Nuestra primera parada, y aunque no pertenece a La Garrotxa, fue Figueres, perteneciente a la comarca del Alto Empordá. Y, sin duda, una de las "atracciones turísticas" más importantes de esta pequeña ciudad es el Teatro Museo Dalí, inaugurado en 1974. El importe de la entrada, 12 euros, hizo que nos planteásemos si nos valía la pena perder tiempo y dinero en algo que, aunque muy importante, no nos llamaba demasiado la atención.
De todas formas, nos acercamos hasta allí mientras que nos lo íbamos pensando y al ver la gran cola que había para entrar, hizo que nuestras dudas se disiparan y nos dirigimos hacia otro museo de menor interés comparado con el gran Dalí, pero en el que nosotros nos lo pasaríamos mejor: el museo del Joguet (juguete). Fue inaugurado en 1982 en las dependencias del antiguo hotel París, en la rambla de Figueres. En él, se exhiben más de 4.000 piezas. Aunque nos gustó, creemos que el precio también fue demasiado alto, 6 euros por persona. Eso sí, os proporcionará una vuelta a la infancia y creo que para los niños también resultará interesante.
Recorrimos parte del casco histórico y nos dirigimos hacia el castillo de Sant Ferran (San Fernando), una fotificación militar de grandes dimensiones cosntruida en el s.XVIII. Sus cisternas podían albergar la nada despreciable cifra de 40 millones de litros de agua y tenía una capacidad para 6.000 hombres. Fue abierto al público en 1997 y en la visita guiada te llevan en jeep por toda la fortaleza y en kayak por sus cisternas. Nosotros llegamos tarde para la última visita guiada, así que no nos quedó más remedio que hacerlo con una audioguía, incluída en el precio de la entrada.
De Figueres, nos dirigimos a Besalú. Este pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional en 1966. Tuvo un gran pasado judío y un gran centro histórico medieval. Lo que llama más la atención es su imponente puente medieval.
Aquí, aprovechamos para ver el segundo museo del día, el de las Miniaturas y microminiaturas, Micromundi, 4,90 euros la entrada. Lo ves en media hora, pero es, como mínimo, bastante curioso. Las obras que posee proceden de distintas partes del mundo. Tanto se puede ver una farmacia de 1900 a escala 1:12, como una Torre Eiffel construída en una semilla de amapola.
Y antes de llegar al siguiente destino, en el que estaríamos un par de días, pararíamos en un pintoresco pueblo, Castellfollit de la Roca. El pueblo está asentado sobre un acantilado de basalto de 50 metros de altura y 1 km de longitud. La mejor panorámica se tiene desde la carretera de acceso, pero también puedes bajar al río a través de una senda en el que obtendrás unas buenas vistas, aunque a nosotros en el momento de bajar nos daba el sol de frente y no pudimos apreciarlas mucho.
Nuestro destino final ese día fue Olot, capital de La Garroxta y en dónde visitamos la ciudad, el Museo de los Volcanes e hicimos un trekking de 12 km entre volcanes.
Os dejamos un pequeño vídeo sobre los Museos de los juguetes y el Micromundi.
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