Que ver en La Vera y Guadalupe en las faldas de Gredos

Por Veronica Cussi @touristear

Un fin de semana en La Vera

¿Te estas planteando pasar un fin de semana en La Vera?. Hacía tiempo que no nos tomábamos un fin de semana para conocer una región de España haciendo slow travel y decidimos irnos a La Vera en Cáceres. Teníamos un par de noches de hotel para pasar en un Parador de España y escogimos el de Jarandilla de La Vera. Nos lo habían recomendado porque este Parador es una preciosidad, sobretodo el patio de armas, y porque el enclave es una maravilla.

Así que nos decidimos por esta región de La Vera que tenemos relativamente cerca de casa, entre dos y dos horas y media en coche. Cantidad de veces nos ha ocurrido que hemos estado pensando en una excursión para hacer un Sábado o un Domingo y que esté a esta distancia de Madrid y la verdad que no se nos había ocurrido ir a La Vera.

El Monasterio de Guadalupe

Aprovechando que el Viernes salíamos pronto, decidimos desviarnos un poco hacia el sur para conocer el pueblo de Guadalupe y su monasterio que es Patrimonio de la Humanidad. El pueblo de Guadalupe está un poco retirado de todo la verdad y la carretera para llegar no es que sea la mejor del mundo así que lleva un buen rato llegar, pero el lugar es verdaderamente bonito.

Aparcamos relativamente cerca del centro para recorrer el pueblo caminando. Habíamos decidido hacer la visita guiada en el monasterio ya que la entrada no es muy cara (5 euros) y siempre merece la pena que alguien te vaya contando lo que vas viendo. Como la visita guiada empieza a horas concretas y no cuando a uno le apetece nos organizamos para comer algo y luego dar un paseo por Guadalupe y sus calles pintorescas, conocer sus puntos más característicos y luego estar a las 16:30 como un clavo para empezar la visita guiada.

Comimos en La Taberna del Monaguillo que es un restaurante que está muy cerca de la plaza principal y del monasterio, pero lo suficientemente lejos como para no estar en la zona más turística o masificada. Es un sitio modesto y poco turístico, con comida casera que estuvo muy rica. Nos atendieron bien, el menú estuvo bien y era barato, vaya... que nos gustó.

Después para bajar un poco la comida nos dimos un paseo por el pueblo de Guadalupe. Lo tienen bastante bien organizado en el pueblo y hay un recorrido con paradas numeradas. En cada parada te indican además cual es la dirección para la parada siguiente, solo hay que ir siguiendo las flechas. Cuando llegas a una parada te encuentras con un cartel en el que te cuentan la información más relevante del lugar en el que estás.

Lo que más nos gustó fueron los arcos que eran las puertas de entrada de la ciudad medieval. Cada arco tiene un nombre y una historia diferente.
Después de pasear por el centro de Guadalupe y recorrer los puntos principales hicimos el tour por el monasterio. Ver el monasterio y su interior es obligatorio si vas a Guadalupe. A nosotros siempre nos gusta hacer la visita guiada porque no tiene nada que ver una visita cuando alguien te va contando lo que ves y la historia que hay detrás de cada objeto o estancia.

Ves los diferentes museos que tiene el monasterio, el que más me gustó con diferencia fue el de las pinturas donde incluso tienen un Goya, puedes ver la sacristía que está adornada con cuadros de Zurbarán y es una preciosidad de estancia, el claustro es una pasada, estuve dándole vueltas y vueltas para encontrar el mejor punto para sacar una foto, también puedes ver la virgen de Guadalupe y los más devotos pueden besar su manto.

Jarandilla de la Vera

De Guadalupe nos dirigimos a Jarandilla de la Vera, hicimos check-in y descansamos un poco. Decidimos dar un paseo nocturno por Jarandilla e ir a cenar. Para cenar en Jarandilla de la Vera escogimos el restaurante K'leti, otro acierto de este fin de semana. Comimos de maravilla, está gestionado por una pareja joven que lo llevan muy bien, era el único sitio lleno y con gente de todo tipo. Comimos bien y barato. El abanico con salsa de reducción de Pedro Ximenez estuvo fantástico, te lo recomiendo.

Luego dimos un paseo por el pueblo, que es pequeño, así que no nos llevó mucho rato, pero nos sirvió para bajar un poco la cena. Desde la ermita de Sopetrán frente a la picota que marcaba que se entraba bajo la influencia de los condes de Oropesa a la iglesia junto a la plaza del ayuntamiento que es el centro del pueblo. Es un pueblo pintoresco, pero no es uno de los más bonitos de la zona.

A la vuelta disfrutamos un rato de la vista nocturna del parador y de su patio de armas que es una auténtica preciosidad.

El monasterio de Yuste

A la mañana siguiente lo teníamos claro, nos íbamos a primera hora al monasterio de San Jerónimo de Yuste en Cuacos de Yuste. Para nosotros es uno de los lugares más importantes para visitar de esta excursión por La Vera, junto con Guadalupe claro.

