¿Qué tiene que ver Isaac Asimov con la Historia de Grecia y Roma?

Por Esteban Esteban J. Pérez Castilla @ProfedLetras
Me gustaría comenzar haciendo una presentación breve sobre la trayectoria de este prolífico escritor, pero seguramente todos vosotros ya lo conocéis de sobra. No solo conoceréis que nació en Rusia como Ísaak Yudóvich Ozímov, sino también que emigró junto con sus padres a la tierna edad de 3 años a Estados Unidos.
Además, sabréis que este hombre no se dedicó solamente a escribir, sino que, al graduarse como bioquímico en Columbia en 1939 y seguir su carrera académica hasta conseguir su doctorado en 1948, consiguió ser profesor en la Universidad de Boston.
De su obra literaria, seguramente tenéis la certeza de que escribía, básicamente, sobre robots, naves, planetas y cosas de esas. Pero para estar más seguros de sus contribuciones a la Historia de la Literatura, hemos de decir que sus obras más logradas se encuentran enmarcadas en los 16 libros que componen la Saga de la Fundación, que abarca la Serie de los Robots, la Trilogía del Imperio Galáctico y el Ciclo de la Fundación. 

Asimov también inventó las Tres leyes de la Robótica.

Pero este hombre, cuya dedicación a la escritura abarcó casi 500 libros y sus papeles privados ocupan un total de 464 y 71 metro de estantarías, se esforzó también grandemente en el campo de la divulgación. Es decir, quería que todos supiéramos todo cuando pudiéramos sin tener que depender de libros escritos para expertos. Por tanto, él, con lengua llana para que cualquiera la pudiera entender, escribió libros para que para contarnos sobre ciencia, que era su campo, pero también sobre la historia de la humanidad.
Es en este último quehacer donde se inserta su ambiciosa serie Historia Universal de Asimov, compuesta por catorce libros en los que el escritor desmenuza gran parte del devenir humano, y donde precisamente algunos tienen que ver con Grecia y Roma. Así, encontramos:
  • Los Griegos (The Greeks: a great adventure): aquí Asimov nos cuenta la evolución de Grecia desde los tiempos micénicos (¿1500 a.C.?) hasta la Grecia del siglo XX, pasando por las clásicas Atenas y Esparta, Alejandro Magno, Roma... No solo nos habla del devenir político, sino también del progreso cultural y material de esta poderosísima civilización que determinó y moldeó el pensamiento occidental por su curiosidad empírica, de pensamiento, científica.
  • La República Romana (The Roman Republic): Se nos describe en este libro el período desde la Fundación de la Ciudad en el 753 a.C. hasta el 29 a.C., cuando Octavio -luego Augusto- toma el poder y emprende la magna obra que llevará al gobierno monárquico. Por tanto, veremos cómo Roma expulsa a los reyes sanguinarios, cómo asciende de una ciudad campesina a potencia mundial tras la derrota de Cartago, asistermos al derramamiento de sus ciudadanos con las Guerras Civiles y asistiremos a los vaivenes de poder de que conducirían de nuevo al poder absoluto.

Amén, Isaac.

  • El Imperio Romano (The Roman Empire): En esta obra, Asimov expone el desarrollo del Imperio desde el asentamiento de Augusto como Princeps hasta la caída del Imperio Romano de Ocidente propiciada por las luchas contra los reinos germánicos. Es decir, un período plagado de guerras, tejemanejes políticos y, sobre todo, de decadencia social y política que duró cinco siglos (476 d.C.). Es muy interesante que se incluyan en este libro los linajes de las distintas familias de los emperadores, por lo que no nos perderemos en la avalancha de nombres.
  • Constantinopla (Constantinople - The forgotten Empire): Aquí se describe el origen, el ascenso, la época dorada y la caída del imperio al que dio nombre Constantino, que siempre se suele dejar un poco de lado por causa del brillo y la fascinación que producen Grecia y Roma. Un período largo que abarca desde la fundación de Bizancio en 657 a.C. hasta la caída en manos de los turcos en el 1453 d.C., año que marca también el fin de la Edad Media según algunos estudiosos.
Pero bueno, saber la listita y de qué va cada libro es muy bonito, ¿pero ahora habrá que leérselos, no?