La herramienta es muy simple y sencilla de llevar a cabo, pero en la vorágine del día a día, muchas veces no la tenemos en cuenta.
Consiste (redoble de tambores) en:
*Preguntarnos, los unos a los otros, que tal nos ha ido el día.¡¡¡¡Tachaáan!!!Tan simple.
Yo siempre les pregunto a ellos cuando los recojo del cole, pero nunca les suelo contar como me ha ido a mi.Su padre llega y pregunta que tal ha ido todo genéricamente y casi nunca nos suele contar como le ha ido a el, mas allá de un "como siempre", para no preocuparnos con sus cuitas.Como en todo lo demás, nuestros hijos aprenden mucho mas de lo que hacemos, que de lo que decimos y además tienen una conexión especial con nosotros, que para algo somos sus padres.
Además son extremadamente perceptivos, por eso cuando estamos mal e intentamos ocultárselo, se sienten desconcertados y no solo eso, si no que ademas les estamos transmitiendo que los problemas hay que guardarlos.
Por eso una costumbre muy saludable y enriquecedora, es no solo preguntarnos todos que tal nos ha ido el día, si no contar los pormenores del mismo (adaptando la información por supuesto, que no es plan de agobiar a los niños). No vale con un simple "bien".Dicen que la falta de comunicación es una barrera muy grande que saltar cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia, por eso fomentarla es imprescindible.
Así que en esta casa a partir de ahora, nos contamos todos que tal nos ha ido el día.