El monasterio de los Jerónimos no tiene nada que sea súper espectacular, su mayor atractivo es que el emperador Carlos V decidió retirarse aquí.
Según nos contó el guía de Patrimonio Nacional la decisión de retirarse la tomó por recomendación de su amigo Luis Ávila y Zúñiga que era de la comarca y le recomendó esta ubicación, la zona de La Vera.

Además, lo hizo en contra del consejo de su hijo Felipe II, que se opuso radicalmente a esta decisión. Y se opuso por motivos fundados, primero porque Carlos V tenía gota y el clima no era precisamente el mejor para esta enfermedad, y segundo porque el paludismo estaba muy extendido en esta zona, y era peligroso. Tan es así que efectivamente fueron las fiebres por paludismo las que mataron a Carlos V.

Otro motivo importante era que era un monasterio Jerónimo y Carlos V tenía mucho aprecio a los Jerónimos, y bastante poco a los Jesuítas, así que el hecho de que fuera un monasterio Jerónimo era importante.

Todos los muebles que se pueden ver en el monasterio son de la época pero no son los que había en el monasterio en su momento.
El monasterio era pequeño así que tuvieron que hacer algunos pequeños "añadidos". Añadieron una vivienda completa para el Emperador Carlos V que no era especialmente grande, además se pretendía dar una sensación de modestia y austeridad.

Felipe II se preocupó mucho de que el monasterio estuviera en condiciones y le hizo varias mejoras en la iglesia y en el monasterio, incluso le construyó otro claustro cuando el número de monjes era demasiado grande. El claustro nuevo era más luminoso y abierto y con mejor temperatura, por eso los novicios iban al claustro viejo y los monjes mayores al nuevo. También construyeron un estanque entre otras muchas cosas, que es una de las vistas más bonitas del monasterio.

Las vistas desde la vivienda de Carlos V la verdad que son impresionantes. Puedes disfrutarlas por ti mismo.
Según nos contó el guía de Patrimonio Nacional, hay un paralelismo muy grande entre el Monasterio de Yuste y el monasterio de El Escorial ya que Felipe II tuvo muchos aspectos en cuenta de lo que vio e hizo en Yuste para luego construir El Escorial.

Garganta de la Olla y Jaráiz de la Vera

Continuamos el día y visitamos Garganta de la Olla, es un pueblo pintoresco que destaca por el tipo de arquitectura que es tradicional en la región de La Vera. Además, pudimos visitar alguna de las pozas y gargantas que hay en la zona de la Vera y que son una auténtica preciosidad, como la que puedes ver en esta foto. Hay más de 40 gargantas en la zona de La Vera que están alimentadas por más de 1400 arroyos.

La arquitectura de La Vera es característica y bastante bonita. La parte superior de las viviendas se utilizaba como granero porque allí no podían llegar los roedores y estaba mejor ventilada. En garganta la olla se puede disfrutar de esta arquitectura y también en otros pueblos como Valverde de La Vera o Villanueva de La Vera

Jaráiz de la Vera es un pueblo algo más grande y probablemente menos pintoresco pero es una visita imprescindible y más que recomendable, sobretodo por el Museo del Pimentón.

Nos pareció muy interesante la visita porque aprendimos como se hace el pimentón y por qué el pimentón de La Vera es tan bueno y tan conocido.

Los pueblos pintorescos de La Vera

Para emprender nuestro regreso a Madrid decidimos recorrer algunos de los pueblos pintorescos de La Vera.

Losar de La Vera es nuestra primera parada. En una de sus gargantas hay un precioso puente de dos ojos que se llama Puente de Cuartos. Uno más grande de unos diez metros de alto.

Nuestra siguiente parada fue Valverde de La Vera, es un pueblo precioso que ha sido muy cuidadoso con su arquitectura y con mantener el aspecto medieval del pueblo. Han conservado las calles, las casas, las fuentes y los edificios y tiene además un castillo en ruinas del que sólo queda un muro.
Te recomiendo que te des un paseo por el pueblo y lo disfrutes, tiene una plaza Mayor con un encanto especial, está muy bien conservada y además hay varios sitios donde te puedes tomar un vino y una tapa.

Terminamos el recorrido en Villanueva de La Vera, otro pueblo pintoresco que conserva las casas tal y como eran. Aparcamos con bastante dificultad porque había mucha gente, normal en un Domingo.

Dimos un paseo y nos encantaron las calles del pueblo, sobretodo alguna de ellas que estaban a ambos lados decoradas con un montón de plantas y macetas.

Se terminaba el día así que nos tomamos una última cervecita y nos volvimos a Madrid, encantados del fin de semana que pasamos en La Vera. A la salida del pueblo de Villanueva de la Vera paramos a ver el puente de la garganta del diablo, que es muy parecido al de Losar de la Vera.

Sabemos que tenemos que volver (varias veces) para disfrutar esta región un poco más.