Empezaba otro día en Bélgica. Y nuestro destino era Gante y, si daba tiempo, Amberes. Nos dirigimos, de nuevo,a la Estación Central para coger el tren que nos llevaría a la estación de Sint Pieters, a unos 3 km del centro.
Aquí tuvimos el único "problema" de todo el viaje y es que no llegamos al tren de las 16.15 h por unos segundos y el de las 16.45 h sufrió una avería. Total, que después de esperar un buen rato en la estación, llegó otro tren en el que íbamos a presión, ya que después del retraso, el andén estaba a rebosar. Íbamos de pie, como sardinas enlatadas y nos la creímos muy felices cuando después de unos minutos, la gente se bajó en una estación y el vagón quedó totalmente vacío.
Estábamos un poco con la mosca detrás de la oreja y a punto de bajarnos cuando un amable chico se acercó al vagón y nos dijo que nos bajáramos, que la vía estaba atrancada por el tren averiado y que iba a venir un bus que nos llevaría a otra estación. Otro buen rato de espera y el bus que no llegaba. Cuando por fin aparece, la gente se va corriendo hacia sus puertas y nosotros pensando que nos quedaríamos en tierra, pero entramos!! Y sí, nos tocó otra vez ir de pie, agarrados como buenamente podíamos e intentando aguantar el equilibrio pese a los intentos del conductor para que eso no sucediese. El bus nos llevó de Lokeren a Sint Niklaas en dónde cogimos el tren hacia Amberes que nos dejaría en la ciudad 25 minutos más tarde.
Cuando llegamos a Amberes ya había empezado a anochecer, pero el cabreo se nos pasó pronto cuando vislumbramos la maravillosa estación de tren,