selfie en el avión mami, papi y yo
panorámica de marsella
Al llegar fuimos a la Oficina de Turismo de la Estación Central Sant Charles, cogimos unos mapas y nos dijeron por donde estaba nuestro metro, compramos en las maquinas un boleto de diez viajes (13 euros), eramos tres adultos y la mejor opción para ahorrar son estos tickets.- Estaríamos en Marsella una semana en el Hotel Premiere Classe Centre, en la zona entre Prefectura y Cours Julien.- En nuestra parada de metro (Notre Dame Du Mont- Cours Julien) ya tuvimos nuestra primera anécdota, pues salimos y cogimos la dirección contraria, por suerte nos encontramos con una pareja de jóvenes argentinos (paisanos) y nos llevaron al hotel, esta ciudad tiene siglos de historia y sus calles no son rectas como estamos acostumbrados y parecíamos que estábamos en una calesita (carrusel) dando vueltas sin sentido.- La primera jornada fue libre, sin horarios ni destinos, pues mientras llegas a la ciudad, buscas medio de transporte y llegas al hotel, consumes mucho tiempo, así que lo dedicamos a conocer los alrededores de donde nos hospedamos, fuimos hasta la Plaza de Castellana donde hay un monumento y es un intercambiador de autobuses para los alrededores (Cassis), cenamos y a descansar.-
vistas desde mi habitación
detalle monumento
plaza castellana
Al día siguiente cogimos la Rue de la Canebiere, donde se encuentra el Teatro, la Bolsa de Comercio y un gran Centro Comercial, el final de la calle desemboca en pleno corazón del Vieux Port (Viejo Puerto) donde por la mañana los pescadores venden el mas fresco de los pescados e hicimos nuestra excursión por libre a la Isla de If donde se encuentra el Castillo de If, escenario de la novela el Conde de Montecristo y luego el Archipielago de Frioul, podéis hacer clic aquí para ver ese post donde explico como llegar y que ver.-
Al llegar del paseo y bajar del barco, ya asomaba el atardecer y como habíamos visto un tren turístico, decidimos subirnos pagando unos ocho euros ida y vuelta, ver una imagen general de la ciudad y llegar hasta la cima de unos 162 metros donde se encuentra la Basilica de Notre-Dame de la Garde donde la Virgen María dorada de su campanario, es una de las postales de la ciudad y su protectora, estuvimos unos minutos arriba, donde hay un mirador de la ciudad, aunque luego volveríamos con mas profundidad otro día.- Seguimos caminando y pasamos por el Ayuntamiento, comenzamos a tener contacto con los comercios típicos de aquí, como las jabonerias, artesanías con lavanda y las especias, tiendas de origen africanos por la Av Belsunce y hasta el Porte D'Aix (Arco de Triunfo) del Siglo XVIII que conmemora el triunfo en la Batalla del Trocadero.- Terminamos la jornada con unas ricas pizzas en el barrio de Noailles, conocido como la "pequeña Argelia", llevándonos al hotel unos ricos postres de origen árabe como la baklava.-
vistas desde notre dame
vistas desde el barco
en el treeeeeennnnn
port d'aix
plaza de la biblioteca
ayuntamiento
La tercera jornada fuimos hasta la ciudad de Avignon y la cuarta a Arles aprovechando la cercanía con Marsella, se puede ir y volver en el día, con el tren esta todo perfectamente comunicado y conoces algo mas de la preciosa Región de la Provenza, pinchar aquí para mas información.- El quinto día por la mañana muy temprano caminamos por el Boulevard de la Liberation que es la continuación de La Canebiere hasta llegar a la Iglesia de la Reforma (Siglo XIX) de estilo neogótico y la infaltable estatua de Juana de Arco en su entrada principal.- Seguimos andando y llegamos al Palacio de Longchamps, donde se encuentran los museos de Bellas Artes y el de Historia Natural, este Palacio y Parque representa la época de prosperidad de la ciudad de Marsella y es un homenaje a la llegada del agua y sus monumentos reflejan la abundancia y fertilidad que traen éstas aguas y las figuras de los leones la entrada al antiguo zoológico del siglo pasado.- Detrás de los Jardines de Longchamps encontramos una placa en homenaje a uno de mis escritores favoritos que nació en esta ciudad Antonin Artaud, un dato que desconocía.-
museo bellas artes
iglesia de la reforma
palacio longchamps
