Qué ver en el Valle Sagrado - Perú?

Por Artabria @artabria
Nuestro Perú en 15 días ya estaba llegando a su fin pero, antes, nos quedaba el plato fuerte y la razón de este viaje, Machu Picchu y el Valle Sagrado de los incas. Esta parte del viaje la hicimos como en el caso del Valle del Colca a través de una excursión organizada. Pero si en el Valle del Colca lo hicimos con más gente y en un minibus con guía, para el Valle Sagrado reservamos con un taxista que nos recomendaron desde el hotel de Ollantaytambo. Nos recogió un día por la mañana en Cusco y durante ese día nos llevó por los lugares más importantes de la zona, con la suerte de que David, que así se llamaba, era un auténtico conocedor y apasionado de sus ancestros y nos enseñó muchísimas cosas de la cultura inca. El precio por la recogida en Cuzco y llegada a Ollantaytambo, parando en los lugares más destacados del Valle Sagrado fue de 140 dólares. Evidentemente, os saldrá mucho más barato en una excursión colectiva o yendo en transporte públicos. Nosotros, por nuestra parte, quedamos encantados con la experiencia porque estuvimos los dos sólos durante todo el día y fue como llevar un guía especialmente para nosotros.

 Los sitios que estaban incluidos eran Pisac, Chinchero, Moray y salinas de Maras. Puesto que íbamos un poco justos de tiempo y queríamos ver ese mismo día las ruinas de Ollantaytambo, decidimos saltarnos las salinas. Ésta visita es la única que no está incluida en el Boleto Turístico que habíamos comprado en Cusco el día antes, pero el precio creo que era de 10 soles/persona. No está incluido en el boleto porque las salinas son explotadas por los habitantes de Maras, y es la mayor fuente de ingresos de este pequeño pueblo.


 Tras alguna que otra breve parada en miradores, llegamos a Pisac. Lo que se suele hacer normalmente es que el taxista te deja en el recinto arqueológico y te espera abajo, en el pueblo, para que hagas el camino a pie (4 km, colina abajo). Nosotros no pudimos hacerlo porque según nos explicaron, unos días antes se había desprendido una roca de gran tamaño y había muerto un turista, por lo que el camino se encontraba cerrado por precaución. Tras el pequeño disgusto inicial y una breve explicación de David, empezamos nuestra visita.


 Pisac fue una ciudadela inca, está encaramada en lo alto de una colina y el paisaje, desde lo más alto, te dejará sin palabras. Lo que más llama la atención es el sistema de terrazas o andanerías, con formas semicirculares. Allí también podremos ver cómo eran las tumbas incas aunque únicamente desde lejos, ya que a día de hoy son inaccesibles.

 Dejamos Pisac para dirigirnos a la siguiente parada del día, Chinchero. Aquí, aparte de ver la iglesia colonial y el alegre mercado, podemos disfrutar de otra espectacular ciudad inca. Dicen que el último dirigente inca prendió fuego a la ciudad ante la inminente llegada de los españoles y antes de huir a Vilcabamba.



Siguen estando presentes, como no, las terrazas de cultivo y las grandes rocas que forman los muros de las antiguas edificaciones.



Nuestro siguiente destino sería Moray, pero antes volvimos a parar en otros miradores para disfrutar de los paisajes de la región de Urubamba.

 Qué podemos encontrarnos en Moray? Pues, efectivamente, más terrazas de cultivo incas pero con una peculiaridad, su forma es de tipo anfiteatro. Hay varios niveles y en ellos se experimentaban distintos cultivos y es que al no haber la misma temperatura en una terraza que en otra (microclima), los incas iban haciendo pruebas para ver qué cultivo se daba mejor y en qué zona.


 Desde luego, pasar un día, como mínimo, en el Valle Sagrado es imprescindible en un viaje por el sur del país. No sólo las ruinas incas y toda la historia que puedas aprender valen la pena, el Valle Sagrado dispone de unos paisajes con altas montañas, como el Nevado Verónica de 5.800 m de altura, que son una auténtica maravilla.



 A media tarde llegábamos a nuestro hotel de Ollantaytambo, a 5 minutos escasos de las ruinas. Tuvimos que darnos prisa porque faltaban menos de dos horas para el cierre. En esta fortaleza inca, los españoles perdieron la batalla. En Ollantaytambo se encontraba Manco Inca tras haber sido derrotado en Sacsayhuamán (Cusco), que consiguió, en 1536, repeler a Hernando Pizzaro, al que atacaron con flechas, lanzas y rocas lanzadas desde los altísimos bancales. Por si no hubiese sido suficiente, alcanzaron la victoria inundando los terrenos abriendo los canales de la ciudad.




  Aparte de fortaleza, Ollantaytambo fue también un templo. Las enormes rocas que constituyen esta fortaleza fueron sacadas de una cantera a 6 km de distancia. Los incas se las arreglaron para desviar el curso del río Urubamba para transportarlas.




 Ollantaytambo fue el broche final para un gran día por el Valle Sagrado y al día siguiente nos esperaba el ansiado Machu Picchu. Deciros que Ollanta está hecho para los turistas, encontraréis multitudes de alojamientos y restaurantes, así como pequeños supermercados.