¡Qué vergüenza!

Por Malagatoro

Antaño se podía leer en los carteles de toros aquello de seis escogidos toros, ahora debe añadirse seis escogidos toros por los toreros. Cuando vieron la luz los carteles de la feria de Málaga no entendíamos cómo se anunciaban hasta tres hierros en la corrida de ayer. Ya lo sabemos, había un contrato privado de por medio con los toreros, y monsieur Simón Casas mintió públicamente en declaraciones al programa “El Redondel” de mi amigo Dani Rojo, argumentando que lo hacía para que hubiera diversidad de hierros, más competencia y más posibilidades de triunfo. Así las cosas, se genera el problema de la imposibilidad del sorteo, pues la empresa comunica al presidente del festejo, Ildefonso Del'Olmo, que no puede realizarse, ya que por contrato cada torero trae sus toros. 

El presidente, haciendo demostración del grado de autoridad que le caracteriza y como político que es, se quita el mochuelo de encima evacuando consulta a la Junta de Andalucía, que para sorpresa de muchos (a mi ya nada me sorprende de la Cortijá de la Junta), y en documento firmado por la Jefa del Servicio de Espectáculos Públicos, hace prevalecer un contrato privado sobre el Reglamento Taurino de la propia Junta, que rige un espectáculo de carácter público como es una corrida de toros. Todo este asunto huele a una presunta prevaricación. Pero hay más. Porque la empresa hubo de modificar el cartel, anunciando la ganadería que lidiaría cada torero, lo que no figuraba en la cartelería presentada antes de que el público pasara por taquilla y de la renovación de los abonos. Algo que pudiera ser constitutivo de publicidad engañosa. El asunto va a dar mucho que hablar, ya lo verán. Pero, como siempre, al final no pasará nada. Al tiempo.

Ya estoy muy harto de estar harto, escribo sin ganas, sintiéndome asqueado y timado. ¡No tienen vergüenza! Los que se dicen toreros, tras perpetrar tamaña indignidad, ayer mancillaron el ruedo más que centenario de la Malagueta en una vorágine triunfalista y verbenera, ante un público con el mayor de los desconocimientos de lo que acontece en el transcurso de la lidia y que habla, una vez más, de la categoría de esta plaza, no merecen que pierda ni un minuto más de mi tiempo. Así que, amable lector, puedes pasearte por conocidos portales “oficiales” donde cantan cual hitos de la tauromaquia en la Malagueta las excelencias de los mantazos de Padilla a un gran toro aderezado con su “show bucanero”, la frialdad y superficialidad de Talavante, y la lección magistral de ventajismo y destoreo de Juli, sumo pontífice de la tauromaquia 2.0 y redentor de la fiesta. Vayan, vayan y disfruten. Lo de ayer fue otra demostración colectiva y pública de que la fiesta les importa un comino, y que siguen sin entender que el futuro de la misma reside en el compromiso de las figuras por la autenticidad y la integridad del espectáculo.¡Pero qué vergüenza y qué asco!

Acabo con un pasaje de la crónica de mi admirado Antonio Lorca en El País:

“…¿Para qué hacen falta los movimientos antitaurinos con este gobierno andaluz y estas figuras? ¿Dónde está la dignidad de los señores Padilla, Juli y Talavante? ¿Dónde su vergüenza torera que no les impide mofarse de quienes los mantienen en sus pedestales? Porque si importante es la forma —flagrante incumplimiento de la ley—, más grave es el fondo: el desprecio más absoluto a los espectadores.

¡Qué desolación y qué abandono…! ¡Qué penosa realidad la de esta fiesta, despreciada por casi todos y manipulada para el enriquecimiento y la gloria de unos pocos…! ¡Qué tristeza que el Gobierno andaluz ampare las presiones de quienes se empeñan en desacreditarla con imposiciones que llevan implícito un vil atropello…!”

Paz y salud

Pepe Pastor