón de la calle Toro junto a la Plaza y muy pronto dio el salto a Madrid. Allí trabajó en la cafetería que los dueños del California tenían con el mismo nombre en la capital antes de adentrarse en el mundo, muchas veces oscuro y turbio, de la noche. Y aquí, en este punto, parada para los hombres de la historia, que también los ha habido y muchos. María Teresa se ha casado seis veces, tres de ellas con el mismo hombre, y de todos tomó los apellidos. Así ha sido Mayte Sandoval, Mayte Nicolai, Mayte del Castillo y, como se la conoce actualmente, Mayte Maldonado, por su último esposo, el periodista puertorriqueño nacido en Nueva York, Álex W. Maldonado. Fuera de ellos, infinidad de parejas, algunas de ellas muy conocidas. El "tristón" de Alfonso de Borbón, por ejemplo.

¿Cómo pudo una pobre niña repudiada en Rollán acabar siendo la reina de la canción española en Latinoamérica bajo el nombre artístico de Mayté del Mar y la vedette más impactante de su tiempo? Es más, ¿cómo ha podido acabar amasando una impresionante fortuna y siendo una empresaria de primer nivel mundial? Pues, leyendo sus memorias, es posible creer que con mucho esfuerzo y una combinación desbordante de belleza, talento y ambición.

Cuando cumplió 22 años saltó por primera vez el Atlántico para presentarse como vedette en Panamá. Desde aquel día, nunca jamás se cansó de cruzar el océano y, aún ahora, suele regresar a España tres o cuatro veces al año. Panamá fue su primer lugar triunfal y, según cuenta ella misma en sus memorias, allí se hizo amiga de los hermanos Torrijos. Al más famoso de ellos, Omar, solo por seguir intentando sorprender al incauto lector, le dio la idea de dar un golpe de estado en el país del canal. La historia, como bien se sabe, le dio la razón. De la posterior muerte de Torrijos, en accidente de avión, Mayte no duda en defendar la mayoritaria tesis del atentado.

Cuenta Mayte, y lo hace con unos cuantos pelos y bastantes señales, que ha dado varias veces la vuelta al mundo, que ha vivido en espléndidas casas en La Moraleja madrileña y en los mejores barrios de, empiecen a apuntar: Lima, Río de Janeiro, Ciudad de México, Santiago de Chile, Bogotá, Las Vegas, Nueva York y desde hace treinta años en San Juan de Puerto Rico, en una casa a la que ella bautizó "El mausoleo"; imaginen por qué. 
Más datos para seguir pellizcándose. Durante su relación con el panameño Gilberto Arias, Mayte recorrió el mundo y las mansiones del Aga Khan en Cerdeña, de Onassis en la isla griega de Escorpio o el palacio londinense del príncipe Carlos. También asistió al boom de la jet-set marbellí con relación sentimental incluida con el príncipe Alfonso de Hohenlohe.

Toda aquella vida de trabajo, lujo, ambición y desenfreno se frenó el 5 de febrero de 1991, cuando le diagnosticaron cáncer de mamá. Intervenida en la prestigiosa clínica Mayo de Minnesota, le extirparon los dos pechos en una exitosa operación. Ahí es cuando sufre un tremendo procesión de conversión espiritual después de ver la imagen de Jesús de Nazaret. "Mi congoja era extrema y total. Nada ni nadie podía consolarme por haber dejado pasar tantos años sin dedicarle a este Ser tan maravilloso mi vida, mis pensamientos, mi alma, mi trabajo, todo lo que había ganado, y toda mi fortuna", cuenta Mayte, quien desde ese momento decide centrar todos sus esfuerzos, celibato incluido, en seguir la estela de Jesucristo. Y, a través de su fundación Jesús de Nazaret, hasta ahora. 
Lo que han leído es solo un resumen de "La condesa se confiesa". Si se han quedado con ganas de más, que sería lo suyo, no lo duden. Búsquenlo y déjense sorprender. No pararán de hacerlo.

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