En toda ruta hay una ciudad que cojea. En el caso de nuestra ruta de dos meses por Europa, diríamos que esa ciudad es Marsella. Durante nuestros cuatro días descubriendo qué ver en Marsella vimos tuvimos la sensación de que se trata, realmente, de una ciudad crucero o ciudad escaparate.
Era pleno invierno y ya había anochecido cuando el autobús nos dejó en la estación de autobuses de la ciudad francesa. Seguimos los pasos de Google Maps para llegar a nuestro alojamiento en Marsella. Este está situado en un barrio residencial donde toca subir alguna cuesta que otra para llegar hasta él. Aún así, en veinte-treinta minutos ya estaba el camino hecho.
Nos pasamos los siguientes días visitando los imprescindibles de Marsella, pero también sus lugares más auténticos. ¿Qué les pasa a las ciudad escaparate? En cuanto te sales del puerto donde llegan los cruceristas, la ciudad no tiene mucho más que aportar al viajero. Suciedad y poco cuidado es lo que encontramos. Aún así, también vimos auténticas bellezas. Eso es lo que quiero enseñarte hoy en este artículo. Pero primero, ¿sabes cómo llegar a Marsella?
Cómo llegar a Marsella
Marsella es una ciudad francesa abierta al mar Mediterráneo. Desde Barcelona hasta Marsella solo hay cinco horas en coche o autobús. Aún así, también tiene estación de trenes y aeropuerto. En nuestro caso, como os decimos en todos los artículos de la ruta, durante este viaje usamos GoEuro. Se trata de un comparador de trayectos en avión, tren y autobús. De esta manera sabíamos qué transporte nos llevaba al mejor precio y menor tiempo al destino.
Llegamos a Marsella después de disfrutar de unos días en Montpellier. Viajamos en un autobús durante un par de horas que nos costó 5€ y nos dejó en la estación central.
Transporte en Marsella
Siempre que puedas ve a pie a cualquier punto de interés de la ciudad. Aún así, reconocemos que hay alguna cuesta que otra y algunos puntos imprescindibles están más alejados.
Los autobuses cuestan 2€ por trayecto y puedes comprar el billete en el mismo autobús.
Qué ver en Marsella en un día
Como todo, la ciudad de Marsella se puede ver en un día. Aún así, si te alojas al menos una noche en la ciudad podrás verla con más tranquilidad. En este mapa te marcamos los imprescindibles de Marsella.
Basílica de Norte-Dame de la Garde
Este lugar se encuentra en lo alto de una colina. Es posible llegar hasta lo alto a pie, de hecho nosotros lo hicimos. Es un buen paseo que recomendamos hacer tranquilamente. Las calles son muy empinadas y la subida constante. La Basílica de Marsella ¡nos sorprendió! No solo por las increíbles vistas de la ciudad, el puerto y el mar que se tienen desde lo alto. La basílica es muy bonita tanto por dentro como por fuera. Fue uno de los sitios qué ver en Marsella que más disfrutamos.
La basílica fue construida en 1864 sobre una antigua fortaleza. Los materiales utilizados, las piedras verdes y blancas que se ven en toda la fachada nos recuerdan a las iglesias de Italia. Esto es porque la piedra para la construcción se trajo directamente desde Florencia.
- Precio de la entrada: Gratuito
- Horario: 7:00h - 18:00h
Palacio Longchamp
El Palacio Longchamp no se encuentra en el centro de Marsella. Para visitarlo tendrás que adentrarte un poco en la ciudad. Nosotros lo visitamos de "casualidad" ya que para volver hacia nuestro alojamiento pasábamos cerca y decidimos desviarnos para verlo. Fue una muy buena decisión. Un lugar precioso, sin turistas y con muchas familias paseando con sus hijos fue lo que encontramos.
Se construyó en el año 1869 para conmemorar la solución a los problemas del abastecimiento de agua de la ciudad. Por aquel entonces tenia muchos problemas para disponer de agua potable. Cuando construyeron el canal de Durance lo resolvieron y decidieron construir este palacio para celebrarlo.
En los edificios se encuentran los museos de Bellas Artes a un costado e Historia Natural al otro. Detrás del Palacio de Longchamp podemos visitar el Jardín Botánico de la ciudad.
