Qué ver en Albarracín, probablemente el pueblo más bonito de España

Por Mundoturistico

Puede ser que en ocasiones abusemos de las comparaciones y clasificaciones, pero qué queréis que os diga: ¡A mí me encantan! Si el lugar en cuestión sale bien parado en esa lista de ‘Las mejores cosas de…’, algo en mí se despierta. Las ganas irremediables de ir. Y así comenzó mi necesidad de conocer Albarracín, siempre presente en la lista de pueblos más bonitos de España. Tras haber conocido ya unos cuantos de los habituales, puedo decir que al menos de momento, para mí es el más chulo, seguido de cerca por Cadaqués (el mar hace mucho, amigos). En las líneas que siguen, os contaré qué ver en esta población y las razones de su infinita belleza; que no son pocas.

La belleza de Albarracín, al detalle

La ubicación es uno de los factores que juega un papel importante en cómo es la localidad y su magia. Situado en la Sierra de Albarracín, tanto su adaptación al entorno como lo que le rodea son realmente encantadores. El pueblo está situado en un meandro, rodeado por el río Guadalaviar, y lo que más llama la atención es la verticalidad de su arquitectura, aposentada sobre la montaña. Me recordó un montón a Cuenca (situada cerca) porque también tiene el fenómeno de las Casas Colgadas, tan sorprendente para la vista. 

Aislado y único

Además, Albarracín está algo aislado y tanto el camino de ida (en mi caso, desde Calatayud) como el de vuelta (hacia Cuenca, con las brutales vistas de la serranía conquense) son una experiencia genial a la par de entretenida; incluso cuando se viaja solo, como fue mi caso. 

Por último, no podemos dejar hablar de la arquitectura del pueblo, una maravilla. Más allá de una adaptación casi imposible al terreno, con algunas construcciones súper llamativas, destaca el tono uniforme del material y la perfección del conjunto. A ello hay que añadirle las diferentes perspectivas que se logran de ese paisaje; bien sea a la entrada del casco antiguo, en la calle del Chorro; desde lo alto de la muralla, las más impresionantes; o desde las callejuelas interiores, donde se logra el mayor detalle.

Los lugares imprescindibles de Albarracín

Aunque el disfrute de las cosas anteriormente descritas y un paseo por el área son más que suficientes para estar encantados, Albarracín tiene además algunos lugares imprescindibles. El primero al que yo accedí fue a su muralla, una de las mejor conservadas del territorio nacional. Es sin duda otra de los protagonistas de su embrujo, gracias a unos cuarenta metros de longitud y dieciséis metros de altura. Recomiendo encarecidamente que se bordee y se acceda así al mejor mirador del pueblo. Yo me tiré un rato haciéndome fotos y emocionándome con lo contemplado.

Vistas desde la muralla:

El punto de referencia: la Plaza Mayor

Callejeando, pronto se encuentra la céntrica Plaza Mayor, punto de referencia para situarnos. De aquí subiendo un poco más encontraremos la catedral, solo accesible si lo haces mediante visita guiada. Pegado a ella, hay centro de información para estos paseos. Yo estaba más en modo viajera independiente, así que seguí mi camino. Bordeando un paseo en torno a esta zona alta del pueblo, se llega al castillo (al que no entré; si os interesa podéis comprar vuestro tiquet en el Museo de Albarracín, situado muy cerca) y un poco más adelante, a la Iglesia de Santa María.

Plaza Mayor de Albarracín:

Catedral de Albarracín:

Castillo de Albarracín:

Retornando al punto de referencia, la Plaza Mayor, hay otros dos sitios muy interesantes: la primera es la calle Azagra, estrecha y peculiar, al fondo de la cual hay algunos ejemplos de las casas colgadas que os comentaba al inicio. En otro sentido, se puede coger la calle Portal de Molina y llegar a la Casa Julianeta, símbolo de la arquitectura imposible de este bello pueblo. Os recomiendo también perderos por más zonas, llenas de laberintos y miradores, para acabar completamente rendidos a este lugar. ¡No es difícil! 

Casa de la Julianeta:

Calle Azagra:

DATOS PRÁCTICOS EN ALBARRACÍN

-Cómo llegar: fui en coche, así que no hay mucho que decir. GPS y a volar. 

-Dónde comer: elegí un restaurante algo aislado y con terraza (medidas anti-Covid) que se llama La Parroquia. Comí buena carne y disfruté una vez más de las vistas del pueblo; que no son espectaculares pero sí suficientes.

-Dónde aparcar: hay un parking muy cómodo al llegar al pueblo. Pronto te encontrarás con la Oficina de Turismo, donde poder hacerte con un plano del lugar. 

-Dónde dormir: *No hablo de lugares para dormir porque no hice noche allí. Fue la última parada de un viaje de dos días por: Medinaceli, El Monasterio de Piedra y Calatayud.

Otras cosas en Albarracín: en la parte baja del pueblo, hay un paseo que bordea al río. Tiene buena pinta, pero yo ya estaba cansada y tenía que volver. Más allá, en toda la zona de la Sierra de Albarracín, hay muchas rutas y actividades que poder hacer, pero tampoco tuve tiempo. ¡Para otra!