Qué ver en la India: Una ruta entre palacios, templos y un caos fascinante

Por Aaron Sanchez-Molina Pando @cazadorviajes

Organizar un viaje a la India implica adentrarse en un país que despierta todos los sentidos, desafiando cualquier expectativa previa. La India es un destino en el que la espiritualidad convive con el bullicio, la tradición con la modernidad y el orden con el caos, un país que parece no tener reglas, pero aún así funciona. Desde el primer momento en el que se decide viajar a este país, el viajero comprende que la India no se recorre solo con los pies, sino también con la mente abierta y una actitud flexible.

Por todo ello, planificar con calma el itinerario por la India es básico para no sentirse desbordado por su inmensidad. El país es enorme y diverso, por lo que seleccionar bien las regiones a visitar permite disfrutar de una experiencia más equilibrada. Un viaje bien organizado debe combinar tiempo para visitar tanto palacios y templos, como mercados y paisajes naturales que parecen sacados de otro mundo. La India no se resume en un solo estilo ni en una sola emoción, sino que tiene múltiples caras que cambian según el lugar y el ritmo del viaje.

Este artículo propone una ruta pensada para quienes visitan la India por primera vez o desean descubrir sus grandes iconos culturales. Para ello, recorreremos ciudades, enclaves espirituales y escenarios que definen la esencia del país. El objetivo es ofrecer una visión lo más completa posible sobre qué ver en la India, cómo organizar el recorrido y qué experiencias no pueden faltar.

Delhi, el primer contacto con la intensidad india

Delhi suele ser la puerta de entrada a la India y el primer impacto cultural para muchos viajeros, una ciudad que mezcla de forma abrupta el pasado imperial con la vida moderna, creando un contraste constante entre monumentos históricos y caóticas avenidas. En Old Delhi, las calles son estrechas y rebosan vida, gracias a los vendedores ambulantes, a los rickshaws y a los intensos aromas que acompañan al viajero en cada paso. La Jama Masjid, el Fuerte Rojo o Chandni Chowk son lugares en los que comprender la magnitud histórica de esta antigua capital mogol.

Por otro lado, Nueva Delhi ofrece una cara más ordenada y monumental, con amplias avenidas, edificios gubernamentales y parques que reflejan la influencia colonial británica. Lugares como la Puerta de la India, el Qutub Minar o el Templo del Loto son la imagen de la diversidad arquitectónica y religiosa del país. Esta parte de la ciudad permite al viajero moverse con algo más de calma y observar cómo conviven distintas épocas en un mismo espacio urbano. En un viaje, es recomendable dedicar al menos dos o tres días a Delhi para asimilar su ritmo y evitar la saturación.

Agra y el Taj Mahal, el símbolo eterno del amor

Agra es una parada básica en cualquier ruta por la India gracias a uno de los monumentos más icónicos del mundo, el Taj Mahal. Este mausoleo de mármol blanco, construido por el emperador Shah Jahan en honor a su esposa Mumtaz Mahal, representa una de las mayores expresiones de amor jamás realizadas en arquitectura. La visita al amanecer permite contemplar cómo cambia de color con la luz, creando una atmósfera casi irreal. El silencio matinal contrasta con la emoción de estar ante una obra universal.

Más allá del Taj Mahal, Agra alberga otros tesoros históricos que merecen atención. El Fuerte de Agra, declarado Patrimonio de la Humanidad, permite vivir una visión detallada de la vida imperial mogola, con unas vistas privilegiadas del mausoleo desde la distancia. También es recomendable visitar Itimad-ud-Daulah, conocido como el “pequeño Taj”, que anticipa el estilo arquitectónico del monumento principal. Agra suele visitarse como excursión desde Delhi o como parte del llamado Triángulo Dorado. Aunque la ciudad puede resultar caótica y turística, la experiencia de contemplar el Taj Mahal justifica por sí sola la visita.

Jaipur, con sus palacios, colores y su herencia rajput

Jaipur, conocida como la ciudad Rosa, es uno de los destinos más fascinantes del norte de la India. Esta ciudad, fundada en el siglo XVIII, destaca por su urbanismo y su arquitectura de tonos rosados, diseñada para impresionar a visitantes y comerciantes. El palacio de los Vientos, con su característica fachada llena de ventanas, es uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad.

