Caminas por el centro de Quebec, pasas la Plaza de Armas, admiras el Château Frontenac… sigues adelante, llegas a una corta escalera, bajas un poco y sigues por una curva hasta llegar a la famosa Escalier Casse-Cou, que debes bajar a pie por lo menos una vez durante tu visita a esta ciudad porque es un atractivo de la ciudad.
Una vez abajo, te encontrarás frente a la entrada del Funicular, estás en el centro mismo del Barrio Petit Champlain. Toda esta área te encantara porque está conformada por algunas callesillas que tienen su historia antigua y moderna, además que están llenas de lindas boutiques, cafés, restaurantes, bares y hasta un pequeño teatro.
En un extremo de este barrio, en la Rue du Petit-Champlain hay un mural que muestra precisamente la tradición artesanal y comercial del lugar, así como algo de su historia, como los bombardeos, un incendio y su renacimiento.
Mientras que del otro lado, están las famosas escaleras que han aparecido en infinidad de películas, anuncios publicitarios y revistas, las llamadas “Escalier Casse-Cou” (Escaleras rompe cuellos). Datan de 1635 y su nombre original es “Escalier du Quêteux”, conocidas también como “escalier de la Basse-Ville” (Escaleras de la ciudad baja). Pero volviendo a su mote de “rompe cuellos”, les cuento que éste se debe a que en invierno, tras la nieve, se vuelven tremendamente resbaladizas y ya se han de imaginar la gran cantidad de caídas de las que han sido testigos estás escaleras.
Desde Petit Champlain puedes tomar el Funicular que te llevará hasta la Terrasse Dufferin que está justo frente al Château Frontenac, desde ahí podrás ver completo el barrio.
Aprovecha para hacer tus compras ahí, porque encontrarás prendas de diseñadores locales, souvenirs, artículos muy interesantes de decoración y mucho más.
Tip: Busca la tienda que se llama Madame Gigi, verás que delicia de panecillos y macarons.