Cosas que ver en Lisboa las hay a gusto de todos; no obstante, quizá la más espectacular de todas ellas sea el Puente Vasco da Gama; un viaducto que con sus más de 17 kilómetros de largo ha marcado un antes y un después en la ingeniería civil europea.
Conecta a lo largo de 17.300 metros de longitud, sobre el río Tajo, las localidades de Montijo y Sacavém, en la región de Gran Lisboa. Y a pesar de que en su origen – fue inaugurado en 1998 – se planteó como alternativa al puente 25 de Abril, hoy en día, además de cumplir con su función, se ha convertido en una de las imágenes más representativas de la capital portuguesa. A fin de cuentas se trata del puente más largo de Europa; y probablemente uno de los más bellos y sostenibles con el medio ambiente.
Se construyo únicamente en año y medio, lo que supone una gran hazaña teniendo en cuenta del tipo de estructura de la que estamos hablando. Y fue inaugurado para la Exposición Internacional de Lisboa de 1998; en el proyecto trabajaron más de 3.000 personas. Y bueno, que mejor nombre podían haberle puesto que el del gran marino y virrey portugués, Vasco da Gama.
Se de la circunstancia de que con sus 155 metros de altura se trata de la séptima estructura más alta de Portugal, solamente superada por una antena, dos chimeneas de fábricas, una torre de comunicaciones y dos puentes. Podemos hacernos una idea de lo impresionante del perfil del puente.
A pesar de que no puede ser atravesado a pie – una pena – si puede ser visitado con guías que explican punto a punto los datos más interesantes del puente mientras los visitantes contemplan las impresionantes vistas que desde su pasarela pueden apreciarse. En los principales hoteles de Lisboa puede obtenerse más información la respecto.