Nos encanta todo: La decoración, cuidada al detalle. Los invitados, elegantes y felices, con su copa de cava en la mano y charlando animadamente con sus amigos.
La comida, deliciosa, siempre da pena cuando no la puedes terminar... es que apetece llevársela para casa en un tupper!!
Y lo bien que nos lo pasamos después en el baile, con ese DJ tan divertido que hace inevitable el salir a la pista a mover el esqueleto!!
Cuando entra por el pasillo, con la música del piano sonando: blaanca y radiaaante va la noooooviaaaaa... se te saltan las lágrimas de la emoción, y todo...
Y allí está él, discreto, afeitado y bien peinado, con su traje negro y la flor en la solapa (y cuando van de chaqué ya... la pera!!). No me diréis que no está guapo a romper!!
Y después de la boda, la luna de miel. El alucinante viaje de novios es lo mejor de todo. Unas vacaciones por todo lo alto, como punto de partida para una maravillosa vida juntos... y ¡¡que vivan los novios!!!