Cogimos el metro y fuimos hasta la terminal de trenes, rumbo a la ciudad de a Aix in Provence a unos veinte minutos, donde nació Paul Cezanne, pero para saber mas hay que seguir este enlace.- Al día siguiente (sexta jornada) volvimos al Vieux Port para subir en el autobus de la Linea 60 que nos llevará a lo alto de la colina y ver con mas detalle la Basilica de Notre Dome de la Garde ( Nuestra Señora de la Guardia) que cumple en este año su 800 aniversario.- De aspecto bizantino y con mármoles traídos desde Italia es lo ultimo y primero que ven los pescadores marselleses, por eso, dentro de la iglesia hay muchos motivos de homenaje al mar y sus pescadores.- Arriba hay una tienda religiosa y un correo, por lo que decidimos enviar como en épocas pasadas una postal.-
Bajamos nuevamente al puerto y visitamos la otra Basilica, Santa María la Mayor originalmente del Siglo V, aunque parecía que el día iba de iglesias, pero no, una vez abajo fuimos a recorrer el Fort Sant Jean donde se encuentra el moderno Museo de las Civilizaciones, una caja cuadrada revestida por figuras metálicas color negro, se accede a él por una escalera rampa revestida en goma, algo se mueve, pero vale la pena cruzarla.- Se tienen unas vistas impresionantes del puerto de cruceros y la catedral.- Hay varios restaurantes y zonas de descanso.-
Luego del almuerzo, seguimos camino por la ciudad, encontrándonos con un Festival Callejero de Teatro, donde nos distrajimos y la tarde comenzaba a caer, podéis ver el vídeo aquí.- Las entradas de las casas, poseen casi todas un artilugio de metal tipo cuchilla, en los zócalos de las puertas, que se utilizaba para limpiarce del barro de los zapatos en tiempos pasados.- Conocimos el lindo edificio de la Camara de Comercio y merendamos por la Plaza de la Castellana unos ricos crepes.- Volvimos al hotel, dejamos las mochilas y nos fuimos a la zona bohemia del Cours Julien, con mucho ambiente juvenil, teatral y musical.- Aquí se encuentra la fabrica de Jabones La Licorne y al pasar por su puerta no puedes evitar no comprarte algunos pues el aroma que te llega en cautivador.- Nos tomamos unos mojitos y la luz bajaba, las paredes grafitadas tomaban vida propia.-
Era nuestro ultimo día (séptimo) y el vuelo salia por la noche, así que temprano hicimos una linda y larga caminata por la costa marsellesa comenzando con el Fort San Nicolás y el Palacio Du Pharo, utilizado como centro de congresos y convenciones y para mi entender son las mejores vistas sobre Marsella.- Hay una hermosa escultura en homenaje a los pescadores muertos en la mar, con una barca partida.-
palais du pharo
vistas al fort sant jean y al museo de las civilizaciones
El sol apretaba y estaba ideal para meterse al agua, entonces rumbeamos hacia la Playa de los Catalanes (Square des Catalans), lugar llamado así en homenaje a los inmigrantes catalanes que se instalaron en esa zona por el siglo XVIII.- Ahí nos descalzamos y caminamos por la arena, nos remangamos y al agua.- Luego del largo descanso fuimos por la Corniche Kennedy donde te encuentras un enorme monumento en homenaje a los militares franceses muertos en 1918 y llegamos al punto final del recorrido, a veces pienso que lo bueno se hace esperar, pues cuando vimos el Vallon des Auffes, ese mini-embarcadero, con el puente de arcos y zonas de ocio, no podíamos rechazar la idea de almorzar unas ricas moules frites (mejillones con patatas fritas) con esa salsa especial provenzal única y solamente disfrutar de este regalo de la vida.-
Emprendimos la vuelta al hotel, volver a recoger las mochilas y maletas para regresar a Madrid.- Este viaje en lo personal fue muy especial, pues volví a vacacionar con mis padres, Mabel y Pepe, los tres juntos no lo hacíamos desde hacia muchos años y lo pasamos re-bien. Conocimos algo de la Región de la Provenza, que el himno de Francia la "Marsellesa" nada tiene que ver con la ciudad ni siquiera se la menciona, lo que pasa que los soldados del ejercito del sur cantaban una marcha militar, cuando llegaban a su capital, los parisinos la llamaron marsellesa, pues para ellos todo lo que provenía del sur era de esta ciudad (jajaja).- Las características del hotel estuvo ideal para nuestro presupuesto y su recepcionista Johan un magnifico empleado.- Marsella no tiene el glamour que pueden tener otras ciudades de la costa azul, pero a nosotros nos conquisto.-
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