Para mucha gente, el sur de Tenerife no merece especialmente la pena. Lo consideran menos verde, más masificado o con playas más artificiales que el norte (es cierto que muchas no son de arena propia). Pero no es siempre así. Hay zonas muy chulas, especiales y por lo general, goza de algún grado más de temperatura. Por eso, escribo este post para explorar zonas que me encantaron de la parte más meridional de la isla. Intentando también escapar a las masas de turistas, que a veces enfean un poco la esencia original de los lugares.
El Médano: el pueblo base para las visitas más chulas
Si volviera a alojarme en Tenerife (la primera vez lo hice en Los Cristianos), lo haría en El Médano. Ahora tengo la suerte de que una buena amiga vive allí. Este pueblo, de unos 8.000 habitantes, tiene todo lo que considero necesario para disfrutar de unos días de playa y calma. Tiene un bonito paisaje, buenas playas, equipamiento, buen clima prácticamente asegurado todo el año…
Eso sí: hay días de mucho viento en los que este puede ser un poco fastidioso. Este elemento añade otro atractivo a la zona: es ideal para deportes de viento como el kitesurf y el windsurf, que se suman al más tradicional surf. Para tomar algo también os recomiendo el Manfred’s soul café o cualquiera de los locales de la calle Paseo Marcial García.
La playa del Médano, cerca del cogollo de la población, está ya muy llena de gente. No te quedes ahí. Más allá hay buenos arenales, con paredes de roca de muchas formas, donde hay más espacio (playa de Leocadio Machado). No hay mucho oleaje y el agua está buenísima. ¡A disfrutar del baño! Más allá de este arenal, la zona es territorio de deportes de viento (playa de Balos).
Más allá del Médano: playa de La Tejita
Pero casi lo mejor de El Médano son las playas de alrededor. Por eso, no se te ocurra ir sin alquilar un coche y muévete por la zona. De nuevo, no está mal que veas la previsión del tiempo para saber si el viento te puede estropear la tarde. La playa de la Tejita está justo al otro lado de la montaña roja, el accidente natural más representativo de El Médano.
La playa de la Tejita es conocida por el color rojo del material, que procede del hierro que tiene el terreno, oxidado tras el efecto de la humedad del aire y el sol. Más allá de la playa principal hay una calita donde se practica el nudismo (aunque yo estuve con bañador y no tuve problema) que es mejor si disfrutas de las playas pequeñas y accidentadas. Aún más allá, casi en plena pared de roca hay un montón de charquitos que se forman en el terreno y que hacen un paisaje precioso.
‘Montaña Pelada’ y ‘Playa amarilla’, otras dos opciones de playa
Otra maravilla de playa que aún está a las espaldas del turismo masivo es la playa de la Montaña Pelada, quizás porque para llegar hasta ella hay que bajar andando un corto paseo (a veces, tan solo con cuatro pasos más, ganamos más espacio en los lugares, por alejados). Con condiciones parecidas a las de El Médano pero con menos gente, es una opción ideal para echar una tarde en la playa.
Por su parte, ‘Playa amarilla’ es ante todo singular. Es una playa formada por dunas fósiles que hacen de terrazas donde la gente puede ponerse a tomar el sol e ir bajando hasta tocar agua. Para ello, lo más aconsejable son unos escarpines. Para el primer acceso hay unas escaleras y también para pasar el rato, hay un chiringuito con unas vistas preciosas. También tiene mucho valor paisajístico y está catalogado como ‘monumento natural’. Por último, sus aguas son muy claritas y es una zona donde por ello, la gente hace snorkel. ¡Lleva tus gafas si te gusta esta actividad!
Los mejores chiringuitos de la isla
Hay sobre todo una cosa que el sur de Tenerife tiene y que seguramente el norte no. Ese ambiente de sol y playa, para lo bueno y para lo malo, que genera cosas eminentemente playeras. Y molonas. Como los chiringuitos de playa. Y… ¿Se os ocurre un mejor plan para después de comer, tras una buena siesta? Mojito, buena compañía, buenas vistas… Es todo lo que a veces necesitamos.
Uno de ellos es el bar que hay en la ‘Playa amarilla’, muy cerca del mar, y ubicado en un lugar único, en mitad de las piedras que bajan ya a la zona de baño. Pero en mi opinión es imprescindible el Bahía Beach, en el Palm Mar, un local moderno, cuidadísimo y con buen producto tanto a nivel de comida, como de música y estética. Tiene emplazamientos que dan al mar y cuyas vistas son también impagables. La verdad es que me encantó.
La Playa Diego Hernández: una localización única
Como os dije, casi todas las playas del sur de Tenerife son de arena artificial, pero no todas. La Playa Diego Hernández, por su peculiar situación, no tuvo la necesidad y tampoco la requiere para lucir bella y perfectamente apta para el baño. Es una de las más bonitas que he visitado en Tenerife y os la recomiendo mucho, tanto por el lugar de baño como por el paisaje, precioso.
Además, en estos lares hay un tipo de vida muy enfocado a la libertad, donde en ocasiones hay jóvenes que incluso viven en las cuevas formadas en la roca. También es una playa nudista y a veces, en la tarde, hay música y ambiente para disfrutar de un plan diferente. El agua y la arena son perfectas para salir y entrar del agua repetidamente. Y el paisaje, como dije, espectacular. ¿Qué más se puede pedir?
El sur de Tenerife a vista de pájaro: Mirador La Centinela
Aunque hay zonas bastantes masificadas, hay otra gran parte del paisaje del sur de Tenerife que está poco poblado y es una maravilla observarlo, con el mar siempre al fondo, vigilante. En lo más alto, los roques; en los valles, muchos terrenos de cultivo, a veces diseñados en terrazas, que me recuerdan a Asia. Por eso, también es muy interesante acercarse a algún punto desde donde se logren buenas vistas.
En el Mirador de La Centinela, donde nos acercamos por recomendación de una chica tinerfeña, pudimos observar las vistas del Valle de San Lorenzo y el municipio de San Miguel de Abona. Una maravilla de lugar desde donde logramos muchas perspectivas y todas ellas nos encantaron.