Category: Emprendedores, Negocios Tags: Emprender, Emprendimiento, Exito, Negocios, Startup Leave a Comment
11Es cierto que solemos iniciar nuestra andadura empresarial con mucha ilusión y optimismo, pero también es verdad que cuando surgen imprevistos o problemas (algo normal que ocurre en todos los negocios) tendemos a perder toda esa actitud positiva con la que empezamos. Y aquí lanzo la pregunta: ¿creéis que lo que nos frena a conseguir nuestros objetivos son estos obstáculos o es la actitud que tomamos ante ellos?
A continuación, vamos a exponer algunas excusas que comúnmente utilizamos y que nos impiden conseguir los objetivos deseados y alcanzar el éxito que esperábamos:
1. Miedo al fracaso, al que dirán, y al éxito
Uno de los grandes retos para los emprendedores es asumir riesgos y vencer el miedo al fracaso. Pero además, existen otros miedos que nos hacen cada vez más pequeños y nos hacen retroceder, estoy hablando del miedo al qué dirán.
Existe un gran temor al rechazo en la sociedad, esto en parte se debe a que desde pequeños en los hogares y escuelas no se ha fomentado el espíritu emprendedor, ni se ha considerado el fracaso de un negocio como una oportunidad para volver a intentarlo y aprender de los errores cometidos.
Como dijo en una entrevista Nadim Matuk, uno de los fundadores de Kokonut Studio, una de las grandes startups mexicanas, creadora de Sky Hero: “hay que verse a largo plazo y siempre encontrar el aprendizaje en cada uno de los experimentos”.
Pero es que además de haber miedo al fracaso, hay también temor al éxito. Y os preguntaréis que cómo se puede tener miedo a triunfar en un negocio. Pues bien, muchas personas tienen miedo a que sus seres más cercanos los rechacen si llegan a ser muy exitosas, pensando que al no tener mucho tiempo para su familia, esto podría afectarles.
2. No tengo ni tiempo ni dinero
Cuando emprendes un negocio, te das cuenta de que 24 horas en un día son insuficientes para hacer todo lo que querías. Mi consejo es que elabores una lista de prioridades cada día y vayas ejecutando cada tarea, solo así irás consiguiendo tus objetivos. Al final, te quedarán las cosas menos importantes, las cuales serán mucho más fáciles de realizar al final del día y te sentirás mucho mejor contigo mismo.
Al igual que nos quejamos sobre el tiempo, también lo hacemos con el dinero. Seguramente os suenen frases como “no tengo dinero para hacer esto” o “cómo puedo financiar mi negocio”. Vayamos por partes.
Hay muchas opciones para estar un poco más desahogados y relajados económicamente, por ejemplo puedes optar por trabajar en un segundo empleo, puedes vender cosas o hacer encuestas por internet. Todo esto para ahorrar dinero e invertirlo en acciones y estrategias que hagan crecer tu negocio.
En cuanto a cómo financiar tu negocio, deberás informarte de todas las alternativas que hay y valorar cuál se adapta mejor a tus necesidades.
3. No sé hacerlo
Estamos acostumbrados a escuchar este tipo de frases. Y esto os puede recordar a cuando éramos pequeños, que la utilizábamos cuando no sabíamos hacer algo. Pero ya no somos niños pequeños y debemos quitarnos esta idea de la cabeza.
Hay muchas fuentes a las que podemos recurrir si no sabemos hacer algo, empezando por Internet. ¿Cuántas veces has tenido dudas sobre algo y lo has resuelto rápidamente en Google? Además de esto, hay una cantidad infinita de libros y blogs especializados a los que puedes acudir, o también puedes contratar a un coach o mentor.
4. No es el momento de hacerlo
¿Y cuándo es el momento entonces? El hecho de que estemos atravesando malos momentos, no quiere decir que no podamos montar nuestro propio negocio, al contrario, es una oportunidad para reinventarnos y debemos aprovecharla si estamos seguros.
5. Dejarte influenciar por los demás
¿Crees que puedes dejarte influir por lo que digan los demás? En muchas ocasiones, personas cercanas a nosotros nos bloquean e impiden que sigamos nuestro camino. La mejor solución a esto es cambiar nuestra actitud y comportamiento, e intentar que esto no pueda con nosotros.
6. Buscar la perfección
Nadie es perfecto, ni siquiera Steve Jobs lo fue. Cometer errores no es malo, fracasar tampoco lo es. Debemos levantarnos todas las veces que nos caigamos porque de eso se trata, de aprender, reinventarnos y de ser mejores.
Por mucho que nos empeñemos, a veces las cosas no salen como uno tenía previsto. Y el verdadero problema se encuentra en que nos cuesta cambiar el chip. Tenemos una mentalidad de hacer las cosas como siempre, de seguir en la misma línea, pero esto indudablemente no hace que avancemos.
Como he dicho anteriormente hay que reinventarse constantemente, crear cosas nuevas para no aburrir al cliente y fidelizarlos con nuevas estrategias y acciones. ¡Dejémonos de excusas y pongámonos manos a la obra!
Imagen: ©Nomad_Soul – Shutterstock
Autora: Edith Gómez – Editora de gananci.com