Otro de los grandes atractivos de Jaipur es el Fuerte Amber, situado a las afueras de la ciudad. Esta fortaleza combina elementos defensivos con una estética palaciega distinta, llena de patios, espejos y salas decoradas con gran detalle. Desde lo alto del fuerte, las vistas sobre el paisaje circundante son sencillamente impresionantes. También merece la pena visitar el City Palace y el observatorio astronómico Jantar Mantar, que reflejan el interés científico y artístico de los antiguos gobernantes rajput. Jaipur es la ciudad perfecta para comprender la riqueza cultural del Rajastán. La gastronomía local, los textiles y la joyería artesanal también forman parte de la experiencia, con una estimación de dos o tres días para explorarla con calma y sumergirse en su historia.

Varanasi, la espiritualidad a orillas del Ganges

Varanasi es considerada una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo y el corazón espiritual de la India. Esta ciudad está situada a orillas del río Ganges, siendo un lugar sagrado para el hinduismo, donde miles de peregrinos acuden para purificarse en sus aguas. Los ghats, escalones que descienden hacia el río, son el escenario diario de rituales, ceremonias y cremaciones que forman parte de la vida cotidiana de la India.

Un recorrido por Varanasi implica aceptar una experiencia intensa y emocional. Al amanecer, los paseos en barca por el Ganges son recomendados para observar la ciudad despertando entre cantos, oraciones y humo de incienso. Por la noche, la ceremonia Aarti reúne a fieles y visitantes en un espectáculo de luz, fuego y devoción. Cada rincón de Varanasi transmite esa energía única que invita a la reflexión y al respeto. No es una ciudad fácil, pero sí profundamente transformadora para quien la visita con sensibilidad. Dedicar al menos dos días permite asimilar su esencia sin sentirse superado.

Kerala, la otra cara de la India

Kerala representa una de las caras más tranquilas y verdes de la India, un estado ubicado en el suroeste del país que destaca por sus paisajes de palmeras, sus canales y sus playas, contrastando con el bullicio del norte. Los famosos backwaters, una red de canales navegables, ofrecen la posibilidad de recorrer la región en casas flotantes, disfrutando así de una experiencia relajada y silenciosa.

Además de sus paisajes, Kerala es conocida por su enfoque en el bienestar y la salud. La región es famosa por la medicina ayurvédica, con numerosos centros que ofrecen tratamientos tradicionales. También es posible explorar parques naturales y plantaciones de té en zonas montañosas como Munnar, donde el clima es más fresco y el paisaje cambia radicalmente. Se pueden dedicar varios días a Kerala en el caso de querer equilibrar el viaje y recuperar energías.

Mumbai/Bombay, en la modernidad y el cine

Mumbai es la ciudad más grande de la India y uno de los grandes motores económicos del país. Antiguamente conocida como Bombay, es un lugar donde la modernidad convive con profundas desigualdades sociales. Sus rascacielos, sus centros financieros y su vida nocturna contrastan con barrios humildes y zonas superpobladas. Esta dualidad convierte a Mumbai en una ciudad intensa y fascinante, que refleja los desafíos y oportunidades de la India actual. Para muchos viajeros, es una ventana al futuro del país.

Uno de los grandes símbolos de Mumbai es la Puerta de la India, situada frente al mar Arábigo. Desde allí se accede a Elephanta, una isla con templos excavados en roca que muestran la herencia religiosa de la región. La ciudad también es el epicentro de Bollywood, la industria cinematográfica india, que tiene un rincón esencial de la cultura popular. Con dos o tres días en la ciudad se puede entender su complejidad sin agotarse. Mumbai no busca impresionar con monumentos antiguos, sino mostrar la fuerza de una India en constante transformación, siendo un interesante cierre para una ruta que combina tradición, espiritualidad, historia y modernidad en un país incomparable.

La entrada Qué ver en la India: Una ruta entre palacios, templos y un caos fascinante se publicó primero en Cazador de Viajes.