¡QUE VIVA TORO MUERTO!
- A 64 años del hallazgo del repositorio de petroglifos más grande del mundo-
El reportaje "Poemas en piedra" de Álvaro Rocha con fotos de Flor Ruiz en SOMOS, 5-09-2015, pp 46-48 y el recuerdo agradecido al Descubridor de este Tesoro, Dr. Eloy Linares Málaga (1926-2011), con quien tuve la suerte de visitarlo.
He tenido la suerte, ¡por fin!, de visitar este singular santuario de los petroglifos del surandino, guiado de la voz experta del maestro descubridor del mayor repositorio del mundo, quien es el Dr. Eloy Linares Málaga. Era un cinco de agosto de 1951, casi medio siglo, cuando exploraba como arqueólogo la provincia de Castilla. De regreso hacia la Ciudad Blanca tuvo que pernoctar en el hotelito del Sr. Carlos Fensalida; allí pudo observar figuras curiosas en los sillares del corral. Al enterarse de que provenían de "la cantera Señor", ni corto ni perezoso empeña su reloj para alquilar una acémila y se adentra en la Casa Hacienda de los Revilla, propiedad de la familia Ricketts, luego hasta el Cementerio actual, y allí se topó con el primer petrogligo destrozado; con todo, nuestro profesor lo escrutó con fina detención por más de dos horas; los alumnos del colegio Mercedario que estaban acompañándole, le adelantaron que si subía se iba a encontrar con miles y millones de figuras. Tiempo le faltó para comunicar en el prestigioso periódico de "El Deber" la primicia.
47 años después, 9 de agosto de 1998, 30 "turistas", desde la Plaza de Armas de Arequipa, a las 6.30 de la mañana, se presentan en Quillcapampa, que así se denominaría el lugar en la antigüedad. "Toro muerto" alude al lugar donde moría el ganado vecino a comienzo de siglo. Tres culturas son las que llegaron a la zona: Desde Ayacucho fue la huari, entre los 800 y 1200, d.C.; desde el Colca y Chuquibamba, entre 1200 y 1300, acudieron los collaguas; y entre 1300 y 1539, desde el Cuzco, los incas. Pronto este lugar se convirtió en un centro ceremonial religioso permanente.
La mañana del 9 de agosto pudimos contemplar el primer petroglifo, perfectamente conservado, pero expuesto a la intemperie y, si Dios y el INC no lo remedian, en breve puede quedarse sin intemperie. Tanto aquí, en Sarcas o Hacienda de las Palmas, como en Toro Muerto nos encontramos con gran variedad de figuras humanas, especialmente danzarines. Hay adenás camélidos, cérvidos, felinos (perros, gatos, zorros, ratones, serpientes); aves, como las águilas y cóndores, geométricas (los zig-zags, las pungturas y las líneas paralelas, cuadrados y rombos...Se complementan con las figuras mitológicas y simbólicas, tales como las del "fardo funerario" o el tuerto, la representación de la "Vía Láctea" y variadas figuras "solares".
Amigos, no se lo pierdan. Hay carretera asfaltada. Tan sólo hay que recorrer 165 kilómetros de carretera asfaltada; el lugar se ubica en el término de Corire. En poco más de dos horas se puede llegar allá desde Arequipa; un cartel señalizador a 3 kilómetros, nos indica el lugar, ingresándose por la "Hacienda Warango" o "Torete"; un poquitín antes, pueden visitar la capillita de Huarango que presenta una simpática portada con el anagrama IHS de 29 de enero de 1722, y que hasta hace poco presentaba varios petroglifos traídos de Toro Muerto. Para ingresar a Toro Muerto, se abona una módica ayuda a los guardas dependientes del INC, se puede seguir en carro unos 8 kilómetros y uno penetra en este centro ceremonial espectacular de más de 5 kilómetros cuadrados de superficie; su altura media 400-800 mts; no se olviden de llevar gorra o sombrero, algo de bebida y buen calzado; es el momento de contemplar, de dejarse sorprender por la ingenuidad mágica de estos grabados en piedra: hay figuras para todos los gustos como antes indicamos: figuras "parlantes" y "silenciosas", animales y vegetales, hombres y mujeres, escenas de la vida cotidiana, laboral, y de las fiestas, miles de danzantes...
No todo es encantadora poesía; uno se subleva ante los salvajes atentados de estúpidos artistas que han dejado "su huella" como la babosa, o hasta los que se han atrevido a dinamitar para llevarse grandes trozos de piedra; pero no nos pongamos a llorar a leche derramada; apoyemos el proyecto del INC de numerar uno a uno cada petroglifo y comprometámonos todos en la defensa de este formidable tesoro que ya en 1968 fue propuesto a la UNESCO como patrimonio de la Humanidad. ¡Cómo gozaría el gran pintor Joan Miró inspirándose acá para su arte! Cuántas perspectivas se abrirían para nuestros artistas, arqueólogos, historiadores, empresas de turismo, pobladores. A todos nos reclama seguir la huella trazada por el descubridor, culto y celoso apóstol de este santuario del arte y de la humanidad, Dr. Eloy Linares. Defendamos, estudiemos y divulguemos esta joya -otra más- de nuestra querida Arequipa.
José Antonio Benito
P.D
Cerca a la zona de los Petroglifos de Toro Muerto está Querullpa, lugar donde se observan huellas de dinosaurios, haciendo una caminata de 20 minutos, se podrán encontrar 68 huellas que miden entre 50 y 90 centímetros de longitud. Su antigüedad aproximada es de 150 millones de años y datan de la época entre los periodos Jurasico y Cretácico. Estas huellas fueron descubiertas en el año 2002. Estudios de la Universidad de Bristol, Inglaterra, indican que serían las más antiguas encontradas en América del Sur. Unos 50 millones de años más viejas que las halladas en Argentina, Chile y Bolivia. Las huellas encontradas de 50 y 30 centímetros serían algunas de 4 dedos, 3 de ellos unidos por membranas y un dedo libre un poco hacia atrás y más pequeño. Por el tamaño y la profundidad de las huellas se deduce que la altura de estos animales era aproximadamente de 3.5 m y una longitud de la cabeza a la cola de 15 m. En esta zona también hay otras muestras paleontológicas como fósiles marinos y vegetales que demuestran que el lugar fue en alguna época un piso marino