¿Qué supone la declaración de persona non grata, la figura de rechazo diplomático?

Publicado el 24 mayo 2022 por Juan Juan Pérez Ventura @ElOrdenMundial

La persona non grata es una figura del derecho internacional que los Estados usan para expulsar de su territorio a diplomáticos de otros países. Cuando uno de ellos se excede en sus funciones o infringe la ley del Estado que lo acoge, este tiene derecho a declararle persona non grata —no deseada— y expulsarle. El diplomático debe entonces abandonar su puesto y regresar a su país en un plazo determinado. Esta práctica existe desde principios del siglo XX, pero se ha intensificado en los últimos años. Solo entre 2016 y 2018, veintinueve países declararon persona non grata a más de trescientos diplomáticos.

El origen de este recurso, no obstante, se remonta al siglo XVIII, cuando el filósofo francés Montesquieu reflexionó en su obra El Espíritu de las Leyes sobre el derecho de todo Estado a expulsar a quien infrinja su ley o comprometa su seguridad nacional. Sin embargo, la figura de persona non grata no quedó regulada en un tratado internacional hasta un primer intento en 1928, cuando se adoptó la Convención sobre Funcionarios Diplomáticos. El artículo 8 sirvió de base para la codificación final de la figura de persona non grata en 1961, año en que se aprobó la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.

Persona non grata, en notificaciones oficiales o en Twitter

La figura de persona non grata está recogida en el artículo 9 de la Convención de Viena y se trata de una competencia exclusiva de los Estados. Solo estos pueden decidir si aceptan o no a un diplomático de otro país, incluso antes de que empiece a trabajar en su territorio, aunque lo normal es que lo declaren persona non grata por infringir sus leyes o interferir en sus asuntos internos mediante espionaje, entre otros medios. En noviembre de 2021, por ejemplo, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de Perú declaró persona non grata al expresidente boliviano Evo Morales por alterar la agenda política del país con sus declaraciones sobre la necesidad de una nueva constitución.

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Por otro lado, los Estados no están obligados a explicar por qué rechazan a un diplomático extranjero, por lo que pueden expulsarlo sin justificación alguna. No obstante, como la declaración de persona non grata empeora las relaciones diplomáticas, lo habitual es que la destitución esté justificada. Ahora bien, en muchos casos la expulsión no se debe a un mal comportamiento del diplomático, sino a una retaliación. Esto ocurrió en marzo 2018, cuando el Gobierno británico declaró persona non grata a veintitrés diplomáticos rusos por el intento de asesinato del espía Serguéi Skripal en suelo inglés. En represalia, Rusia expulsó a más de cincuenta diplomáticos británicos. Con la invasión rusa de Ucrania en 2022, el Kremlin ha intercambiado la medida sobre decenas de diplomáticos con distintos países europeos.

Finalmente, la declaración de persona non grata solo es efectiva si la realiza un jefe de Estado o de Gobierno, un ministro de exteriores o un representante ante una organización internacional. Además, la decisión debe comunicarse al Estado del diplomático rechazado a través de una nota verbal oficial, aunque ya hay quien lo hace por Twitter, como el ministro de Exteriores letón, que comunicó allí su decisión de condenar a varios diplomáticos rusos en solidaridad con el Reino Unido. En cualquier caso, la declaración de persona non grata anula los privilegios e inmunidades de los que goza un diplomático en el extranjero.

Una figura inefectiva en política

Entretanto, ha habido partidos o entidades territoriales, como los ayuntamientos españoles, que utilizan la figura cada vez más. En 2016, el Ayuntamiento de Pontevedra declaró persona non grata al expresidente popular Mariano Rajoy, y el Partido Nacionalista Canario pidió lo mismo en 2018 para el presidente socialista Pedro Sánchez. Ese mismo año, el partido Podemos pidió incluso declarar persona non grata para Tenerife al empresario Miguel Ángel Ramírez.

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Como el objetivo es que la condena tenga efectos legales sobre el individuo, ninguna de estas condenas trascendió el mero rechazo público porque la figura de persona non grata solo está regulada en el derecho internacional. Aun así, varias instituciones públicas españolas todavía recurren a esta figura para rechazar a sus adversarios políticos. En julio de 2021, por ejemplo, la Asamblea de Ceuta declaró persona non grata al líder del partido de ultraderecha Vox, Santiago Abascal, después de que este acusase a los musulmanes ceutíes de actuar en favor de Marruecos en cuestiones migratorias. 

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