- Precio: Gratuito (los museos son de pago)
- Horario: 8:00h - 19:00h
Fuerte de San Nicolás
Hay varios fuertes en Marsella. Pequeñas grandes ciudades defensivas que hacían de la ciudad un lugar inexpugnable. El Fuerte de San Nicolás fue mandado construir por el rey Luis XIV y su idea era que reflejara su autoridad. De hecho, cuenta la historia que Luis XIV mantenía los cañones ¡apuntando a la población de Marsella!
En plena revolución francesa en mayo de 1790, los propios marselleses comenzaron a demoler el puente. Tuvieron que detenerse por orden de la Asamblea Nacional. Pero en el interior del fuerte se erguía la capilla de San Nicolás que si fue destruida. Como ves, es un fuerte con mucha historia. Vale la pena visitarlo e imaginar como fueron sucediendo los acontecimientos.
Catedral de Marsella
La catedral de Marsella es un imponente edificio de estilo románico-bizantino único en Francia. La catedral se encuentra fuera del centro histórico de la ciudad y muy cerca del puerto comercial. Toda la zona que rodea la catedral es bastante moderna y un paseo por la zona vale mucho la pena.
Además de visitar la catedral o disfrutar de sus fachadas desde la calle, podemos descubrir toda la zona que la rodea. Si nos vamos alejando de la catedral hacia el mar podemos disfrutar del paseo de Robert Laffont. En este paseo se encuentra el Museo de las Civilizaciones y unas vistas al final del mismo de los fuertes de Marsella.
Castillo de If
Esta fortaleza se construyó sobre una isla. Prácticamente todo el terreno de la isla se usó como base para construir esta zona defensiva.
Sirvió como defensa en el siglo XVI y nunca fue atacada. Por este motivo se conserva prácticamente intacta salvo por el paso del tiempo y los azotes del clima. En el siglo XIX la fortaleza como tal era inútil y se decidió darle otro uso como cárcel. En ella estuvieron asesinos y presos políticos, pero finalmente lo que hizo famoso el lugar y lo que hace que mucha gente lo conozca es un libro. El famoso libro del Conde de Montecristo de Alejandro Dumas. El personaje de ficción se sitúa en esta cárcel de la que logra escapar tras más de diez años encarcelado.
Hoy en día son muchos los turistas que visitan esta antigua cárcel donde hay una celda que se dice que era la del Conde de Montecristo. Cosa totalmente falsa ya que el personaje es de ficción.
Para llegar hasta el Castillo de If se tiene que hacer evidentemente en barco. Existe una linea regular de barcos que hacen el trayecto en 20 minutos y salen más o menos uno cada hora. Puedes ver los horarios y comprar los tickets con antelación aquí.
- Entrada al castillo de If: 5€
- Horario de visita: 9:30h - 18:00h
- Precio billete de barco: 10,80€
Palacio du Pharo
Este palacio se construyó por la decisión de Luis Napoleon. El emperador quería tener una residencia imperial en Marsella. La ciudad decidió entregar los terrenos privilegiados para la construcción del palacio. Finalmente el emperador nunca llegó a vivir en este palacio y tras su muerte, la emperatriz Eugenia convertida en la única propietaria, decidió entregárselo a la ciudad de Marsella.
Desde entonces en el año 1904 se convirtió en una escuela de medicina. Hoy en día su uso nada tiene que ver. Se trata de un centro de congresos, convenciones y coloquios.
Lo más interesante de la visita al palacio, a parte de disfrutar de sus jardines y sus preciosas fachadas, son las vistas. Gracias al lugar donde se encuentra situado tenemos unas vistas impresionantes de la ciudad de Marsella y de la entrada del puerto antiguo.
- Entrada: Gratuita
- Horario: 8:00h - 21:00h
Porte d'Aix
Otro de los sitios qué ver en Marsella es su arco del triunfo. Este arco del triunfo que en principio iba a ser construido por Luis XIV para destacar sus logros políticos, se convirtió en otra cosa. Debido a los múltiples retrasos en su construcción finalmente se conmemoran las victorias francesas en general dejando de lado lo personalista.
A pesar de sus restauraciones podrás observar cuando lo visites que el paso del tiempo a hecho mella en él. Además, está situada en la zona "límite" más turística y el ambiente ya no es el mismo.
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Como ves, hay bastantes cosas por visitar en Marsella. Podemos hacerlo en un día pero mejor si dedicamos a la ciudad el tiempo que se merece y al menos estamos dos días. La ciudad tiene muchas más cosas por descubrir o ver, pero esto será para otra visita en el futuro.