¿Qué tendrá Cuba?

Por Beatrizbeneitez
Beatriz Benéitez. Santander
Si en este momento pudiera teletransportarme y alguien me preguntara ¿Dónde te gustaría ir?Seguramente diría: a La Habana. Tan mágica como decadente, tan encantadora como canalla. Ruidosa y apagada, evocadora, un lugar en el que las cosas no siempre son como parecen. Los habaneros, y los cubanos en general, son dignos de admiración. Son supervivientes; negocian, luchan, resuelven. Y así van pasando los días, en esa ciudad llena de sonidos, de olores y sabores. Y, sobre todo, llena de rincones inolvidables y de inventores dicharacheros. De momento, no es posible teletransportarse pero, si puedo, volveré. Pasearé por sus calles, recorreré La Habana Vieja y entraré en la farmacia de la calle Obispo, visitaré a los amigos, comeré en La Guarida, pasearé por el Vedado, me sentaré a tomar un mojito en El Patio y compraré libros antiguos en La Plaza Vieja. Veré atardecer en el Malecón, cenaré en Doña Bárbara, escucharé boleros en El Gato Tuerto y bailaré salsa en La Casa de la Música de Miramar o de Galiano. Eso y muchas cosas más. ¿Qué tendrá Cuba?
  Este es el mercado de Cuatro Caminos en Centro Habana. Un lugar muy especial si te gusta ser más viajero que turista. Es entretenido pasar aquí un rato. Y si eres buen conversador, estás de suerte: enseguida encontrarás tertulia. Ellos te pondrán al día entre corrillo y corillo. Y te contarán que están preparando la fiesta de los quince para Jumisleisy o LeidyLaura, o como cogieron a su su vecino el otro día vendiendo langostas por fuera (sin cabeza, claro), te recomendarán algún paladar para comer y se ofrecerán para llevarte a las playas de Guanabo por un precio módico. Seguro que te ofrecerán puros (mejor declina), y puede que hasta te inviten a jugar a dominó o a tomar un trago de chispa e tren.
Pero si estuviera en La Habana y fuese domingo, es seguro que pasaría la mañana en el Callejón de Hamel. Salvador González Escalona es el artista local que ha hecho posible, con paciencia y tesón, este proyecto socio cultural en la barriada de Cayo Hueso (Centro Habana), involucrando a muchísimos jóvenes de la zona. Es un lugar de culto en la Santería, hija mayor de la africana religión Yoruba; una plaza para el encuentro de los amantes y aficionados a la rumba cubana; un callejón repleto de pinturas, esculturas, símbolos y mensajes: "Yo puedo esperar más que tú, porque soy el tiempo", reza uno de ellos. Un rincón donde se vende arte y se regala rumba cubana. Un espacio para la cultura tradicional, que surgió como respuesta a la angustia que se vivía en el período especial (años 90), y que se ha convertido en todo un referente en la capital de Cuba. Un espacio que ningún viajero de paso por la ciudad un domingo debería perderse. Allí, junto a un pozo, hay un altarcito dedicado a mi amigo Harold, artista y santero, un joven habanero que colaboró con el desarrollo de este proyecto, y que murió hace algunos años. Para él, mi recuerdo: Nos enseñó muchos lugares de La Habana a los que, sin duda, volveré.Aquí dejo una canción del gran Polo Montañez. Para ambientar.